Para el avezado percusionista y Director del Programa de Extensión de Música Popular de la Universidad de Chile, Patricio Salazar, la música es una sola y no tienen sentido las querellas entre lo docto y lo popular. "Tenemos que ser integrales. Yo soy un músico docto y un músico popular. Es importante sacar de la formación docta cosas para ayudar a hacer música popular y de la popular a la docta. No tiene que haber esa discriminación de ninguna parte".
Con esa idea y una larga trayectoria que lo ha tenido en importantes agrupaciones de ambos mundos (desde la Orquesta Sinfónica de Chile a la banda del Festival de Viña del Mar, pasando por artistas como Buddy Richard, José Alfredo Fuentes, Quilapallún y otros de renombre mundial como Julio Iglesias o Salvatore Adamo), inició hace dos años y medio su proyecto de programa de extensión de música popular en la Universidad de Chile, logrando crear un espacio para esta forma no siempre bien preciada de enfrentar la música.
"El músico popular tiene el estigma de que es borracho, que es bohemio, que es drogadicto, que es irresponsable, pero no es así. Con este programa pretendo dignificar al músico popular y a la música popular", dice Salazar. "Queremos formar los mejores músicos populares del país, que manejen el universo completo de los géneros, no sólo el rock o el blues, y que al cabo de cinco años puedan ganarse la vida como músicos profesionales".
Así, con una banda compuesta por todos los profesores del programa y algunos amigos invitados, que estarán a cargo de cinco saxos, cuatro trompetas, tres trombones, dos teclados, bajo, batería, guitarra eléctrica y dos cantantes, se presentará este sábado para dar inicio a un nuevo año académico, interpretando clásicos como "New York, New York" y temas del repertorio nacional como "Sube a nacer conmigo hermano", de Los Jaivas, versión Big Band.
Junto a ellos se presentará Santiago All Stars, una de las orquestas de salsa más importantes de Chile, quienes también darán una clase magistral sobre los orígenes del género, adentrándose en los inicios de la música afrocubana y su derivación en la salsa.
"Queremos que los alumnos vean hacia donde van con esto, adonde pueden llegar. Y también que los padres se den cuenta que es algo serio, porque la música popular se asocia a juerga y tontera".
-¿Como ve hoy a la música popular en Chile?
-Hay mucho talento, mucho intérprete bueno, porque están bien preparados. Es un momento lindo el que está viviendo la música popular en nuestro país, ya no se forman solo como autodidactas, hay un estudio académico detrás... el que no entra a esta máquina está fuera del mercado, ya no existe el músico que toca por oído o solo porque tiene talento, hay muy buenas escuelas, porque es una necesidad de mercado.
-Y después de haber tocado con tantas orquestas y grupos populares, ¿hay alguno con el que no haya tocado y que le hubiese gustado tocar?
-Me hubiese gustado, cuando se fue Gabriel Parra de Los Jaivas, haber sido el baterista de ellos. Y ahora que vi a Los Tres en el Festival de Viña, también me hubiese gustado haber tocado con ellos, eso me produjo un poco de envidia (risas). Realmente ambos grupos prestigian a la música popular de nuestro país, ahí me hubiese gustado haber tocado, pero bueno, no se dio no más.