Tres instalaciones que se interconectan entre sí conforman Personal de futilería, la primera exposición que las artistas Cecilia Flores y Guillermina Bustos presentan como colectivo. "La muestra se titula igual que el colectivo porque nos parecía que, en una primera instancia, era pertinente hacer presente el nombre del colectivo como una suerte de declaración de intenciones para establecer muestras venideras sin hacer tanto preámbulo respecto a nuestros planteamientos", explica esta artista y profesora del Departamento de Artes Visuales sobre la razones que las llevaron a titular de esa forma la exposición que exhiben en La Cúpula Galería de Arte, espacio ubicado en la ciudad de Córdoba, en Argentina.
Interesadas en cuestionar y problematizar "ciertos convencionalismos estéticos ligados a lo ornamental versus referentes de tipo orgánico, azaroso y que aluden o presentan un menor control en su manipulación", dice Cecilia Flores, ambas artistas fundaron este colectivo en abril de este año. "Lo de futilería corresponde a un juego de palabras donde el esfuerzo hecho en vano se pone en evidencia al buscar estetizar aquello que en sí contiene belleza, pero que ha sido, de cierta manera, relegado a un escaso protagonismo", añade al respecto.
De allí que entre las obras que estas artistas exhiben en Córdoba se encuentre una instalación creada a partir de objetos ornamentales que dispusieron al interior de un acuario con agua y que intervinieron con musgo, desdibujándose la apariencia de los objetos "producto de la textura que genera este material, formando una suerte de topografía a pequeña escala que ironiza respecto al origen formal de su soporte: el ornamento", dice esta profesora del Departamento de Artes Visuales sobre esta propuesta en la que trabajaron con figuras como duendes de jardín, ángeles, monos, caballos e inclusive del Che Guevara, las que "se revelan a través de superficies ausentes de musgo y que se encuentran cubiertas por un cierto nivel de agua".
Junto a ésta, una serie de rosetones ornamentales dispuestos "en el cielo de la galería que proliferan a modo de células, entremezclando y deformándose", cuenta sobre esa obra que opera como una intervención site specific al interior de esta galería en la que además exhiben piedras que ambas artistas han ido recolectando y que presentan en marcos dorados que se amoldan a los contornos de éstas. "Es un intento de adjudicar solemnidad a un objeto completamente común y corriente que, al momento de tener un marco que lo circunda, se transforma en algo completamente opuesto a su naturaleza casual; se vuelve un objeto que no sólo se lee como un intento de integración al universo estético, artístico, sino que a su vez se constituyen como un acto de artificio puro, ironizando sobre la necesidad de dirigir los puntos de vista y, en cierta forma, normar un objeto que no tiene reglas en su morfología, como son las piedras".
¿Cómo trabajaron en la creación y producción de estas obras, tomando en cuenta que tú vives en Chile y Guillermina en Argentina?
El proceso de creación fue muy distinto a los procesos habituales ya que, para empezar, se trataba de un trabajo en colectivo donde, de forma conjunta con mi compañera de colectivo, decidimos por principio eliminar individualidades de autoría en cuanto a las obras presentadas. Otra de las particularidades de este trabajo es que fue tomando cuerpo por medio de Internet, por lo que cada una, por su lado, se dedicó a investigar materiales y formas, las cuales se iban consensuando por medio de diálogo a distancia a través de google drive o skype.
Dices que optaron por eliminar sus individualidades. Aún así, ¿ves alguna relación entre estas obras y tus trabajos anteriores?
A pesar de que existe un proceso conjunto, es posible establecer claras relaciones con mis trabajos porque se repiten ciertas inquietudes. Primero, materialmente, ya que existe una diversidad de materiales y desplazamientos de uso de las cosas, sobre todo el cuestionamiento de la ornamentación como paradigma de belleza. Aquí, como en muchos de mis trabajos, se desdibujan sus límites al tensar ciertos preceptos de belleza ornamental por medio de elementos alejados de su naturaleza habitual, carentes de normas y completamente espontáneos. Por último, se presenta la ironía que genera la deformación, manifestada también en la mayoría mis trabajos.
La exposición Personal de futilería permanecerá en exhibición hasta el próximo martes 26 de noviembre en La Cúpula Galería de Arte. El catálogo, en tanto, será presentado en diciembre, en la Universidad Nacional de Córdoba.
