Veinte obras realizadas a partir de múltiples combinaciones entre materiales pictóricos y soportes, conforman Las inseguridades, muestra que Adolfo Bimer exhibe en Galería Patricia Ready y en la que presenta el resultado de "procesos pictóricos de interacción directa, investigaciones de ensayo y error con diversos tipos de pinturas y superficies que vengo desarrollando desde el año 2010, aproximadamente. En esta ocasión, el material de trabajo corresponde a una selección de estudios realizados desde el 2012 a la fecha", explica este egresado de la Licenciatura en Artes Plásticas que así busca establecer "puntos de relación visual a través de la cercanía de las reacciones químicas producidas entre los diversos materiales pictóricos empleados y algunos procesos internos del cuerpo humano, para generar un campo de sentido metafórico entre lo corporal de la pintura y lo pictórico de los flujos internos del cuerpo", añade.
Así, la gravedad, la presión, la temperatura o el oxígeno actúan libremente sobre las imágenes que Adolfo Bimer crea, "interrelaciones que definen la forma final que adopta la imagen, pues gracias a ellas la pintura se aposenta o se derrama, se oxida o abrillanta, se vuelve flujo, sangre o grasas, se coagula en una costra, emerge hacia la superficie o se hunde en un fondo pantanoso, dejando sólo el reflejo ambiguo del exterior y escondiendo lo que pasa dentro suyo", explica este joven artista sobre ese proceso en el que no tiene certeza alguna de cómo será la imagen final, "de la que no podemos estar seguros hasta que ya está completamente seca, quedando así en evidencia el resultado del diálogo establecido en principio entre la intención del autor y la reacción de su entorno", agrega sobre estas pinturas que, "para bien o para mal, siempre resultan distintas a lo que creía que podía llegar a ver".
De allí entonces el título de esta muestra, Las inseguridades, puesto que este egresado de la Facultad de Artes efectivamente nunca sabe en qué se traducirán sus pinturas. "Supongo que eso es lo que hace atractivo el acto de pintarlas; que se construyen en una especie de negociación orgánica entre mis intenciones y las reacciones químicas y físicas del entorno, estableciendo así al cuadro como el punto medio en la concreción del resultado", dice, concluyendo sobre las obras que conforman esta exposición que se podrá visitar sólo hasta el 18 de octubre que, "curiosamente, los resultados alcanzan mayor fidelidad con la sensación de un cuerpo, un fragmento, su rostro, un órgano o un hueso, un conjunto de células; algo que difícilmente podría haber sido posible sólo a pulso de mano y pincel".
Muestras en el MAC
Cinco exposiciones fueron recientemente inauguradas en el MAC Parque Forestal, entre ellas, Movimiento Suspendido de Isabel Santibáñez, Porcelanatron de Jorge Cabieses-Valdés y Polaroid Epistolar de Camila Estrella y Daniela Fernández, todos ellos artistas formados en la Universidad de Chile que exhibirán sus propuestas hasta el próximo 24 de noviembre en el segundo piso de ese edificio en el que también se presenta la 2° Antología de Fotografía Joven y Retrospectiva Loyola Records 1987-2017, esta última, muestra del artista y académico del Departamento de Artes Visuales, Arturo Cariceo que, bajo la curatoría de Hernán Pacurucu, se enmarca en el proyecto Loyola Record que consiste en la repetición durante 90 años de una obra inconclusa realizada en 1987.
En Movimiento Suspendido, en tanto, Isabel Santibáñez quiso pintar a personas que caminan por la ciudad, "pero en un acto de respeto a ese cuerpo, que no sabe que es observado o fotografiado, decidí tomar fotografías a marchas, porque quien marcha sabe que es fotografiado, por lo tanto, no es un acto violento", dice esta artista que, en ese proceso, también comenzó a investigar en torno a lo que ocurre hoy en las marchas, que son "muy distintas de las de los años 70 u 80, donde el lienzo o los murales eran la actividad por hacer. Hoy el cuerpo es el que se manifiesta tanto como soporte como performativamente. De alguna manera, lo que pasa con él se hace bastante atractivo simbólicamente, y a partir de este eje logra ser el verbo de la obra. En este sentido, el que mira ese cuerpo pintado también lo mira desde su corporalidad", añade.
De allí que el espectador sea parte visual y conceptual en su obra, "ya que la disposición fragmentada del soporte y su montaje en la sala lo obliga a moverse para descubrir la caminata de otros, pudiendo ser parte de los marchantes o caminantes según sea el lugar en que se encuentre", explica sobre esta propuesta en la que se puede apreciar la imagen de personas marchando y la de individuos que caminan en su desenvolver diario. "Esta contraposición busca interpelar las diferentes actitudes que puede tomar el espectador en la cotidianidad, es decir, su posición a seguir como ciudadano con las problemáticas sociales o la indiferencia", dice, concluyendo que éste "es un estudio del movimiento, tanto de las sutiles diferencias corporales que se pueden establecer entre las imágenes opuestas, como de la detención de la pintura confrontada con la generación del movimiento por parte del observador".
Camila Estrella y Daniela Fernández exhiben Polaroid epistolar, muestra que se originó en el marco de un proyecto que consistió en una correspondencia postal de imágenes entre París, Bordeaux y Santiago realizada entre los años 2007 y 2013, periodo durante el cual estas artistas formadas en la Universidad de Chile se comunicaron sólo a través de fotografías Polaroids. Así, este conjunto de fotografías se presenta como una sola obra, en la que no se requiere explicitar la autoría de cada imagen para mostrar la comunión o el contraste de dos visiones que se desarrollan al mismo tiempo, recuperando, paralelamente, una forma de hacer y compartir fotografía contraria a las redes sociales, a la virtualidad e inmediatez, y haciendo así una meditación sobre el tiempo en el proceso de creación.
Por último se exhibe Porcelanatron, muestra de Jorge Cabieses-Valdés que toma su nombre del instrumento musical inventado por él, el que se interpreta percutiendo las cabezas de cuarenta y dos figuras de porcelana con las aspas de acero de una batidora eléctrica y que se exhibe junto a la proyección de un video y a una serie de pinturas creadas para esta muestra y producidas durante una residencia que el artista realizó en Corea del Sur. "Me interesa que cada elemento en mis exhibiciones sea diferente y que sea el espectador quien deba unificarlos, lo que significa que el asunto de fondo no se encuentra en ninguna pieza individualmente, sino en la relación entre ellas", explica este artista, quien añade: "Hay algo violento y bello en golpear cabezas de porcelana con aspas de batidora eléctrica. Tiene algo que ver con lo quebrado y lo por quebrar".
En paralelo, y hasta el 30 de octubre, Cabieses-Valdés expone Swingers en el marco del último periodo de exposiciones programado para este año por Circuito Temporal, proyecto que transformó tres vitrinas de tres céntricas galerías comerciales de Santiago en espacios de exhibición artística. "Swingers se refiere al intercambio, pero también al cuerpo y a lo obsceno", señala este Licenciado en Artes Plásticas y Magíster en Artes Visuales de la Universidad de Chile que, en esta oportunidad, expone su propuesta en la vitrina de la tienda FyK, ubicada en el Pasaje Agustín Edwards (Compañía 1068, local 384), realizando un original intercambio al montar sus obras en la vitrina de ese local que trasladó sus productos hacía la vitrina de Galería Temporal, en Galería España.
