En el marco de las celebraciones del Día Nacional del Teatro, el pasado lunes 11 de mayo, el Departamento de Teatro realizó un Conversatorio con tres actores que trabajaron con Andrés Pérez Araya en diferentes obras.
Ximena Rivas, Mariana Muñoz e Iván Álvarez de Araya se reunieron en la sala Agustín Siré a compartir experiencias, anécdotas y miradas en torno al trabajo del actor y su compañía Gran Circo Teatro. Moderados por el académico Mauricio Barría, los actores recordaron cómo conocieron a Andrés Pérez, cómo fue trabajar con él y de qué manera proyectan su trabajo en el contexto teatral actual.
“Al fin llegó alguien que nos puede salvar de este oscurantismo cultural”, fue lo que pensó Ximena Rivas cuando se reunió con Pérez, quien llegaba desde Francia, para trabajar en plena Dictadura Militar. La actriz recordó que mediante la pregunta “¿qué ha pasado todos estos años?”, surgieron historias, anécdotas, imágenes e ideas para llevar a cabo un espectáculo callejero, que se presentó en la Plaza Perú, Plaza Italia, frente a La Moneda, entre otros lugares. “La idea era generar una irrupción callejera, de hecho en 1986 nos fuimos todos presos”, confesó. Rivas contó que Andrés Pérez encarnaba el sentido más profundo de la vocación teatral, siempre aportando desde un lugar de riesgo y comprendiendo el rigor. “Hacer teatro en ese tiempo era peligroso, podía resultar en desaparición y hasta muerte”, comentó la actriz.
Años más tarde, cuando Andrés Pérez realizaba clases en el Departamento de Teatro de la Universidad de Chile, Mariana Muñoz e Iván Álvarez de Araya lo conocieron cuando aún eran estudiantes. “Fue en un casting para Madame de Sade. De pronto me vi en su departamento, leyendo el texto para ver si participaba en el montaje. Él te daba la posibilidad de hablar de la obra y comentar qué te pasaba con ella”, recordó Álvarez de Araya sobre su primer acercamiento con Pérez.
Mientras que para Mariana Muñoz una de sus primeras nociones del trabajo de Pérez y la compañía Gran Circo Teatro fue gracias a sus papás. “Ellos me contaron cuando fueron a ver La Negra Ester en 1989, estaban muy conmovidos y yo arrastré esa sensación siempre”, dijo.
Luego, en su cuarto año de carrera, trabajó con Andrés Pérez en Nemesio Pealo, ¿qué es lo que te ha pasao? “Fueron los ensayos más gloriosos que he tenido en la vida, tenían sorpresa. Era una locura máxima, como una vorágine creativa”, señaló la actriz.
La metodología Pérez
Durante sus estadías en Francia, Andrés Pérez trabajó con Ariane Mnouchkine en el Théâtre du Soleil, experiencias que marcaron su metodología de trabajo. “No había un análisis previo del texto, las cosas pasaban en el escenario o no pasaban”, explicó Ximena Rivas. “Los personajes se probaban inmediatamente con ropa y maquillaje, yo sentía un pánico tremendo, pero siempre nos inculcaba que no podía haber duda”, agregó.
“Era un método en el que había que abolir el ego, al final el personaje te elegía a ti. Varios actores probábamos el mismo rol y quien lo hacía mejor era quien tenía la capacidad de resumir el trabajo de todos los actores previos”, contó Iván Álvarez de Araya.
Finalizando el Conversatorio, se reflexionó en torno a si el contexto teatral actual permite una metodología de trabajo similar a la que dejó Andrés Pérez. “¿Cómo usar restos de esa ética en el trabajo hoy? Yo siento que no se puede”, señaló Mariana Muñoz.
Desde otra perspectiva, Ximena Rivas agregó que: “cuando el foco es tan claro, las condiciones se dan solas. Trabajar con Andrés Pérez era un apostolado, nunca te acomodabas y siempre había que darlo todo. Era una grandeza creativa tal, que no existían imposibles. Los apostolados no son para todos, pero yo entiendo el arte desde ese lugar”, finalizó la actriz.
Este Conversatorio se llevó a cabo en el marco de las celebraciones que el Departamento de Teatro de la Universidad de Chile ha organizado para celebrar el Día Nacional del Teatro. Las actividades se extienden por una semana y buscan generar discusión en torno al legado de Andrés Pérez y al estado actual de las artes escénicas en el país.
