La Sala Antonio Varas del Teatro Nacional Chileno fue escenario para un conjunto de cuerpos, ideas y gestos en movimiento durante las jornadas de Coreográficas 25. En dos funciones sucesivas, siete obras inéditas llenaron el histórico espacio escénico, cada una traduciendo en movimiento temas como memoria, identidad, vínculos sexoafectivos, herencias culturales, miedo, masculinidad y la relación entre cuerpo y territorio.
Por sobre un simple espectáculo, este encuentro buscó visibilizar la fuerza creativa de la nueva generación de coreógrafas y coreógrafos del país, poniendo sus voces en diálogo con una audiencia diversa, contabilizada en 180 asistentes, entre ambas jornadas.
“Es importante proporcionarles un espacio como este a las nuevas generaciones, a nuestros estudiantes, ex estudiantes, a las personas que están creando, que tienen una compañía, que tienen incentivos personales e imaginativos”, comentó la destacada coreógrafa, bailarina y docente del Departamento de Danza de la Facultad de Artes, Nuri Gutés, quien integra el equipo organizador de Coreográficas.
Esta versión del encuentro vino a suceder al del año anterior, que tuvo una repercusión posterior, con dos obras que se presentaron en el marco de la programación 2025 del Centro Cultural Gabriela Mistral. En ese sentido, las proyecciones que ofrece Coreográficas son considerables, según destaca la docente Gutés: “Queremos que esto vaya cobrando fuerza, que sea un hito a fin de año, que se instale dentro del calendario. Queremos que los grupos vayan preparando sus trabajos para poder participar y podamos seleccionar. Ahora son dos días, pero esto podría durar cuatro, cinco días, con muchas más obras”.
La organización y ejecución del evento fue concretada en conjunto con la Dirección de Creación Artística de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo. En ese sentido, su director, Fernando Gaspar, reflexionó sobre los resultados de la iniciativa: “Estamos muy emocionados por lo vivido en estas jornadas de Coreográficas 25. Como Universidad de Chile, es parte de nuestra responsabilidad pública favorecer la producción artística joven, y Coreográficas cumple plenamente ese objetivo: impulsa trayectorias y contribuye al fortalecimiento y consolidación del trabajo de coreógrafas y coreógrafos emergentes, aportando a la proyección de la danza contemporánea en Chile. Esperamos que este espacio siga creciendo año a año y que, en futuras ediciones, podamos ver cada vez más propuestas provenientes de distintas escuelas, territorios y espacios formativos del país”.
Por último, significativa fue la presencia del Decano de la Facultad de Artes, Fernando Carrasco Pantoja, quien no ocultó su emoción ante el trabajo y nivel de las y los artistas: “Todo lo que he vivido aquí ha sido una gran emoción. Considero que hay un nivel técnico, excepcional de los bailarines y las propuestas. El trabajo que han realizado es de primera categoría. Felicito esta idea y que siga prosperando porque realmente lo que se ve acá no se ve en ninguna otra parte, solamente aquí”, apuntó.
Coreográficas 25 se posiciona más allá de su valor artístico. Esta edición fue un momento de reflexión sobre la importancia de espacios de encuentro y exhibición, así como la oportunidad de dar cabida a nuevas tendencias, miradas y perspectivas con el cuerpo. De este modo, la Universidad de Chile se posiciona como una plataforma de creación y circulación, subrayando la necesidad de sostener, año tras año, un tejido para quienes transitan los primeros pasos de sus trayectorias artísticas.
