Laura Zavala comenzó a trabajar en 2015, mientras aún estudiaba la carrera de Diseño Teatral en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile. En esa época “ya estaba haciendo asistencia, egresé en el 2016 y desde ahí que no he parado”, cuenta. “Primero hubo varios proyectos remunerados como asistencia, pero también diseñaba con compañeres de la universidad que egresamos juntes, con los que armamos una compañía que se llamaba Teatro Catástrofe y con quienes empezamos a hacer obras por nuestra cuenta”, recuerda la diseñadora teatral, dibujante y música, y quien tiene, además, estudios en dirección de arte en la escuela EICTV (Cuba).
“Me he desempeñado principalmente en teatro y, desde hace un par de años, en conciertos”, señala Laura sobre su experiencia laboral, destacando particularmente que en el medio teatral se trabaja en red con otras personas. “Al menos en mi trabajo es así y eso me gusta un montón, pero es un medio que está súper precarizado. Diría que el teatro y la danza son los que están más precarizados en términos de condiciones laborales, entonces, eso se siente muchas veces en cada detalle y hace que uno piense si seguir o no en este rubro, porque el diseño escénico efectivamente tiene muchas posibilidades, puedes trabajar en audiovisual, iluminación, escenografía, por ejemplo”.
Recientemente, Laura Zavala publicó el texto “Luminarias de alta potencia: una nota breve sobre iluminadoras en Chile”, texto en el que a partir de su propia experiencia y la de las once mujeres y disidencias del rubro de la iluminación escénica que entrevistó, ahonda en lo que es ser mujer y disidencia en ese campo. “Partí desde la curiosidad y las ganas de visibilizar algo que hablamos siempre entre nosotras cuando nos topamos en cualquier lado, por eso se me hacía raro que no estuviera más desarrollada esta discusión, que no fuera más pública”, dice sobre ese texto en el que reflexiona sobre el hecho de que aún son muy pocas mujeres y disidencias en el rubro de la iluminación, el trato diferenciado, las condiciones laborales, entre otros aspectos.
¿Qué es lo que quisiste visibilizar en este texto? ¿Qué es lo que te queda luego de hacer las entrevistas y armar este texto?
Algo súper esencial es que una no se imagina las cosas que te pueden pasar trabajando, por ser mujer o disidencia. A veces se cree que pueden ser percepciones de una y nos preguntamos si le estamos dando color o exagerando, pero es algo que pasa en todo ámbito, no solo trabajando en iluminación de conciertos. Por eso, la sensación de que a todas nos ha pasado lo mismo fue súper impactante, algo importante que me quedó de la nota. Cuando las demás la leyeron también sintieron ese impacto al ver este relato que se repetía. Yo las entrevisté y fui encontrando puntos en común, intentando fusionar un canal para que aparecieran solo esas cosas en común. Así, apareció una sensación como de unión entre nosotras y también la idea de que las cosas están cambiando un poco, muy paulatinamente. Todas concordaron que antes era mucho más rígido y ahora está más tranquilo el tema del machismo, del paternalismo, esto de que te vean y crean que no sabes.
En tu texto, una de las entrevistadas decía que no había espacio para poder equivocarse en el rubro al ser mujer/disidencia, sentía que siempre tenía que estar demostrando sus habilidades.
Todas nos sentíamos así o todavía nos sentimos así, como en un estado de alerta y de tensión constante. La nota también me enseñó mucho a adquirir conciencia de que cuando estás en ese estado trabajando, no tienes las condiciones para poder crear con tranquilidad. Está bien que haya veces donde eres un técnico programando una consola, pero si vas a iluminar un concierto y tienes un técnico monitoreando constantemente te pones muy rígido, y lo creativo se ve mermado por las condiciones laborales que te imponen. Igual este año no me he topado tanto con ese tipo de situaciones. Pareciera que el medio está cambiando, siendo más amable con el otro. Si no sabes algo no te castigan por eso, sino que te enseñan, y lo que importa en las artes es trabajar colaborativamente y escucharse entre colegas.
¿Qué importancia tiene para ti destacar la presencia y las dificultades de las trabajadoras mujeres en las artes escénicas en Chile?
Creo que se vincula con empezar a acortar una brecha que lleva miles de años instalada y que acá se ve específicamente en las trabajadoras de las artes, pero que está presente en todos los ámbitos de ser mujer. Creo que tiene que ver también con empezar a normalizar el ver mujeres y disidencias haciendo lo que hacemos, porque claro, es necesario visibilizar nuestro trabajo, pero siempre ha estado ahí, siempre hemos hecho cosas, publicado cosas. Por eso creo que mientras más visibilidad se dé a ese espacio, más normal va a ser. Y es también para que las infancias vean que eso es normal, que todes hacemos este tipo de cosas en el arte y que no sea como un premio o un reconocimiento que nos tienen que dar por hacer nuestro trabajo, que siempre hemos hecho.
A partir de tu experiencia, ¿qué prácticas consideras relevante incorporar para una mejor inclusión de las trabajadoras en el medio escénico?
Son varias, pero principalmente pienso que son prácticas más institucionales, refiriéndome a las instituciones que les dan trabajo a estas trabajadoras, las que deberían instalar una serie de políticas para que hacer su labor no sea una dificultad. Eso obviamente no cambia el tema de las actitudes o del ambiente dentro del espacio laboral, pero sí tiene que partir desde ahí, de los trabajos formales. En el rubro escénico, muchos trabajos son montar un escenario donde antes no había nada, lo que hace que las condiciones sean aún más precarias, porque no hay un edificio, ni una institución fija que te albergue como trabajador y te resguarde. Entonces, se escapa más fácil la responsabilidad de los empleadores en cosas básicas como de bienestar para las personas que menstruamos, por ejemplo.
También es importante bajar la competitividad. A veces, solo por llegar alguien nuevo, se siente la amenaza, y eso no solo pasa con las mujeres o las disidencias, pasa con todas las personas. Entonces, el rubro tiene esa característica, evita que haya un bienestar o un relajo, es como un cuerpo en tensión y en alerta todo el rato, con ganas de defenderse de sus empleadores y de sus compañeros. Creo que eso es responsabilidad de los empleadores y también de uno mismo como trabajador/trabajadora de las artes, de incorporar esas prácticas, sea técnico o sea artístico.
¿Cuáles son tus proyecciones en torno a tu desarrollo laboral como trabajadora en las artes escénicas?
Mis proyecciones son súper expandidas en el sentido de que no me imagino siendo solo diseñadora escénica. El diseño teatral es una práctica en la que hay muchas áreas de desarrollo, por lo que mis proyecciones van a conectar con otras disciplinas, es decir, toco música y también dibujo, y ahora estoy haciendo luces para conciertos, entonces hay muchos cruces. También estuve tatuando y eso refleja que en la vida del arte hay muchas cosas por hacer y desarrollarse, porque las ganas son muchas, al menos para mí son como infinitas. Todo el rato quiero aprender cosas nuevas. Escribir esta nota fue como ampliar la noción de la escritura, entonces mis ganas de investigar son en el amplio sentido de la palabra, en ir probando distintos formatos y ver cómo se pueden relacionar con el diseño escénico. Y me refiero a las posibilidades del diseño como punto de partida, es decir, crear desde la imagen o desde sensaciones son cosas que ahora se están explorando. Pero es eso para mí: el cruce entre distintas disciplinas, ampliar y expandir las posibilidades de creación.
Tomando esta idea de comenzar desde el diseño. Cuando has estado en colectivos, ¿tú llegas proponiendo desde el diseño? ¿Desde ahí se levantan cosas?
Me acuerdo que lo hacíamos en obras, en espacios considerados más de confianza o más seguros, como mi compañía, pero en las pegas es distinto porque uno tiene que ir y en cierta cantidad de meses cumplir tu objetivo. Pero en estos espacios de confianza que mencionaba al principio, ya a la segunda o tercera obra levantamos imágenes o escenas de cosas que yo proponía o que se nos ocurrían a todos, y entonces luego la pregunta era cómo metes eso en la obra, por qué, cuál sería la situación. Creo que escribir la nota me hizo despertar, además, un deseo de seguir haciendo este tejido entre las personas, preguntarle cosas a la gente que me rodea, ya sea profesional o creativamente. Eso de juntarse a conversar me gusta mucho y me pregunto qué otras maneras hay de que eso ocurra sin tener que juntar gente simplemente en una pieza. Siento que la nota igual hace un poco eso y abre la oportunidad de este intercambio de perspectivas que no fue físico, sino que fue un trabajo de enlace de mi parte. Hacer esa mediación puede suceder donde sea, desde la música o el teatro.
¿Cómo ha sido desarrollar el trabajo colaborativo en las artes escénicas en espacios de confianza y en ambientes más formales, por llamarlos de alguna manera?
Para mí ha sido importante estar en esos espacios y percibir las dinámicas que se dan en ambos, cómo me he sentido en estos espacios y qué me gustaría que uno tuviera el otro. Porque también los espacios que no son de confianza han sido muy bacanes para desarrollarme en cosas más técnicas o laborales. En los espacios de confianza te puedes dar más licencia para experimentar o perderse entre las ideas, y en las pegas no te puedes perder tanto, porque estás ahí porque te contrataron por lo que sabes hacer. Pero en el teatro siempre hay una calidez, aunque sea un espacio laboral no de confianza, entonces, para mí ha sido un trabajo de identificar las características de ambos espacios y poder plantear mis necesidades, aunque uno se encuentre con una nula voluntad a escuchar o al cambio, por lo que toca ponerse una coraza más técnica o resolutiva y no involucrar afectos, que igual conlleva secuelas.
También ha sido súper importante empezar a reconocer qué cosas para mí son necesarias a la hora de trabajar, en relación con que el trabajo en el arte es muy humano. Entonces, para uno no perderse en el estrés o en las cosas que podrían afectar en tu bienestar durante tu labor, es necesario tener claridad de lo que se necesita y poder plantearlo.