"Recibí la noticia con sorpresa. No me lo esperaba, aunque claramente tenía ganas de obtener el premio para así poder ir a ver a mi hermano a Londres, cosa que haré ahora. Será una oportunidad única para ver a pintores que sólo he visto en libros y estudiarlos en vivo. Me parece increíble la verdad. Y agradezco todo el apoyo que nos brindó la escuela para hacer este viaje a Quito. En cuanto al reconocimiento a mi trabajo, es bueno, se dio así, pudo haber sido de otra manera también. Nunca se sabe", dice Andrés Bortnik al preguntarle por cómo recibió la noticia de haber sido premiado en el marco del VIII Concurso Internacional Universitario de Pintura y Dibujo que cada año organiza la Comisión de Cultura de la Universidad Tecnológica Equinoccial de Quito, UTE de Quito.
Hasta esa ciudad viajó a principios de noviembre junto Adeline Cruz y Valentina Albornoz, estudiantes de la Licenciatura en Artes mención Artes Plásticas que, al igual que Andrés Bortnik, fueron seleccionadas por los profesores de sus respectivos talleres de pintura para participar en este concurso que se realizó en la capital de Ecuador y en el marco del cual debían pintar, durante las jornadas del 14 y 15 de noviembre, la obra con la que participarían en este certamen que tenía como temática "Sentimientos humanos" y que premiaría en tres categorías: Dibujo, Témpera - Acuarela y Óleo - Acrílico.
En ese contexto es que Adeline Cruz optó por "representar un estado de emocionalidad pura, sin adornos. Pensé en la mujer como el género al que más se le relacionan los estados sentimentales, y la idea era presentar esta figura femenina frente a lo irracional que para mí significa el concepto de 'sentimiento'", explica respecto a cómo trabajó con ese pie forzado que Valentina Albornoz abordó desde el punto de vista de "los sentimientos destructivos y autodestructivos, con el odio como tema principal, encarnado en una criatura que sale del cuerpo mientras lo destruye", señala la estudiante de la Facultad de Artes, agregando que por el tamaño de la tela, se vio obligada "a usar mucha pintura y una paleta limitada para evitar mayores complicaciones con el uso de color".
Andrés Bortnik, en tanto, decidió pintar una imagen que no expresara un sentimiento en particular puesto que le "hacía más sentido plantear una situación que quedara abierta a algún tipo de ambigüedad. En el cuadro se ve un hombre acostado y una abertura de luz que se encuentra detrás de él. Esta tensión visual entre la vertical de la luz y la horizontalidad de la persona me pareció adecuada para generar cierta expectación", dice sobre el trabajo con el que obtuvo el primer premio de pintura en la categoría Oleo - Acrílico de este concurso en el que participaron estudiantes universitarios de arte y de otras carreras, cuestión que explica que no hubiese "un nivel semejante entre todos los participantes. Lo que sí, la mayoría de los trabajos eran muy distintos a lo que uno está acostumbrado a ver acá", añade Adeline Cruz.
"El único requerimiento del concurso era ser estudiante universitario, por lo que se entiende que no hayan sido sólo artistas entrenados los que participaran. Pero en los que se notaba que tenían entrenamiento, sus trabajos eran muy buenos", añade Valentina Albornoz, quien destaca de esta experiencia "el contacto con artistas extranjeros y ver la gran diferencia en cuanto a imaginario de cada país así como las diferencias culturales de una ciudad/país que aprecia y protege tanto su patrimonio cultural". Para Adelina Cruz, "ver el modo en que se trabaja afuera y aprender de otros imaginarios que no tienen nada que ver con el propio es una experiencia bastante interesante: te ayuda a abrirte a otras ideas y a reafirmar ciertos conceptos propios", dice.
"Este tipo de eventos me suena a otra época y en ese sentido creo que es importante la iniciativa de la UTE al generar un encuentro cultural que involucra a distintos países. Además, pudimos apreciar la arquitectura, pintura y escultura del Quito Virreinal, y participar en un taller de restauración guiado por el profesor Julio Morales quien nos transmitió la importancia del patrimonio y su cuidado por medio de técnicas tradicionales de la escuela quiteña, con influencias europeas como el barroco, pero también con el legado de técnicas que surgen en el mismo Ecuador", agrega Andrés Bortnik, concluyendo respecto a su participación en este concurso que "obviamente, haber podido representar a la Universidad de Chile fuera del país me hizo sentir orgullo, una oportunidad que creo no se da mucho en un contexto de un concurso de pintura".
