Destacados exponentes de las artes, la medicina y el arteterapia, así como representantes del Ministerio de Salud, se reunieron en el Coloquio Arte, Salud y Comunidad llevado a cabo en dependencias de la sede Las Encinas de la Facultad de Artes. Durante la actividad, se discutió la relación que existe entre el arte y la salud desde la perspectiva del bienestar. “Nos interesaba reconocer cómo el arteterapia dialoga con las actuales políticas públicas, cómo se articulan las políticas públicas en arte y salud, si es que existen algunas convergencias que giren en el programa de arteterapia especialmente, dado que el postítulo en estos últimos años ha desarrollado una visión hacia el campo psicosocial. Básicamente porque tiene que ver con un programa inserto en una institución pública cuyo objetivo es impactar en la comunidad y tener una relación con las necesidades actuales del país”, explicó la coordinadora, Pamela Reyes, al referirse a los objetivos centrales del encuentro.
Eva Marxen, antropóloga, psicoterapeuta y arteterapeuta norteamericana; Carla Motto, Fotógrafa; Pedro Zitko médico U. de Chile y profesor del programa de Arteterapia; Francisco Sanfuentes, artista visual y académico de la Facultad de Artes; Irma Cáceres representante de la Unidad de Promoción de la Salud del Ministerio de Salud; Luisa Miranda, Educadora de Arte, también docente del Postítulo en Arteterapia, entre otros, fueron los encargados de dirigir las mesas de discusión durante el coloquio.
En el caso del Dr. Pedro Zitko, docente de la asignatura Arte y Medicina del programa de Arteterapia de la Universidad de Chile, presentó la ponencia Salud, Capital Social y Arte en la que se refirió al denominado arte popular que, al igual que el arte indígena, ha sido propuesto como un elemento densificador de la realidad colectiva de los individuos, favoreciendo su cohesión social, y por ende, potencialmente promotor de salud poblacional. Tomando en cuenta que el estrés y distribución desigual de los estados de salud al interior de las poblaciones, está asociado mayormente a sectores sociales de menores recursos. Sin embargo el Dr. Pedro Zitko estipuló que, la valoración social del “arte popular” podría encontrase amenazado por los modelos definitorios del arte “mayor” (hegemónico).
La destacada antropóloga, psicoterapeuta y arteterapeuta norteamericana, Eva Marxen, dictó la ponencia Arte, Arteterapia y Participación Social, en la que se centró en las prácticas artísticas críticas que muestran posiciones opuestas y alternativas a la cultura hegemónica, capaces de deconstruir el discurso imperante.
La doctora en antropología médica, con formación en psicoterapia psicoanaltica (MA) y psicoanálisis, también revisó las propuestas que otorgan un papel más activo al espectador, convirtiéndolo en participante. “Tratamos las cuestiones éticas relevantes de las prácticas artísticas y, finalmente, miramos cómo pueden enriquecer las prácticas arte terapéuticas más allá del contexto clínico”, indicó Marxen, quien además hizo referencia al concepto: conductas desafiantes, una nueva noción adoptada recientemente por ella para referirse a lo que comúnmente se denomina personas con problemas conductuales o conductas destructivas: “A los adolescentes se les etiqueta como personas con problemas conductuales, con conductas destructivas, pero todo eso apunta a lo patológico, a las faltas que tengan. Sin embargo, son chicos que tienen mucha capacidad de sobrevivencia y mucha capacidad para muchas cosas. Entonces quiero más bien resaltar la parte positiva. Son conductas que desafían el sistema de educación, el sistema de salud y no carecen de inteligencia ni mucho menos, pero están probando constantemente los límites para llamar la atención porque de otra manera no han experimentado una contención empática de parte de los adultos. Por eso no hablaría tanto de falta, si no que de las capacidades de supervivencia o de resiliencia”, argumentó la arteterapeuta estadounidense.
Por su parte la coordinadora Pamela Reyes se refirió al rol del arte en el arteterapia que, según sus propias palabras, “favorece las habilidades interpretativas del arte, beneficiando también la producción de sentido, de crear nuevos y ricos significados que incentiven el aprendizaje como un lugar para el placer de conocer la emoción y la celebración, pudiendo extenderse no solo a la experiencia de ver arte, sino de las contribuciones del proceso creativo, como un componente esencial del arteterapia”, recalcó.
De esta forma, el Coloquio Arte, Salud y Comunidad sentó las bases desde la convergencia en distintos ámbitos para establecer cómo el arte contribuye en la intervención psicosocial. “Este coloquio se insertó dentro de la línea del programa, porque la mirada del postítulo hacia cómo converge el arte con la salud, requiere de abordar temas como el arte en contexto sociales y su contribución al bienestar. Esa es la fórmula finalmente, o sea, si el arte está en contextos comunitarios eso contribuye a que se enriquezca el tejido social y eso a su vez contribuye al bienestar de las distintas comunidades”, recalcó Pamela Reyes.
Para el próximo año se espera la realización de un segundo coloquio orientado a discutir temas de arte y salud más bien relacionados con el arte en los hospitales. Una temática vinculada al Proyecto “Artes en la Salud: Creando espacios comunes para el cuidado integral de la comunidad” con el que el Postítulo en Arte Terapia obtuvo un Fondo Valentín Letelier para comenzar a desarrollar a partir del 2015, mosaicos participativos en hospitales públicos, en articulación con el Museo Artequín.
