El profesor Renato Ferracini estuvo en la Facultad de Artes de la U. de Chile durante octubre para encabezar las conferencia Organicidad y paradoja de la presencia y Memoria, cuerpo y virtual, además del taller La mímesis corporal como parte de una iniciativa interdisciplinar entre el Departamento de Teatro, el Departamento de Danza, la Escuela de Posgrado de la Facultad de Artes y la Universidad Estatal de Campinas de Brasil. “Fue un gran placer haber estado en la Universidad de Chile en términos de teoría poética. Incluso los profesores y estudiantes abrieron la posibilidad de realizar intercambios de energía práctica y teóricamente hablando. Espero sinceramente que sea sólo la primera de muchas reuniones”, cuenta.
El trabajo del prof. Ferracini se enfoca en el cuerpo y su relación con el teatro, sobre todo cuando está activo en alguna puesta en escena determinada. Es actor de profesión y cuenta con dos importantes estudios posteriores: un magíster en Artes Escénicas y un doctorado en Multimedios en la Universidad Estatal de Campinas de Brasil (Unicamp). Es profesor titular y orientador del Programa de Posgrado en Artes de la Escena de la Unicamp y ha colaborado con diversos programas de posgrado en Brasil y Portugal. Actualmente es editor de la revista ILINX de la misma Universidad y sus espectáculos han sido presentados en más de 20 países.
La presencia del actor, como afirman los estudios del prof. Ferracini, no se localiza solamente en un cuerpo muscular, o en la presencia o ausencia de signos que el cuerpo produce, ni tampoco en la capacidad de retener una determinada atención del espectador. La presencia del actor es una “dilución que emerge de la capacidad del cuerpo en lanzarse y llevar consigo a los espectadores a zonas de contagio y turbulencia, creando y generando la presencia/aparición de una zona virtual e intensiva”, determina.
Profesor, ¿cuál es la importancia del cuerpo en el teatro contemporáneo?
El cuerpo debe ser visto en el teatro contemporáneo como el lugar propio de la política. Es un conjunto de piezas y acciones que deben entenderse aquí como elementos extensivos (partes visibles y concretas que le dan forma física) o elementos intensivos (partes económicas, sociales, culturales y virtuales) que lo atraviesan. La relación dinámica de estas partes intensivas y extensivas compone y recompone a un cuerpo en su singularidad. Ejemplo: mi cuerpo -como un sencillo Renato- definido por un conjunto de partes extensivas e intensivas, cuando se relacionan componen únicamente a ese individuo/cuerpo Renato. Esta composición define a mi cuerpo que se mueve a partir de la declaración “yo soy” a una pregunta dinámica: ¿cómo se compone afectivamente este plan de fuerzas que nos atraviesan y se extienden a estas partes que nos hacen?". Como decía Grotowski: "hay que tomar conciencia de que nuestro cuerpo es nuestra vida. En nuestro cuerpo, entero, se introducen todos los experimentos". Así que hablamos de cuerpos (naturales, sociales, culturales) que co-evolucionan y crean al otro de una manera extremadamente compleja de red de afectos. En última instancia, un cuerpo que se desliga de lo individual es para ser un cuerpo del espacio público (lugar por excelencia de la política).
Desde su punto de vista, ¿cómo entiende la mímesis corporal y la creación artística?
La creación artística debe tener como objetivo la mejora de la vida ética. No creo que el concepto de la vida, de alguna manera, sea un atributo de la vida orgánica (¡estoy vivo!). Tampoco de una forma específica de vida, sobre cómo tomar la vida (¡yo vivo de esta manera!). Estamos trabajando con una perspectiva diferente de cadena biológica respaldada en la racionalidad biomédica. La vida no se limita a la dimensión exterior, la vida es considerada como intensidad (¡esa persona emana la vida!). Pero incluso con intensidad, no podemos pensar a la vida con ciertas propiedades de lo orgánico, sino más bien como una intensa capacidad de creación y de composición. Esta "vida" debe ser tratada como una fuerza (¡nunca un elemento!). La vida significa inteligencia, el afecto, la cooperación, el deseo. Y al separarse de su significado predominantemente biológico, gana una amplitud inesperada y se convierte redefinido como el poder de afectar y ser afectado, en la herencia más pura de Spinoza. La creación artística no es más que estas otras intensidades que proporcionan la vida en el cuerpo de la acción escénica creada. La mímesis es sólo un procedimiento operativo para que este tema se pueda realizar a un nivel tangible.
¿Qué significa que el cuerpo sea una presentificación? y en ese sentido, ¿qué propone la memoria para el cuerpo?
Hablar de presentificación tiene relación con el concepto de presencia. La presencia en el escenario no es un atributo del actor. Si fuera así, la definición común sería: una presencia es una energía del cuerpo técnico capaz de “mantener” la atención del público. Esto definitivamente no es la definición de la presencia en el escenario que trabajamos en el Núcleo interdisciplinar de Investigaciones Teatrales de la Unicamp (LUME, en sus siglas portuguesas). La presentificación se construye en el escenario cuando hay presencia y composición en relación con el otro. Nunca un cuerpo trasciende sino es atravesado por fuerzas que están territorialmente mezcladas con los dualismos realidad/ficción, interpretación/representación. En cuanto a la memoria tendríamos que hablar de otro asunto, pero podemos resumir que el efecto de la presencia está territorializado por una potencia de memoria creativa, como una memoria que se construye y se encarna en la presencia colectiva.
