Hacer una genealogía de los espacios colaborativos en Valparaíso, proponiendo algunas vías de entrada al tema, fue uno de los objetivos que Carol Illanes y Consuelo Banda se plantearon en su tesina de Licenciatura en Artes mención en Teoría e Historia del Arte, la que luego, gracias a un Fondart Regional, pudieron profundizar hasta dar forma al libro Fuera y dentro del arte contemporáneo: comunidad y territorio en las prácticas colaborativas de Valparaíso.
El poco interés que parecía haber por estudiar ese fenómeno fue lo que las impulsó a seguir investigándolo, viendo qué podían hacer desde su campo de formación en términos de configurar “referentes, conceptos y marcos teóricos que permitirían exponer los cambios que estas dinámicas inauguran. El pensamiento que aborda el arte en Chile ha tendido a ser muy vertical y centralista en términos de contenido, pensamos el proyecto respondiendo un poco a esto”, comenta Carol Illanes.
Una de las hipótesis tenía que ver con la relación que estos espacios y plataformas tienen con el territorio en el que se insertan, dejándose ver “una investigación y una preocupación por intervenir los espacios desde su habitar, pensando en su historia y privilegiando el diálogo y la experiencia”, explica Illanes. A ello añade otros aspectos a considerar, como la expansión y características del propio Valparaíso o “las diferencias entre el contexto metropolitano y el porteño, así como su protagonismo en relatos de la historia del arte”, dice.
Carol, ¿qué otros temas fueron surgiendo en el marco de esta investigación?
El primero tiene relación con aspectos epistemológicos, con la perspectiva de donde se aborda el trabajo colaborativo. La tipología “práctica colaborativa” es bastante genérica, no especifica ni describe a qué refiere. Entonces sus antecedentes puedes encontrarlos en el activismo o el arte público, si quieres mirarlo desde las artes contemporáneas, hasta en el desarrollo comunitario, si lo miras desde las ciencias sociales. Los temas que articularon este relato fueron la historia urbana reciente de Valparaíso, el arte público comunitario, la gestión cultural y la crítica institucional, el espacio y la esfera pública, entre otros. Todo ello a partir de la preocupación por la comunidad y el territorio de estos agentes. Las actividades y redes que van forjando, pero también cómo se plantean discursivamente, desde iniciativas que han de cierta forma, ido más allá de los límites de la institucionalidad, intentando oponerse de manera radical a ésta, o proponiendo mecánicas más híbridas entre lo autónomo y lo institucional.
Desde esa perspectiva, ¿a qué conclusiones llegaron?
Más que conclusiones, aparecieron preguntas abiertas que hay que poner a prueba en el futuro. Mencionaría tres cuestiones. Primero, la posibilidad de concebir esta expansión como algo que va más allá del campo del arte, que demanda la reflexión de un marco ampliado, el concepto de “mediación” por ejemplo, donde ingresa el debate en torno a la educación y la participación ciudadana. En este sentido, la urgencia de la descentralización comienza a ser un sentido común, comienza a darse de forma natural, porque aparecen estos potentes escenarios que confirman que el arte no empieza ni termina en Santiago y, sobre todo, que hay formas diferentes de trabajo donde su tradición resulta absolutamente insuficiente. Creemos que estas prácticas están instalando una transformación, nuestro trabajo no consistió en administrarlas o categorizarlas siquiera, simplemente instalar y proponer preguntas en torno a ellas. Por otro lado, la necesidad de asumir el campo cultural como un cúmulo de contradicciones entre el mercado y el Estado. Hasta cierto punto, el arte y la cultura se va configurando en la defensa que hace de las amenazas de la cooptación de ambos, lo que lleva a un terreno bastante incierto para los proyectos de largo aliento. Aún así, pese a la confrontación constante de intereses de terceros, existen iniciativas que persisten de manera ejemplar. Por último, mencionaría la importancia de abordar el espacio y la esfera pública en el arte y la cultura, particularmente en ciudades como Valparaíso.
¿Por qué?
Porque es el espacio público el lugar en el que estas prácticas son reconocidas, donde se hace tácita esa apertura del campo artístico y que no es para nada nueva, pero está cambiando drásticamente la relación arte y sociedad a medida que atiende lo que ocurre en el territorio. Porque son prácticas que habitan un lugar determinado y que entran en dinámicas de cooperatividad, porque reconocen y potencian las relaciones con el otro.
Fuera y dentro del arte contemporáneo fue presentado el 19 de enero en MAC Quinta Normal. El libro, disponible en Adrede Editora y en algunas librerías de Santiago y Valparaíso, contiene tres ensayos que abordan la relación arte/ciudad y arte público/crítica institucional, así como la historia urbana reciente de Valparaíso. “Finalizando esta primera parte hay un primer abordaje de lo comunitario que introduce los inicios de las prácticas colaborativas por los espacios que son exhibidos luego. La segunda parte presenta espacios, plataformas y colectivos divididos mediante los perfiles: comunitario, formativo y de producción específica”, concluye Illanes.
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