“El proyecto comenzó con una invitación de Il Posto a pensar juntos la faceta de pintor de Gonzalo Díaz a partir de las obras que forman parte de su colección”, cuenta Amalia Cross, curadora de la muestra Gonzalo Díaz pintor. “Esas primeras piezas marcaban un arco temporal y delineaban un periodo muy específico (1980-1985) que nos pareció interesante de explorar –los principios que articulan su propuesta de obra, su viaje a Florencia, la aparición de la chica Klenzo como Madona del arte chileno y su regreso a Chile como un retorno, también, de la pintura– y complementar ese relato con otras obras de la colección particular de Nury González. Se trata de un momento bisagra entre su primera etapa más pictórica y lo que vendrá después. Es decir, el momento anterior a su deriva hacia el objeto y la instalación que es lo más conocido de él. Justo antes de convertirse en una referencia indiscutida de un arte más sesudo y conceptual propio de la escena artística de la época: Gonzalo Díaz antes de Gonzalo Díaz”.
Aunque en las últimas décadas el nombre del artista Gonzalo Díaz, también académico del Departamento de Artes Visuales (DAV) de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, se ha asociado de forma natural a instalaciones complejas, estructuras de gran escala y un tipo de arte que dialoga intensamente con lo político y lo institucional, Amalia Cross sostiene que en el fondo de todo eso habita una matriz pictórica.
“Sus instalaciones son, sin duda, el sello de su trabajo como artista por su impacto y complejidad en los últimos 40 años. De hecho, siempre he pensado en Gonzalo Díaz como el MacGyver del arte chileno. Alguien capaz de resolverlo todo con un clip, un trozo de cinta adhesiva y luces de neón. Pero también es cierto que el pensamiento que está en la base de sus instalaciones es un pensamiento pictórico desplazado. Porque la pintura es su lengua madre, su lenguaje y oficio desde su primera formación en la Escuela de Bellas Artes en la década del sesenta. Y aunque haya dejado de pintar, no estoy tan segura de que haya dejado de pensar como pintor”, agrega la curadora.
En esta muestra, la pintura no se presenta como gesto expresivo sino como procedimiento. Amalia explica que la relación del artista con la gráfica fue clave en esa transformación: “La gráfica es clave en la medida en que Gonzalo Díaz se propone retardar la percepción de lo pinturesco de la factura en sus obras. Algo así como ir borrando las huellas del gesto expresivo y los rastros de una autoría para actuar en su lugar de manera más mecánica y procedimental como un artista-biónico. Y eso lo logra a través de ciertas operaciones que estructuran las obras de este periodo: bloques de color, el uso de cinta de enmascarar, plantillas y estarcidos, pintura con spray, la repetición de gestos, esmaltes sintéticos, colores estridentes, la copia manual, la serialidad, las costuras con máquina de coser, los timbres de goma, y elementos gráficos preexistentes que provienen de un imaginario pop que se encuentran en cualquier almacén de la esquina: el corazón, la bandera de Chile, la imagen de la chica Klenzo impresa en el detergente en polvo. A las que se sumará el mozo del vino Santa Carolina y la majestuosa montaña de Los Andes de las cajas de fósforos”.
El enfoque de la muestra también permite abrir preguntas sobre lo que no ha sido suficientemente revisado. “Siempre quedan muchos aspectos por investigar”, dice la curadora, “y varios de ellos están siendo investigados por otras personas. A mí me gustaría profundizar en sus pinturas ‘metafísicas’ que conforman la serie Paraíso perdido de 1976 y en la posibilidad de ampliar la historia sentimental de la pintura chilena como categoría historiográfica. Eso sería entretenido. También creo que es importante explorar su método de enseñanza en el Taller de pintura de la Universidad de Chile, por su influencia, por la cantidad de años que ha ejercido la docencia y por los artistas que ha formado”.
La exposición Gonzalo Díaz pintor está abierta al público en Il Posto (Espoz 3150, piso -1, Vitacura), con visitas los jueves y viernes de 15:00 a 18:00 horas, y los sábados de 11:00 a 14:00. A través de las redes sociales de @ilposto.cl se anunciarán actividades como charlas, encuentros y visitas guiadas. Además, en www.ilposto.cl puede descargarse el catálogo digital de la muestra.