La pregunta por el espacio público ha sido el eje en las tres curatorías realizadas por Dispositivos de Acciones Visuales, colectivo integrado por Jesús Román, Fernando Ramírez y Víctor Cárcamo que en septiembre de 2012 invitó a dos arquitectos a crear intervenciones espaciales a partir de una lectura crítica del proyecto de remodelación urbana de Benjamín Vicuña Mackenna, y que luego, en junio de 2013, convocó a cinco artistas para que "oficiaran de vouyeristas, indicando la situación de usuario de un servicio que es extensión del espacio público, rescatando la posición de lugar que ofrece al público y la apropiación que hacen éstos de aquel espacio", explican sobre Revisión Especular y Portugal 517, muestras que se exhibieron en el Museo Benjamín Vicuña Mackenna y en Hangar Nekoe, respectivamente, y que antecedieron a la que se expondrá sólo durante unas horas de este 20 de noviembre.
De allí que en ésta, la tercera exposición que organizan como colectivo DAV, hayan optado por proponer "un punto de vista más subjetivo de la ensoñación del espacio público, usando la poética del Jardín Interior como espacio cuidado, domesticado y que aún tiene garantías de espacio público", añaden Fernando Ramírez, Jesús Román y Víctor Cárcamo, los dos últimos, profesores de la Etapa Básica en Artes Plásticas y expositores en esta muestra que se exhibirá sólo durante tres horas en el Gabinete del Dr. Sazié, lugar en el que compartirán espacio con Pablo de la Fuente, María Karantzi, Rosario Ateaga, Sebastián Calfuqueo, Alejandra Prieto, Dante Sepúlveda, Catalina González, Alejandro Ortega, Nury González, Tomás Fernández, Andrea Gutes, Tatiana Núñez y Adolfo Martínez.
Ellos fueron los artistas invitados a trabajar a partir del concepto curatorial propuesto por los integrantes de ese colectivo, quienes reconocen las ambigüedades que el término presentaba: "Un discurso sobre el espacio público, bajo el formato de ejercicio de obra y en un espacio de exhibición privado es la paradoja más común de todas", dicen, agregando respecto al concepto jardín interior que "las posibilidades de visibilidad de un jardín, con los cuidados, decorativos o funcionales, que son expresión de una elección o selección fruto de una voluntad íntima, nos hablan de una condición de individuo que expresa pero protege su singularidad en un mundo de personas. Por lo tanto, el acto de 'hacer el jardín' es tan íntimo como la producción de obra, puesto que ambas proyectan un interiorismo hacia el escrutinio público".
Lo que buscan los integrantes del colectivo DAV es lograr que los distintos trabajos dialoguen al interior de ese espacio expositivo, un lugar que, por sus características, permitió que las obras que se exhibirán en esta muestra "se presenten en el espacio de Sazié como una propuesta que avanza de manera orgánica, algo silvestre en los rincones del galpón: las obras aparecen en los muros, suben por una columna al segundo piso y salen por las ventanas de arriba hacia la fachada de Sazié. Es una propuesta salvaje entre tanta meticulosidad en el trabajo de los artistas", aclaran los curadores de esta muestra que además organizaron un conversatorio en torno a esta propuesta expositiva que se realizará el viernes 22 de noviembre, a las 19:00 horas, en el Gabinete del Dr. Sazié (Sazié #2065, esquina Almirante Latorre).
Las obras
En ese contexto es que Rosario Ateaga, interesada en hacer una excavación, retomó "unos materiales radiográficos que había encontrado años atrás", explica esta artista que se reunió con el especialista en genética, Germán Manríquez, para repensar el tema de los cuerpos bajo tierra y su descomposición, analizando también las radiografías encontradas. "Concluí que muchas veces se debe esconder esa evidencia, por lo que el proceso y la investigación son parte de la idea de gabinete así como los archivos y documentos son parte de esa imagen única instalada en la caja de luz", dice sobre su obra en la que el jardín interior es pensado desde la labor del sepulturero que hace el hoyo en la tierra y deja "este cuerpo suspendido que vuelve al plano horizontal y que la tierra erosiona. Se observan vestigios, índices y materia orgánica propia de un pequeño jardín encontrado bajo el nivel de la superficie del paisaje", dice.
Sebastián Calfuqueo, en tanto, señala sobre el gran arreglo de más de mil hojas y flores que tramó una por una para exhibir en esta muestra que éste se relaciona con la idea de un jardín interior en que "lo plástico y artificial comienzan a conflictuar lo que se podría pensar como jardín remitido a la naturaleza. En este caso es una construcción artificial que evidencia cómo esta sociedad intenta generar maquillajes que funcionan a modo de un arribismo cultural al que estamos sometidos, obligados a embellecer o perdurar lo que se considera bello y de esta forma higienizar la mirada", dice este estudiante de la Licenciatura en Artes mención Artes Plásticas de la Universidad de Chile, agregando que, con su propuesta, también busca "tensionar lo femenino que caracteriza a la práctica del tejido o tramado, poniendo en cuestionamiento los roles de género".
Por su parte, Dante Sepúlveda optó por dar forma a "un espacio posible o imaginable fuera de los límites contenidos de Sazié, ironizando incluso el propio encargo a través de la frase El jardín del lado es siempre más verde, lo que implica la negación de uno mismo como creador o como espectador de la muestra en la búsqueda de un exterior", explica este arquitecto que expone por segunda vez con el colectivo DAV y que en esta oportunidad trabajó con una habitación cerrada y con luces que tiñen y filtran en distintos espacios. "A través de la luz, integro ese espacio cerrado y aislado dentro de Sazié con el resto de la construcción. El espacio de la habitación es el tema principal de la propuesta al negar la posibilidad de entrar a él", añade Dante Sepúlveda, quien, haciéndose cargo del espacio, decidió no trabajar desde la objetualidad.
Así, ésas serán sólo algunas de las obras que se podrán apreciar en esta exposición en que "esa mixtura de soluciones visuales se verá reflejada también en los usos de las materialidades, respondiendo algunos a su condición absolutamente orgánica como en caso de Tatiana Núñez, que crea una especie de corte transversal de una porción de tierra mostrando diversos tipos de piedras, microorganismos y plantas, o la obra de Andrea Gutes, que nos propone fijar la mirada en un objeto inquietante que exuda miel", dicen los integrantes del colectivo DAV, concluyendo respecto a las propuestas que también "hay obras que se construyen con materiales inorgánicos y producidos en serie que mantienen una cierta resistencia con lo natural, pero de los cuales es inevitable leer su sentido anclado en lo natural de cualquier jardín".
