"Vine a mostrar algunas de las técnicas básicas que he usado en los grabados que se están exhibiendo en el Centro Cultural Anselmo Cádiz. De hecho, les mostré más o menos la mitad de lo que se puede ver en esta exposición", dijo James Burke al preguntarle por la charla que dictó a estudiantes y profesores del Taller de Grabado del Departamento de Artes Visuales, charla que realizó en el marco de la visita que hizo a Chile para inaugurar Una vida grabada: 50 años de grabados de James Burke, muestra que exhibe en la Galería de Arte Guillermo Núñez de la Casa de la Cultura Anselmo Cádiz de la I. Municipalidad de El Bosque.
La exposición recorre cinco décadas de la carrera de este artista, "una selección de los diferentes tipos de trabajos que he hecho en estos años, porque la idea era mostrar algo así como una pequeña retrospectiva", dice este pintor, grabador y profesor emérito de la Universidad Estatal de Luisiana. "Las más recientes son más simples, más sencillas, en general más pequeñas y creo que también más personales", agrega sobre algunas de las obras que se podrán apreciar hasta el próximo 30 de noviembre en la primera muestra que exhibe fuera de Estados Unidos.
Al respecto, cuenta que su única relación con América Latina se vincula al artista argentino Mauricio Lasansky, quien fue su profesor mientras cursaba estudios de postgrado en la Universidad de Iowa. "Era un maestro, y yo decidí que haría mis cosas de la forma en que él lo hacía. Por eso es que por un tiempo puse mi ego en otra parte y aprendí su forma de trabajar", recuerda James Burke, quien varios años después de haber dejado de ver a su maestro, lo invito a su taller: "Estaba sumamente nervioso porque cuando alguien es tu maestro nunca deja de serlo. Y le mostré un grabado, y él puso su mano sobre éste, como si lo mirara a través de sus manos. El grabado está en tu guata, fue lo que me dijo".
¿Está de acuerdo con esa afirmación? ¿El grabado está en su guata?
Yo creo que sí, pero sin olvidar que también soy pintor. Yo hago bastante pintura y también bastante grabado, por eso es que digo que estoy casado con una disciplina y que la otra es mi amante, pero con el transcurso del tiempo olvidé quién es quién.
Y tomando en cuenta el vínculo que tuvo con su maestro, ¿cómo ha sido la relación con sus estudiantes?
Es una pregunta difícil. Por lo general la he disfrutado, pero encuentro que los estudiantes han cambiado. Yo empecé a enseñar como ayudante en 1959 y jubilé en 1995. De hecho, todavía enseño una semana al año, en el norte del Estado de Minnesota. Al principio los estudiantes eran muy formales. Luego vino la generación MTV, porque desde que llegó MTV que estaban mirando el televisor y queriendo algo instantáneo. Entonces, se empezó a encoger su capacidad de concentración. Es decir, no me refiero a todos los estudiantes, pero en general noté una menor capacidad de atención, de concentración. Y ahora, en la época digital, no sabría cómo enseñar si alguien está en mi clase mandando mensajes de texto, y quiero señalar que justamente lo que me gustó de acá es que nadie en la clase estaba mandando mensajes de texto, todos estaban atentos. El arte, como yo lo entiendo, es una función exterior no sólo interior, y me pregunto si llegan realmente a conocer lo que está dentro de sí mismos, porque si no saben lo que hay dentro de sí mismos, cómo van a producir algo exterior.
