"¿Dónde empieza lo privado y aparece lo público? ¿Dónde está nación, cuántas naciones contiene un Estado? ¿Quién traza y por qué los límites del arte? ¿Somos parte de una escena y, si es así, quién la define? Este tipo de preguntas se liga fuertemente a lo identitario, a cómo nos dibujamos o a quiénes nos dibujan, temas que son parte de nuestra tensión como sociedad, como sujetos y como colectividades, y que como galería hemos querido abordar", responde Joselyne Contreras al preguntarle por las razones que los llevaron a proponer Límite/Territorio como eje curatorial de la itinerancia 2013 de Sala de Carga, container acondicionado como galería de arte que durante este año ha recorrido las comunas de La Florida, La Granja, Santiago y Recoleta, ubicándose actualmente en la Plaza Cívica de la comuna de Huechuraba.
En cada una de esas muestras, la invitación ha sido a reflexionar en torno a lo que implica Límite/Territorio, pero en diálogo con conceptos como Público, Privado, Identidad, Comunidad, Estado y Nación. "Y los y las artistas que han sido parte de las exposiciones han realizado operaciones muy interesantes, tanto en términos artísticos como conceptuales y reflexivos", dice la directora y curadora de Sala de Carga, agregando que ésa es una de "las cuestiones que nos hacen confirmar que un espacio como éste es un lugar de encuentro que debe mantenerse e ir mejorando, ir pensando y trabajando en la relación entre arte contemporáneo, comunidad y espacio público, que están en nuestros objetivos primeros, y que tienen que ver con entender la curaduría como mediación entre personas, una mediación que no mira de manera vertical al espectador sino que lo mira a los ojos y busca hacerlo parte de la experiencia en su totalidad".
"Limite/Territorio-Estado"
Las profesoras del Departamento de Artes Visuales, Francisca Montes y Cecilia Flores, el Licenciado en Artes Plásticas, Vicente Calcagno, la estudiante de la misma Licenciatura, Paula Urizar, y el artista colombiano Fredy Clavijo, son quienes actualmente exhiben sus obras en Sala de Carga, en la muestra Límite/Territorio-Estado. "Mi trabajo es una instalación que tiene como eje central la construcción de un pilar cuadrado de hormigón que, en una de sus caras, presenta incrustada la Constitución de Chile", dice Paula Urizar sobre esta obra que entrelaza los conceptos construcción y sociedad con el objetivo de generar "una mirada analítica hacia lo construido y lo que se está o estamos construyendo. ¿Hasta dónde le es posible a un pueblo construir su sociedad si finalmente los cimientos políticos y económicos de Chile proyectan un país autoritario y neoliberal?", se pregunta la artista.
La instalación de Cecilia Flores, en tanto, da cuenta de la intervención que hizo en el Ministerio de Justicia con un sticker que contenía oro de 18 quilates, pudiéndose apreciar los registros "del proceso de elaboración del autoadhesivo con el oro y el momento en que lo adhiero a uno de los muros del Ministerio mientras soy interpelada por un gendarme que envía a una funcionaria de limpieza a remover el objeto", cuenta esta artista que también exhibe los restos que recuperó de ese sticker que decía Iñchiw, palabra que en Mapudungun significa "nosotros dos". "Nadie se percató de lo que significaba la palabra ni del valor material del objeto", dice esta artista, agregando que junto con evidenciar la falta de visibilidad y comprensión de la cultura Mapuche, también quiso "desviar la noción de preciosismo contenida en el oro al hacer un sticker de tipografía alusiva al graffiti en su forma más común y ordinaria".
En esa misma línea, Vicente Calcagno expone archivos fotográficos, escritos y muestras de tierra que son resultado de las acciones realizadas en la Plaza de la Constitución, la Ex Clínica Santa Lucía, los Tribunales de Justicia, la Casa Central de la Universidad de Chile y el Ministerio de Educación, lugares desde los que este artista robó tierra. "Cada lugar, en especial los lugares institucionales que forman o formaron parte del Estado, se demarcan y protegen rígidamente, y el lograr robar tierra de estos lugares, esquivando a guardias y efectivos policiales, se transformó en un sencillo acto con una fuerte connotación política", dice Vicente Calcagno, quien luego convirtió lo robado "en un regalo plagado de simbolismos al estudiar el significado de las plantas regaladas y tierras recolectadas de una serie de lugares institucionales de la comuna de Santiago".
Así es como estos artistas, al igual que los otros expositores de la muestra, optaron por instalar la discusión principalmente en torno a los fundamentos y acciones del Estado, sus operaciones de control, y la vigilancia y salvaguarda de la propiedad a través de obras que dan cuenta de los ejes curatoriales propuestos por este espacio expositivo para cada una de sus itinerancias, los que "invitan a reflexiones pertinentes, críticas y estéticamente muy interesantes", señala Joselyne Contreras sobre el proyecto que dirige, "una muy buena iniciativa que se presenta como una alternativa que agrega dinamismo en los circuitos de arte contemporáneo, ya que considera comunas que son olvidadas al momento de presentar propuestas de arte contemporáneo, sin subestimarlas o ser paternalistas en cuanto al contenido que se exhibe", añade al respecto Cecilia Flores.
Sala de Carga, itinerancia 2013
"La segunda itinerancia ha sido bastante especial en varios sentidos, pero quizás una de las cuestiones más gratificantes es el hecho de que la galería ha logrado mayor visibilidad y eso nos ha permitido tener vinculaciones más cercanas con algunos lugares, con algunos municipios, departamentos de cultura, encargados culturales y con todas las personas que en cada lugar son fundamentales. Esto es muy importante para una galería como la nuestra, puesto que, por sus características, trabajamos de manera directa con las comunidades que habitan los territorios", dice Joselyne Contreras sobre los cambios que ha podido notar durante éste, el segundo año de itinerancia de esta galería que abrió sus puertas en 2012 para recorrer Melipilla, Talagante, Isla de Maipo, Pedro Aguirre Cerda, Estación Central y Santiago.
Sin embargo, al mismo tiempo han visto "cómo en la vida cotidiana de las comunas hay interés y voluntad de vinculación con las artes, pero a la vez una estructura, financiamiento y priorización que no apunta en ese sentido", dice la directora de este proyecto que "genera impacto espacial, efecto que creo que se corresponde con el interés de que el arte influya de manera más significativa en la sociedad", añade Paula Urizar, quien expone por segunda vez en ese espacio. Una opinión similar tiene Vicente Calcagno, quien destaca las libertades que ha encontrado en Sala de Carga así como su carácter social, "ya que este container que funciona como galería de arte contemporáneo se traslada por diversas comunas de la Región Metropolitana en donde las iniciativas culturales toman un lugar secundario o nulo".
Y ése fue precisamente uno de los objetivos con que se fundó Sala de Carga, acercar arte contemporáneo a quienes no pueden acceder tan fácilmente a él por medio de un container marítimo que "ya no es marítimo ni comercial, sino terrestre y sin fin de lucro, puerta abierta para alojar otros contenidos e invitar horizontalmente a nivel de tierra", explica Joselyne Contreras, concluyendo que lo que buscan es "poner en escena ciertos tópicos y discusiones que nos parece necesario pensar, invitando a reflexionar y a conversar tanto a quienes son parte de la galería, el equipo y los artistas que exhiben sus obras, como a quienes colaboran desde los municipios y por supuesto quienes nos visitan. Y estos tópicos y discusiones tienen que ver con conceptos políticos y críticos que son importantes para el campo del arte contemporáneo y para cada una de las esferas de nuestra participación como ciudadanos de un país y de un mundo globalizado".
