Tienen 25 y 30 años. Iván Tapia Bruno e Ismael Huerta han recibido varios reconocimientos en sus incipientes carreras como compositores. También han ganado concursos, el más reciente el del Festival Internacional de Música Contemporánea (FIMC) 2024 que los tendrá como autores estrellas en la clausura del encuentro el próximo viernes 13 de septiembre. Sonríen al hablar de esa jornada musical en que sus obras De trenes y aves y Queixada, respectivamente, serán interpretadas por uno de los elencos más importantes de nuestro país: la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile. “Era un sueño profesional que anhelaba” dice Ismael Huerta temprano, mientras que Iván Tapia agrega que “tener la oportunidad de presentarse con una orquesta es escasa, con una orquesta grande es aún más escasa y con una grande y profesional como es la Sinfónica Nacional de Chile es tremendo”.
Ambos autores están en un momento crucial en sus carreras, pues acaban de terminar sus estudios de pregrado y ya empiezan a pensar en perfeccionarse fuera de Chile, por lo que esta selección es, sin duda, un respaldo para sus siguientes proyectos como compositores.
“Creo que escribir para una orquesta sinfónica es un interés que tenemos todos los compositores, pero es difícil concretarlo”, dice Tapia.
De trenes y aves
Iván Tapia Bruno viene hace un tiempo trabajado inspirado en el sonido de los trenes y las aves. De hecho, en 2023 también participó en el FIMC con una obra para flauta y electrónica llamada De otras aves.
“Me gusta mucho el sonido crudo, entonces constantemente estoy encontrándome con elementos sonoros con un discurso muy claro y que han inspirado muchos trabajos. Dos de esos elementos más recurrentes son los pájaros y los trenes”, explica agregando que “los sonidos como los de las aves y los trenes aportan una cantidad de información sonora impresionante. Son sonidos donde timbre, duración, altura se mezclan en una sola masa informativa que para mí es de mucho provecho. Al principio de la creación trabajé adaptaciones instrumentales de cantos de aves típicas de la zona centro como el chercán, la diuca, el chincol y la perdiz. En el caso del tren azul, específicamente el tren de las líneas 1 y 5 del metro de Santiago, se trata de una combinación de sonidos tan particular que incluso parece que un compositor lo diseñó. De hecho, siempre canta la misma séptima menor cuando se va”.
Sobre cómo trabajó esos materiales, adelanta que “hay momentos donde se presentan casi textualmente ambos, como una exposición, pero la pieza es una especie de morfopoiésis sonora construida a partir de la interacción de los dos materiales. A través de la escritura y el recurso instrumental los puedo armar, rearmar y combinar”.
Sobre el próximo estreno de su obra, el compositor cuenta que la experiencia hasta ahora ha sido enriquecedora, principalmente porque “en el aula no aprendes a cómo tratar con un director, con la orquesta, con el concertino, con el editor, entonces es un mundo y ha sido un aprendizaje real”. Sin embargo, agrega que “lo que más me pone ansioso es la sorpresa de ver la diferencia entre lo que hay en mi mente y lo que el director y los músicos piensan sobre la misma obra”.
Queixada
Una lesión grave a la rodilla detuvo la práctica de la capoeira del joven compositor Ismael Huerta. No obstante, esa disciplina había calado de manera profunda su vida que desde aquella contusión la música se convirtió en su forma de mantener viva esa conexión.
Ese profundo vínculo tendrá como hito el estreno de Queixada, la obra con que Ismael Huerta ganó el concurso sinfónico del FIMC. “La capoeira, reconocida por la UNESCO como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, merece un espacio en la música sinfónica, ya que en mi pequeña búsqueda solo encontré arreglos de canciones de capoeira o de Berimabu más orquesta. Además, es una práctica que se lleva a cabo en todo el mundo, por los mismo decidí crear esta obra”.
“A través de la obra, exploro las diversas variantes rítmicas, melódicas y tímbricas del Berimbau, un instrumento esencial en la capoeira con el cual se interpretan los ritmos mencionados. Teniendo todo eso en mente, trato de capturar su esencia y adaptarla a un lenguaje orquestal contemporáneo”, adelanta el compositor.
“La estructura de la pieza se asemeja a una roda fantástica, un círculo imaginario donde la música y la danza se entrelazan en una experiencia continua de movimiento y sonido. En esta roda, las acrobacias y piruetas de los practicantes se reflejan en los gestos rápidos, líneas melódicas y texturas musicales, creando una experiencia auditiva que evoca la energía y la espiritualidad catártica de la capoeira”.
Sobre cómo ha sido la experiencia hasta ahora, Ismael Huerta expresa su felicidad con esta oportunidad y lo beneficiosa que es para sus próximos planes. “El próximo año quiero continuar mis estudios y este estreno me puede ayudar bastante en las postulaciones a universidades y becas”, concluye.
La jornada de clausura del XXIV Festival Internacional de Música Contemporánea de la Universidad de Chile se realizará el viernes 13 de septiembre a las 19:30 horas en el Teatro de la Universidad de Chile (Avenida Providencia 043). Además de las obras De trenes y aves y Queixada, el programa del concierto incluye el estreno absoluto de Concierto sinfónico de Fernando García- homenajeado del festival- y Redes del compositor mexicano Silvestre Revueltas. La entrada al concierto es liberada y debes inscribirte en este enlace https://forms.gle/