Fue entre los años 2002 y 2003 que el dramaturgo Rolando Jara escribió Proyecto Fausto, texto en el que se basó la obra del mismo nombre que recientemente se presentó en el Centro Cultural Helénico de Ciudad de México. En ese entonces, el hoy académico del Departamento de Danza consideraba atractiva a la figura de Fausto, en tanto le permitía “abordar escénicamente una pregunta que todavía considero vigente: ¿qué rol o lugar tienen los artistas (y los intelectuales) en el Chile actual?”, comenta el prof. Jara.
En su propuesta, el pacto fáustico de la obra de Goethe se aborda desde la “venta de la escritura, del lugar de enunciación. Un escritor obtiene el éxito editorial mientras otro (alguien o algo desconocido) hace su obra por él, trasmutándolo en una especie de ‘escritor negro’ de sí mismo. La pérdida de la palabra equivale a ser colonizado, a clausurar el habla y abandonar cualquier postura ideológica que permita interpelar el presente”, añade el académico, quien aclara que su interés por la obra de Goethe es anterior a Proyecto Fausto y se vincula principalmente a “sus preguntas en torno a la existencia humana, la relación entre trascendencia y materia, la estética, la alquimia y la pulsión entre el conocimiento y el poder”.
“Esta multiplicidad de niveles de construcción me interesaba temática y estructuralmente. Y en este sentido, la tensión entre la escritura y el poder sólo es una de las muchas dimensiones que la obra intentó abordar, con mayor o menor fortuna, en ese momento”, explica el prof. Jara sobre su propuesta, la que fue seleccionada en la Muestra de Dramaturgia Nacional el año 2003 y al año siguiente se presentó en el Goethe Institut.
Homenaje a Juan José Olavarrieta
La versión de Proyecto Fausto que se presentó en el Goethe Institut intentó dar cuenta de la musicalidad requerida por la escritura, de allí que, además de los actores, contemplara la participación de un grupo de músicos. Como cuenta el prof. Jara, en su propuesta “cohabitan Margarita, Helena y los personajes del Preludio en el Teatro, diseminadas a través de los fragmentos del texto. No existe ningún personaje llamado Fausto, sino que, más, bien, las dimensiones de lo fausto emergen de un modo deconstrutivo, disgregadas entre el Dramaturgo y el Individuo”.
Este último personaje fue protagonizado por el recientemente fallecido Juan José Olavarrieta, quien en el año 2015 contactó al prof. Jara para contarle de su interés por “montar el texto íntegro, haciéndose cargo de zonas que no fueron abordadas en la versión del Goethe Institut. Accedí inmediatamente, puesto que el trabajo actoral que había desarrollado en el Goethe Institut me pareció óptimo”, recuerda el académico del Departamento de Danza.
Pese a la reciente partida del artista, y “gracias al esfuerzo de Marisol Torres, al trabajo de Pilar Couto y a toda la compañía Gajuca, han logrado sacar adelante la obra, dedicándola a Juan José, entregándole a este espacio escénico un nuevo sentido colectivo que todos compartimos”, añade el prof. Jara sobre la propuesta que, bajo la dirección escénica y musicalización de Pilar Couto, hasta el pasado 1 de septiembre se estuvo presentando en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico.
“En lo personal, considero este remontaje como un espacio de confrontación con una escritura anterior, que me permite un distanciamiento autoral que me resulta de alto interés. Además, me seduce altamente lo que pueda suceder con este texto en el marco de un equipo de trabajo con actrices/actores de diversas nacionalidades, en un espacio tan relevante como el Centro Helénico en Ciudad de México”, dice este académico que en los próximos días viajará a México para dictar un taller de dramaturgia, “momento en el que podré conocer el montaje y tener una mirada más acabada sobre este proceso”, concluye.
