“Asumir la coordinación del programa no sólo me parece desafiante, sino también muy pertinente por las reflexiones que puedan generarse desde el Departamento de Teoría de las Artes. Además, siempre es un desafío trabajar con personas que ya poseen una formación académica, que tienen conocimientos en el área y sus propias trayectorias desde sus disciplinas. En el fondo, un ida y vuelta de conocimientos y vínculos”, expresa Paz López, quien asume la coordinación de este programa para su versión 2025.
La curaduría en tanto práctica crítica, propicia una forma de conocimiento que trabaja en el cruce entre teoría, investigación, producción de imágenes, dispositivos expositivos, instituciones artísticas e imaginaciones colectivas. En ese contexto, este Diploma de Postítulo se plantea con un especial énfasis en el trabajo práctico de los/as alumnos/as. Así, “la curatoría en tanto experiencia práctica permite trabajar a partir de una serie de recursos investigativos o teóricos, al mismo tiempo que permite tener ciertas aproximaciones de lo que podría ser un trabajo en concreto en el ámbito de la historia y la teoría del arte”, explica la profesora, agregando que este programa “permite avistarse en un área en la cual los/as participantes podrían desarrollar su futuro profesional”.
“En el curso de Curatoría que realizo para pre-grado se ha generado una experiencia muy significativa, puesto que se realiza en vínculo con la colección del Museo de Arte Contemporáneo (MAC), que lo vuelve un trabajo curatorial mucho más práctico que teórico, que permite a los/as estudiantes adentrarse en este proceso con todo lo que ello implica. Es decir, asumen compromisos con los y las artistas y con el espacio o a institución con la que exhiben, siendo una experiencia muy significativa”, cuenta.
¿Cuáles son los objetivos que se propone en esta coordinación del Diploma de Postítulo en Prácticas Curatoriales?
La curatoría puede significar muchas cosas, desde agrupar un número de obras y exponerlas, es decir, hacer trabajos curatoriales menos investigativos y más centrados en la exposición, hasta ser resultado de amplios procesos colaborativos y de investigación. Me parece más interesante esto último, por eso quisiera darle un énfasis a este Diploma de Postítulo en los procesos investigativos y en las narrativas curatoriales.
Es decir, pensar la curatoría como un lugar que permite cierto litigio entre narraciones vinculadas no sólo a la historia del arte, a las instituciones artísticas, sino que a la propia historia de nuestra cultura. Los trabajos curatoriales pueden ser investigaciones que permiten producir nuevos saberes sobre las imágenes, producir nuevas imágenes e imaginaciones sobre nuestra propia cultura. En ese sentido, me parece interesante pensar en una curaduría crítica, que está más vinculado a las imágenes o a un pensamiento audiovisual, que permite trabajar con ciertos saberes teóricos, con la visualidad, las instituciones, los públicos y las imaginaciones colectivas. Un espacio muy nutritivo si uno asume esa tarea.
¿Cuáles serán las habilidades y competencias que podrán adquirir los y las alumnas en este Programa? ¿Hacia dónde se enfoca la profesionalización que ofrece?
Una de las fortalezas que tiene este Diploma es ofrecer conocimientos sobre los distintos ámbitos involucrados en las prácticas curatoriales a los/s participantes. Y que, asimismo, puedan conocer curatorías que trabajan en el cruce entre historia social, historia del arte e historia política. Curatorías que han sido importantes por su modo de irrumpir en estas historias. Además, está la oportunidad de adquirir conocimientos de museografía, políticas de colección y cómo pensar textos curatoriales. A veces las curatorías se realizan para corroborar ciertas teorías y me parece que es mucho más interesante el proceso inverso, es decir, cómo los montajes de esas imágenes permiten producir nuevas configuraciones sensibles.
En ese sentido, hay un módulo pensado desde una línea más histórica de las curatorías. Otro módulo que se enfoca en trabajos mucho más concretos con las instituciones, con sus estructuras de intermediación a partir de experiencias de curadores/as o investigadores/as, para, posteriormente, cerrar el programa con un módulo más enfocado en la escritura, la narrativa y la crítica de exposiciones. Todo eso va a servir como herramienta para la producción de proyectos curatoriales.
Desde este Diploma de Postítulo, ¿cómo se piensa el diálogo con el espectador/a de una obra?
La curatoría tiene que pensar de manera profunda los públicos que van a asistir a las exposiciones, la propia noción de público y de espectador. Y si pensamos que una exposición nunca es un argumento cerrado, no es un dogma sino una red de significados que incluyen aquellos que el propio público les otorga, se vuelve necesario reflexionar sobre los modos en que las instituciones artísticas piensan sus pedagogías, sus mediaciones, teniendo en consideración que el espectador no es un sujeto pasivo ni un consumidor sino un sujeto político, sensible. Didi Huberman dice que una exposición no debe tratar de tomar el poder sobre los espectadores sino aumentar su potencia de pensamiento, y eso me parece una buena manera de pensar la relación con el espectador.
¿Cuáles son los desafíos para el Diploma con miras al 2025?
Anteriormente, se impartieron unos Cursos de Extensión desde el Departamento de Teoría de las Artes y fue una experiencia muy nutritiva y con buena recepción. Desde ese punto de vista, uno de los principales desafíos para el programa el 2025 es continuar con ese intercambio y seguir tanteando el rumbo que va a ir tomando el Diploma de Educación Continua, considerando las propias inquietudes e intereses que tengan los y las alumnas que se sumen a este programa, así como los proyectos que vayan desarrollando. Como es un Diploma de Postítulo, que se va a desarrollar de manera online, nos va a permitir conectarnos con personas de diversas regiones del país, ojalá de otros países, que tengan intereses en las áreas de la curatoría.
Los cursos de este Diploma serán realizados por agentes activos del campo curatorial, con artistas que han sido curadores/as, personas que dirigen instituciones artísticas o que tengan alguna investigación curatorial en curso, por ejemplo. Nos interesa que sean las propias experiencias curatoriales las que puedan ser transmitidas a los/as participantes. La noción de práctica tiene que ver con pensar los modos en que cada proyecto va dando sus propias pautas para producir una curaduría, una forma de ir aprendiendo en el hacer, y no un recetario.
Paz López es ensayista y académica del Departamento de Teoría de las Artes de la Universidad de Chile. Doctora en Filosofía con mención en Estética y Teoría del Arte. Ha publicado Velar la imagen. Figuras de las pietà en el arte chileno (Mundana, 2021) y La vida, una imagen que nos falta (Cuadro de Tiza, 2020), además de diversos ensayos en revistas impresas y digitales. Actualmente es investigadora postdoctoral con un proyecto FONDECYT sobre los vínculos entre arte y literatura en Latinoamérica. Forma parte del equipo editorial de Revista Barbarie.