Entrevista a Tanya Maluenda, académica del Departamento de Artes Visuales:

Tanya Maluenda: "Existe una constante en mi trabajo que tiende a lo corpóreo"

"Existe una constante en mi trabajo que tiende a lo corpóreo"

"La verdad es que al comenzar mis estudios de pregrado no consideraba el amplio universo de la orfebrería. Siempre me han interesado las diversas disciplinas vinculadas a la creación artística, un mundo que se enriquece y abre de manera insospechada al ingresar a la Facultad de Artes. Por ello he explorado tanto en fotografía como en el tratamiento de metales con dimensiones escultóricas que superan los formatos tradicionales de la orfebrería; me refiero al proyecto Ortopedias Estéticas, así como en instalaciones con objetos y proyección audiovisual en Los Antemundos de la Luz".

Así responde Tanya Maluenda, académica del Departamento de Artes Visuales, al preguntarle sobre sus orígenes en la orfebrería, especialidad que siguió cuando estudiaba en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile. "En estos procesos también han sido fundamentales los instrumentos teóricos que permiten reflexionar y profundizar los análisis tanto del trabajo técnico artesanal como de las propuestas a partir de objetos y otros recursos visuales", agrega esta artista respecto a sus constantes exploraciones, estimuladas, en parte, por el Magíster en Artes Visuales que cursó en esa institución.   

Más allá del trabajo docente que ha desarrollado como profesora del Taller de Orfebrería en el Departamento de Artes Visuales, los intereses de Tanya Maluenda en términos de creación artística están vinculados a "la carga simbólica y estereotipada de nuestro entorno visual como una preocupación constante, que en las últimas propuestas visuales y en la investigación doctoral se manifiesta más claramente", explica esta mujer que recientemente obtuvo el grado de Doctora en Bellas Artes por la Universidad de Granada, en España, con la tesis titulada "Pornokitsch: el cuerpo femenino como fetiche".

"Nuestro entorno social se refleja en las distintas producciones culturales y construcciones simbólicas en que se han situado las imágenes de mujer que quisieran parecer naturales, pero bien sabemos que éstas se instalan por medio de un constante e insistente trabajo de socialización. Por ello es necesario comprender y apropiarse de estas estructuras y sus valoraciones, dando cuenta de su arbitrariedad y del orden social que pretenden mantener", aclara Tanya Maluenda, agregando que "la desigualdad cultural y, especialmente, la homologación de las imágenes de mujeres" son sus áreas de mayor interés.

¿Qué viste en la orfebrería que te llevó a inclinarte por esta disciplina mientras eras estudiante?

Cuando ingresé a la especialidad de Orfebrería, ésta era un área que sobrevivía en un entorno hostil, en ese lugar donde supuestamente nunca tendría cabida. Sin embargo, esas valoraciones y rencillas internas me tenían sin cuidado, puesto que, desde mi perspectiva, la orfebrería se me presentaba como un lenguaje y como un instrumento más. Un medio. Tal como la fotografía y otras disciplinas, la orfebrería es un magnífico medio técnico desde el cual es posible ubicarse en determinados contextos sociales, transformándose en una instancia concreta que nos permite jugar, juzgar, manipular y encantar.

¿Cómo enfrentaste esa situación más allá de que estuvieses de acuerdo con ello o no?

Nunca he estado de acuerdo con la desigualdad, pero remitiéndome a lo de la orfebrería, ésta era una especialidad situada en un rincón de la ignorancia y si bien figuraba como una especialidad más, no era de las más cotizadas en términos de mercado y estrategia cultural. Sin embargo, en ese momento me pareció que ésta se presentaba como un desafío, como un mundo nuevo en términos de materialidades, herramientas y técnicas, un estado de disciplina diferente, aunque es indiscutible que la metodología y la entrega de conocimientos en los años en que yo fui alumna era bastante básica y específicamente técnica, lo que debilitaba las enormes posibilidades de aquel determinante acervo cultural.

Posteriormente, cuando mi condición de académica me permitió intervenir en los programas y en la metodología, me aboqué a los cambios, insertando nuevas actividades y sistemas de evaluación en miras a generar un nuevo espacio de creación, basado en un trabajo más reflexivo, proponiendo un sistema de trabajo más experimental pero que exige mayor autonomía y compromiso de parte de los estudiantes.

Y en torno a tu proceso de creación, ¿cómo fuiste trasladando los intereses de los que me hablas a tu obra?

Creo que fue por una reacción natural a la necesidad de una nueva mirada, aunque evito hablar de "obra" cuando hablo de mis trabajos e inquietudes. Pienso que en el proceso creativo se aúnan muchos factores, aunque siempre podemos descubrir un elemento troncal; un elemento que insiste y permanece. Ese rasgo que descubren y reconocen los espectadores-receptores-críticos o el denominado "público general".

¿Cuál sería, desde tu perspectiva, el elemento troncal que persiste y permanece en tu trabajo?

Si bien la creación artística conlleva esa capacidad de responder a diversas convocatorias de acuerdo a un tema o una instancia determinada, desde mi perspectiva existe una constante en mi trabajo que tiende a lo corpóreo, desde lo orgánico y lo abyecto del cuerpo femenino, sus acontecimientos en tanto materia vulnerable así como ente social fragmentado, y como imagen- ícono cargado de trashumancias éticas y morales. Una realidad que revela la gran carga histórica de éste.

"Pornokitsch: el cuerpo femenino como fetiche"

Fueron esas problemáticas las que Tanya Maluenda abordó y plasmó en la investigación que hizo para obtener el grado académico de Doctora en Bellas Artes en la Universidad de Granada, oportunidad en la que profundizó sobre algunos aspectos derivados de la construcción social de género. "Esta investigación significó un proceso de interiorización en ciertos temas que hasta ese momento no conocía profundamente, en especial los que no son específicamente artísticos y sus vínculos con otros, como un rizoma interminable, muy envolvente y muy atractivo pero que, a la vez, te dispersa bastante", cuenta Tanya Maluenda, quien acotó su investigación para centrarse en el pornokitsch.

Así fue surgiendo "Pornokitsch: el cuerpo femenino como fetiche", investigación doctoral en la que "se trataba de reconocer y entender cómo se manifiesta la estética pornokitsch en las artes visuales y en las imágenes publicitarias, donde la mujer aparece como un objeto de exhibición y manipulación simbólica", explica esta artista y académica, agregando al respecto que le parecía "indispensable reflexionar acerca de estos paradigmas implícitos en nuestra sociedad, que se construyen, modifican y asimilan a través de la amplia y variada gama de productos culturales, estableciendo determinadas valoraciones ético-estéticas y proyectando los intereses personales y arbitrarios de quien los utiliza".

Esta investigación, que realizó tras obtener la Beca Presidente de la República para estudios de postgrado en el extranjero, está estructurada en cuatro capítulos - Pornokitsch y cultura de masas; El imaginario erótico-pornográfico y el pornokitsch; La construcción del ideal femenino; y Trabajo experimental- a través de los cuales hace un recorrido histórico por las diversas imágenes que desde el arte, la publicidad y el cine han tenido como eje central al cuerpo femenino, para finalizar con un capítulo experimental en el que analiza el comportamiento de la mirada de un grupo de participantes sobre determinadas imágenes por medio del sistema de seguimiento ocular o Eye Tracking y el software Tobii Studio.

La construcción social de género y sus consecuencias en distintos ámbitos es un tema prácticamente inabarcable. ¿Cómo fue el proceso en el que fuiste acotando tu investigación hasta llegar al pornokitsch? Es decir, ¿cómo derivaste al eje temático de tu investigación?

Jerarquizando y trabajando en base a una metodología basada en prioridades. Tu pregunta me hace precisamente reflexionar en torno a esas prioridades. ¿Qué fue primero? Pareciera que todo siempre se generara desde un concepto establecido. Sin embargo, el proceso ha sido al revés. Primero surgió el problema, luego el concepto kitsch como algo conocido y sobreexplotado pero con una carga simbólica que no se agota, luego el impacto de su derivado: el pornokitsch.

¿Por qué decidiste hacer un recorrido histórico respecto a la presencia que ha tenido el cuerpo femenino como "objeto de exhibición y manipulación simbólica"?

Por las repercusiones que tiene en la sociedad este tipo de imágenes, en las que aparece como un objeto pasivo. Como observó John Berger en Modos de Ver, "los hombres actúan y las mujeres aparecen", reflejando la unidireccionalidad de la mirada en occidente. Una situación que tiene que ver con la histórica representación y valorización del cuerpo femenino a cargo del arte (en su dimensión externa) y a cargo de la medicina y la anatomía (en su dimensión interna). Ambas áreas del conocimiento establecieron unos cánones de belleza y salud que continúan muy arraigados.

¿Cuáles fueron las principales conclusiones que obtuviste en esa etapa de la investigación?

En este tipo de estudios, donde se pretende comprender una realidad vinculada a procesos socioculturales, es difícil llegar a sentencias radicalmente concluyentes. Sin embargo, fue posible constatar que, en distintas épocas históricas, el pornokitsch se sitúa como un modelo o paradigma caracterizado por la constante invitación al disfrute y a la posesión inmediata, recurriendo constantemente a cuerpos femeninos reificados, insertos en atmósferas de ficción o ambientes sugestivos, que buscan una recepción complaciente. 

Por otra parte, es posible afirmar que a pesar de las transformaciones culturales de los últimos tiempos, su condición de objeto manipulable y visualmente consumible se mantiene. Por ello, la investigación apunta a la necesidad de fomentar la valoración crítica de estas imágenes, proyectándolas como referentes en los procesos de creación.

Cuando hablas de "fomentar la valoración crítica de estas imágenes", ¿hay también una crítica implícita al respecto?

Me refiero a que todas las imágenes llevan mensajes implícitos, y que ante éstos debemos ser críticos y no asumir la información que nos viene dada con una actitud pasiva.

¿Y cómo han sido leídas estas imágenes a lo largo de la historia? ¿Qué es lo que sucede en la actualidad?

Creo que es insistir en lo mismo... en la evidencia de lo cotidiano, puesto que un cuerpo femenino estereotipado, continuamente y en distintas épocas, "aparece" como un objeto que invita al disfrute y al gozo complaciente. Así, las mujeres entran en este orden social como íconos amorosos, seductores o histéricos, al margen de sus reales vivencias. Una situación que exhibe el peso del poder androcentrista, evidenciando a su vez la vulnerabilidad del cuerpo femenino fetichizado y progresivamente desmembrado, reducido a fragmento y objeto, que más allá de su historia y en las acertadas palabras de Umberto Eco, es: "disfrutable por su efecto de artisticidad y deseable por su comestibilidad".      

Desde esa perspectiva, ¿qué implicó el desarrollo de tu tesis a la hora de releer estas imágenes? ¿Dónde crees tú que está el principal aporte de tu investigación?

En abordar distintos ámbitos en que se ha ido construyendo el ideal femenino que se manifiesta tanto en las artes visuales como en la publicidad. A partir del pornokitsch como categoría ético-estética se tratan los diversos parámetros del imaginario erótico-pornográfico, arquetipos y estereotipos, así como la presencia de este ícono en el nuevo escenario tecnológico.

La importancia de la mirada en estas construcciones simbólicas es evidente e innegable. Por ello, y de acuerdo a una perspectiva de transversalidad, también se realizó un trabajo experimental en colaboración con la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada, cuyo objetivo era complementar la investigación con las nuevas tecnologías de seguimiento ocular o Eye Tracking y el software Tobii Studio.

¿Qué te llevó a incorporar este trabajo experimental en tu investigación?

En primera instancia es porque creo en el gran aporte que significa la transversalidad de los distintos campos del conocimiento; integración y dinamismo que retroalimenta los distintos saberes. Si bien no siempre hay resultados positivos, el riesgo y la aventura del hallazgo y la experiencia misma, conllevan un valor innegable. Por ello me pareció interesante la tecnología del seguimiento ocular, que ha sido utilizada tanto en publicidad, ergonomía, medicina, así como en investigación y creación artística. En este trabajo experimental colaboraron con gran interés los investigadores del Departamento de Psicología de la Universidad de Granada; Sr. Doctor José J. Cañas, Director del GEC (Cognitive Ergonomics Group), y el Licenciado D. Leandro D. Stasi.

Por último, ¿qué proyecciones ves en tu investigación?

La tesis es posible proyectarla en distintos ámbitos. Por mi parte, me gustaría seguir investigando en cada uno de los temas tratados, porque en este tipo de estudios siempre quedan muchas ventanas. Principalmente la fascinación por la artificialidad de las imágenes del cuerpo femenino y su recepción acrítica, derivando en excesos visuales cada vez menos simbólicos.

Asimismo, me interesaría continuar con esta primera experiencia transdisciplinar y el uso de las tecnologías de seguimiento ocular, así como proyectarla en el ámbito de la creación, explorando aquellas zonas del arte vinculadas a la percepción y la psicología de masas.

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