Este año el académico del Departamento de Teatro de la Universidad de Chile, Abel Carrizo-Muñoz celebra treinta años de trayectoria en la institución. Para conmemorar su aporte a la comunidad Detuch, estudiantes y egresados han organizado una ceremonia en su honor, que incluye intervenciones de diversos actores, actrices y músicos.
A propósito de este encuentro, Carrizo-Muñoz, quien inició oficialmente su carrera docente en 1986 recuerda los principales hitos vinculados a la Universidad de Chile. “Mi relación con esta institución es muy fuerte. He pasado más de la mitad de mi vida aquí, relacionándome con diferentes épocas y proyectos. Casi no he hecho clases en otros lugares porque elegí estar acá, creyendo en una universidad pública y pluralista.”, cuenta Carrizo-Muñoz, quien es egresado de Actuación Teatral y de la escuela de post grado de la Facultad de Artes.
Entre quienes lo formaron, Carrizo-Muñoz destaca a dos personas en particular: al director Eugenio Guzmán y a Pedro de la Barra, uno de los fundadores del Teatro Experimental de la Universidad de Chile, “fue él quien me hizo valorar el teatro, antes no tenía mucho interés”, dice Carrizo-Muñoz.
Por otra parte, cuando comenzó a trabajar en dirección, Abel Carrizo-Muñoz reconoce que la obra Lautaro fue una de sus mejores experiencias. Fue un montaje encabezado por los actores Andrés Pérez y Arnaldo Berríos y música de Los Jaivas. Además, en diferentes oportunidades colaboró con Luis Advis, Isidora Aguirre, Juan Barattini, Alejandra Gutiérrez y Marcos Posnoy.
Dirigiendo el Detuch y el Festival de Nuevas Tendencias
Abel Carrizo-Muñoz fue el primer director del Departamento de Teatro, Detuch, una vez vuelta la democracia. Estuvo a la cabeza en dos periodos consecutivos de cuatro años, entre 1990 y 1997.
Entre sus mayores logros de aquel entonces, el académico recuerda el Festival de Nuevas Tendencias. “Pudimos poner a tono el Detuch con las vanguardias y la experimentación escénica. Había que decirle a la comunidad teatral que podían confiar en la Universidad de Chile y que este era un espacio de libertad. Se hicieron cosas que ni hoy se hacen, cosas muy potentes y fuertes”, dice. Carrizo-Muñoz agrega que muchas personalidades surgieron en torno a estos encuentros que propiciaban las puestas en escena que cruzaban teatro, danza, música, poesía y otras manifestaciones, como Alfredo Castro, Benjamín Galemiri, Ramón Griffero y Rodrigo Pérez.
La idea de este festival era que creadores de diferentes disciplinas montaran proyectos escénicos. En los años que duró el encuentro participaron los cineastas Carlos Flores y Ricardo Larraín; los poetas Mauricio Redolés y Raúl Zurita; y los coreógrafos Nelson Avilés, Nury Gutes y Elizabeth Rodríguez. “Casi no dejábamos presentaciones que tuvieran sólo un tronco teatral, las mezclas de disciplinas eran mucho más productivas. Se generaban productos muy especiales”, dice Carrizo.
Entre sus proyectos más recientes se encuentra la profundización de sus estudios de Post Teatro, disciplina teatral donde prima lo estético por sobre la dramaturgia y la verbalización. El académico espera concretar un taller y terminar un libro con las bases de esta manifestación. Además, tiene en carpeta dos proyectos de dirección para el próximo año.
El encuentro 30 años no es nada, en homenaje al académico, se llevará a cabo el sábado 3 de diciembre, a las 11 de la mañana en la sala Sergio Aguirre del Departamento de Teatro de la Universidad de Chile, en Avda. Morandé 750. Entre otros, serán partícipes Daniel Alcaíno, Giovanna Caruso, Daniel Muñoz, Raúl Santana y Verónica Sentis.
