Desde su creación en 1925, el Banco Central de Chile ha conformado paulatinamente una de las colecciones institucionales de pintura más completas del país. Distribuidas en pasillos y oficinas del edificio, son 304 obras de 97 pintores chilenos y extranjeros, que abarcan diferentes períodos de nuestra historia, desde mediados del siglo XIX.

Desde la Unidad de Gestión Cultural y Proyectos Estratégicos del Vicedecanato de la Facultad, dirigida por Erika Valdés, se levanta y coordina el trabajo relacionado con la restauración. El equipo está liderado por la restauradora Karina González como coordinadora técnica, acompañada por dos restauradoras profesionales y tres pasantes del Postítulo en Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural Mueble, también impartido por la Facultad. En esta etapa del proyecto, el equipo está compuesto así, pero en un futuro cercano, considerando la ampliación del trabajo y la necesidad de abordar otras aristas del proceso, se sumarían dos restauradoras adicionales y tres pasantes.

Una primera etapa de diagnóstico realizada a 304 obras, durante los meses de febrero y marzo de este año, permitió establecer que la mayoría se encontraban en buen estado de conservación. No obstante, se detectaron 29 piezas en mal estado. De estas, 12 fueron catalogadas con pérdida crítica en la capa pictórica, lo que hizo urgente su restauración para evitar daños irreversibles.
Sobre estos resultados preliminares, la restauradora Karina González destacó que “es una señal clara del compromiso que ha tenido el Banco Central con el resguardo de estas piezas. Este bajo porcentaje confirma la existencia de protocolos de cuidado y un manejo preventivo que ha sido efectivo”.
Visibilizar el proceso de restauración

Estas tareas se están desarrollando en un taller habilitado especialmente para esta etapa, ubicado en el Patio Inglés del Banco Central. Este es un espacio de distensión y reuniones informales, donde todos los trabajadores suelen pasar al menos una vez al día. Así, la iniciativa de trabajo abierto funciona también como instancia de mediación e intercambio con las y los funcionarios de la institución.
“Realizar este proceso se planteó como un recurso estratégico para integrar a los funcionarios y visibilizar, a la vez de hacer atrayente, una práctica interna y por lo general poco conocida para el público como es la conservación-restauración”. Asimismo, la Coordinadora Técnica complementa que las personas se han mostrado muy interesadas en las labores y a menudo pasan a preguntarles sobre los procedimientos. “Como equipo, valoramos profundamente esta conexión con las personas y con la memoria institucional. Nos recuerda que no sólo restauramos objetos materiales, sino también parte del imaginario simbólico que estos bienes representan para una comunidad”.

El trabajo en proceso formará parte de una exposición conmemorativa por los 100 años del Banco Central, que se inaugurará a principios de agosto en el Centro Cultural La Moneda. La muestra incluirá una parte significativa de la colección pictórica, junto con una selección de piezas de su colección numismática, permitiendo a la ciudadanía acercarse a la historia institucional del Instituto Emisor.
Compromiso con el patrimonio cultural
Esta importante colaboración entre ambas instituciones representa un compromiso concreto con el patrimonio cultural. “Vemos esta colaboración como el puntapié inicial para un proyecto a largo plazo de constante conservación y restauración de nuestra pinacoteca. Para nuestra institución, la confianza es central, y el equipo de la Universidad de Chile ha demostrado su profesionalismo desde el primer día, por lo que nos encantaría continuar trabajando con ellas”, enfatiza la Gerenta de Asuntos Públicos del organismo autónomo.

En ese sentido, es a través de los centros extensionales, como el Teatro Nacional Chileno, el Museo de Arte Contemporáneo y el Museo de Arte Popular Americano, que la Facultad de Artes custodia colecciones de gran valor histórico y cultural, potenciando su rol en el resguardo del patrimonio cultural nacional.
“Nuestra responsabilidad no sólo recae en el resguardo, conservación y restauración de este patrimonio, sino, fundamentalmente, en su puesta en valor a través de la investigación y producción de conocimiento. Es por ello que trabajamos en dos direcciones fundamentales: asegurar la preservación de estos bienes y fomentar su valoración y divulgación mediante la producción académica, que amplifica su relevancia dentro del contexto cultural y académico nacional”, concluye el Vicedecano y también escultor y artista.