El papel es un material orgánico, compuesto de celulosa y procesado industrialmente a partir del siglo XIX. “Como materialidad, el papel es el soporte más utilizado en la historia, en el cual se ha plasmado la historia de la humanidad a través de dibujos, poesía y textos de diversa índole. Por esa razón es que ha sido motivo de estudio su manufactura y hoy es investigado para su conservación y restauración en contextos históricos y artísticos, debido a que es el más sensible a la degradación biológica y química”, explicó Yerko Quitral, bioquímico, científico asociado del Laboratorio de Conservación y Restauración del Archivo Central Andrés Bello y profesor del Curso de Especialización de Postítulo del Patrimonio Cultural Mueble, que imparte la Escuela de Postgrado de la Facultad de Artes. Este es el soporte el que ha despertado el interés de restauradores y conservadores con el fin de preservar su valor patrimonial para las futuras generaciones.
Con el objetivo de reflexionar en torno a la visualización de la disciplina y los desafíos que enfrenta la conservación y restauración del papel en Latinoamérica, se llevó a cabo la octava versión del Seminario Internacional de Conservación de Papel, instancia que convocó a especialistas en torno a la investigación en torno al patrimonio documental en torno a esta materialidad, “generando un espacio para compartir experiencias y metodologías de trabajo. Desde la vereda latinoamericana es muy relevante, puesto que es uno de los pocos espacios que existen para profundizar en esta área y crear redes entre profesionales de distintos países sobre esta disciplina”, señaló el prof. Richard Solís, quien imparte la asignatura de conservación del papel en este curso de especialización de postítulo.
Durante el seminario se abordaron diversas temáticas en las mesas tituladas Diversidad en formación y criterios de intervención; Desinfección de papel, un tema poco sano; La encuadernación bajo la mirada de la conservación y Los siete pecados en la intervención de obra plana. Asimismo, este encuentro contempló la realización de talleres sobre las guardas de conservación, normas ISO y cómo tratar insectos en el material bibliográfico y documental.
Para los profesores, la reflexión que propuso este seminario se desarrolló desde una perspectiva inter y transdisciplinar. “En las mesas que se convocaron, se generaron interesantes conversaciones y reflexiones muy necesarias, puesto que aún falta la incorporación de científicos que se adentren en estos temas. Lo que permitiría un avance importante en los estudios de los tipos de daño que puede experimentar esta materialidad, que tiene tantas complejidades”, comentó Richard Solís, enfatizando en que este tipo de especialidades tiene un perfil más técnico. “Es importante darle a esta disciplina un carácter más investigativo y que tengamos la posibilidad de cultivar la curiosidad antes de, por ejemplo, resolver una colección completa”, aseguró el profesor.
El papel como materialidad patrimonial
Con el paso de los años, el papel ha ido tomando relevancia desde la perspectiva del soporte y de la conservación de los archivos, “lo que ha hecho visible la necesidad de preservar dichas materialidades y que existan especialistas para ello. Por otra parte, en relación al arte, ha pasado del uso de obras más bien de carácter efímero, a la preocupación por proteger obras de carácter histórico y de valor patrimonial, pensando en el arte contemporáneo”, contó el prof. Richard Solís, sobre esta disciplina que vincula los/as restauradores en torno a los procesos científicos que experimentan las obras o documentos.
Para que estas obras perduren en el tiempo y mantener su integridad, “es importante realizar la mínima intervención para estabilizarlas como bien patrimonial, desde esa base, se sigue avanzando según el conocimiento y las técnicas que se tengan, por ejemplo. El uso de microscopias ópticas, la identificación de pigmentos, de tintas, de fibras presentes o la identificación del nivel de acidez del papel que es fundamental para la estabilidad de este soporte”, sostuvo el prof. Yerko Quitral.
En ese contexto, el proceso de restauración dependerá “del criterio que se aplique, que puede ir hasta intervenciones mayores, existiendo una diversidad de metodologías y uso de materiales para la limpieza y uso de solventes”, añadió el prof. Quitral, agregando que, en el papel los detalles como las letras, la tipografía y los bordes son manifestaciones de que lo que está ahí es vida, “porque han sido sujetos, los que han puesto y dejado en esa fragilidad su propia vida y sus propias huellas. El papel es el soporte de escritura más usado en la historia, por lo tanto, es el que tiene mayor registro como soporte textos, pero también obras de arte, fotografía y libros, que constituyen una fuente increíble e inagotable de conocimiento hasta nuestros días”, concluyó.