Académico DMUS:

Andrés Ferrari: "Lo que me gusta de las instalaciones interactivas es terminar con los roles tan esquematizados de la música, en que el compositor es el creador y el espectador quien recibe"

Andrés Ferrari: "Se puede buscar vías nuevas para expresar ideas"

“Me gusta jugar videojuegos, aunque no soy un gamer”, señala Andrés Ferrari, compositor y académico del Departamento de Música, al ser consultado por su relación con los videojuegos. “No es que me compre las últimas consolas, pero me gusta jugar. Puedo hacerlo en una Play Station, pero también me divierto con consolas antiguas, esas en que cuatro pixeles son un personaje. Me gusta la relación entre el mundo ficticio que propone el juego y la actitud activa que tiene quien juega”, añade.

El videojuego ha sido el eje central de sus dos últimas creaciones, Kandinsky Game y Ludikalis 01, con las cuales ha explorado en las posibilidades interactivas de la música, tensionando así los roles y formas de ésta. “Me desmotivé de seguir usando los mismos materiales para componer (partitura e instrumentos). Diferentes compositores buscan tal vez distintas soluciones para crear y transmitir un mensaje, yo elegí el videojuego porque calza con lo que quiero”, cuenta.

Profesor, ¿cómo surge a esta idea de vincular la música con los videojuegos y con las instalaciones multimedia?

Por varias razones. Investigando me di cuenta que hay mucho en común entre el acto de jugar y las artes representativas. Por ejemplo, tanto jugar como contemplar una obra nos suspende de la realidad, es decir, se hace una inmersión a un mundo paralelo. En ambos casos hay reglas que uno tiene que respetar, y también se efectúan dentro de un marco de tiempo y lugar, es decir hay un inicio y un fin. Además, tanto en el juego como en las artes representativas se plantea un conflicto.
Incluso en algunas lenguas como la inglesa tocar un instrumento se dice play.
Todos esos elementos comunes me llevaron a pensar en una creación que uniera juego y música.

En términos de composición, ¿cómo se desarrolló el proceso creativo?

En particular, yo no me sentía motivado para componer tradicionalmente, como se suele hacer, es decir escribiendo una partitura que luego interpreta un grupo instrumental. Esa misma forma se transforma casi en una receta que se va reproduciendo una y otra vez.

Soy admirador de Umberto Eco y una de sus ideas estéticas es que los materiales con que uno genera un mensaje también son parte de éste e incluso tienen la misma importancia que lo que se quiere decir. Yo quería expresar a través de otros elementos.

¿Ambos juegos surgieron simultáneamente?
No. Primero fue Kandinsky Game que es una instalación interactiva.
No hay reglas que haya que conocer de antemano, sólo consiste en acercarse al joystick y explorar el juego. Esa acción basta para que la instalación empiece a cobrar vida. En mi opinión, no importa tanto el avanzar en el juego sino la exploración misma.

¿Y Ludikalis 01?
Ludikalis 01 es un segundo trabajo y es diferente porque está mezclado con la generación de música, con el trabajo con intérpretes y se presenta en un escenario. En ese sentido es un juego que está más diseñado para que sea presenciado que para que sea explorado, por eso sus partes gráficas y el desarrollo mismo del juego son más fáciles de entender, de visualizar y funciona más como una obra.

¿La implementación de estos videojuegos es de su autoría?
Sí, tuve que aprender programación en Java para poder hacer los juegos. Igual si uno los ve, nota que no son complejos, son en 2D, con íconos que se mueven, nada cercano a los juegos on line o 3D más famosos, así que la programación tampoco fue tan compleja. He estado un par de años practicando programación.

¿Por qué no ayudarse con un programador?
Al menos a mí me gusta trabajar y meterme en las otras disciplinas para aprender, tratar de rescatar aunque sea un poquito y hacer una integración.

Tanto Kandinsky Game como Ludikalis 01 se presentaron en la Sala Isidora Zegers. ¿Cómo fue la recepción de los públicos con sus obras?

Kandinsky Game no funcionó mucho porque casi todas las personas que llegaron lo hicieron a la hora del concierto. Los que vinieron con más antelación, miraban el juego y no sabían muy bien que estaba pasando. A veces quedó el joystick libre y yo les expliqué que cualquiera podía jugar. A una persona le dije directamente, pero pensó que era broma y no se atrevió. Además, ese día hubo paro aquí en la Facultad.

Hay ciertas formalidades de la música que están muy instaladas y los espacios de interacción pueden ser intimidantes para las personas…
Claro. Personalmente, lo que me gusta de las instalaciones interactivas es terminar con los roles tan esquematizados de la música, en que el compositor es el creador y el espectador es quien recibe

Las instalaciones, sobre todo las interactivas, lo que proponen es que el compositor dé una serie de posibilidades y el co creador es el asistente, es decir tiene un rol activo.
Últimamente no he hecho tantas obras que funcionen tradicionalmente en el escenario, excepto Ludikalis 01 en la que igualmente estoy experimentando.

Luego de estas dos experiencias, ¿qué ha podido concluir en relación a las preguntas e intenciones que lo motivaron a incursionar creativamente en el juego?
Varias, algunas no las tengo tan claras aún, pero en general una conclusión es que se puede entregar un mensaje artístico o estético no solo a través de los canales tradicionales, sino que también se puede buscar vías nuevas para expresar ideas.
Por otro lado, también uno no puede asumir que la música docta tiene que ser seria y profunda, reflexiva y en silencio. A través de estas obras/videojuegos le sacamos las telarañas a esa idea de la música y es evidente que uno puede hacer música contemporánea que sea entretenida, que la gente lo pase bien, que se ría, porque Ludilakis 01 no está exento de ironías que son para generar humor. No es malo que la gente se ría en esa obra. Que la gente disfrute lúdicamente no significa que la obra sea menos valiosa o que no tenga un contenido estético.

¿Hay alguna instancia que se realicen pronto donde puedan estar ambas obras?
Sí. Me gustaría que Kandinsky Game estuviera en alguna instalación de manera más constante, pero acá en el edificio no he encontrado aún un lugar que sea propicio, pero sigo buscando.
En el caso de Ludilakis 01, la postulé al próximo Festival Internacional de Música Contemporánea (2018). Estoy a la espera de los resultados de esa convocatoria.

¿Está trabajando en algún nuevo proyecto de este tipo en la actualidad?
Actualmente estoy descansando. Si bien estoy en otros proyectos, tienen que ver con música electrónica, improvisación, imágenes, pero en la relación juego/obra estoy esperando que se me ocurra algo entretenido porque tampoco quisiera transformarme en el compositor que haga obras/juego ya que me resultaron un par. Sería caer en lo mismo en lo que me encontraba antes de empezar este proceso. Ahí veré que se me ocurre, algo que no sea una copia de los dos anteriores.

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