Este jueves 25 de octubre, una vez finalizada la primera jornada del Coloquio Internacional Transdisciplinar en Artes y Psicoanálisis, se inaugurará La culpa es de mi madre en la Sala Juan Egenau, muestra que surgió luego de que Francisco Sanfuentes y Rodrigo Zúñiga, académicos de la Facultad de Artes involucrados en la organización de dicha actividad, sugirieran la realización de una exposición de artistas jóvenes que trabajaran en torno a la problemática central del coloquio para potenciar los cruces disciplinares que éste perseguía, invitando a Ignacio Szmulewicz, joven teórico del arte formado en la Universidad de Chile, a proponer una curatoría vinculada al malestar.
"El malestar, como concepto, perfectamente debía ser algo activado o reflexionado desde el propio contexto de la Sala Juan Egenau como una especie de metonimia de los problemas de hacer una obra en la Escuela de Artes de la Chile. Además, quería aprovechar la oportunidad del Coloquio, como lugar donde se discuten los lenguajes y las metodologías contemporáneas relacionadas a un objeto de estudio, para proponer un proyecto de exposición que utilizase el espacio en un sentido procesual, no como contenedor, sino como un lugar de trabajo", explica Ignacio Szmulewicz, quien invitó a Intento Colectivo a realizar una obra específica en el marco de dicho encargo porque "han situado en su origen el problema de un arte con función o con deseo social, es decir, parten desde una cosa medio paródica e irónica, pero a la vez densa y espesa en relación a una tradición de arte político", dice.
Así surgió La culpa es de mi madre, muestra en la que el cuerpo físico, ligado a la performance, opera a modo de instalar la problemática propuesta, generando "un ambiente de tensión a partir del uso del cuerpo, por la frontalidad y el hermetismo que puede generar -si es que puede pensarse en términos tan contradictorios-, y situando en el centro de la exposición la cuestión de la experiencia, que creo que es fundamental al hablar del malestar como un padecimiento", señala Ignacio Szmulewicz, agregando que, "conceptualmente, se recurre a una mirada que está en el límite entre lo paródico, lo irónico y lo satírico y lo melodramático y heroico. El humor y la risa, ambos elementos importantes para pensar toda una tradición de arte vinculado a una suerte de sensación de malestar pero desde una perspectiva no sublimada".
Para el curador de esta exposición, el título de la muestra no sólo remite a una suerte de vínculo con el psicoanálisis, sino que también funcionaría como una consigna o manifiesto. "La culpa es de mi madre inmediatamente nos coloca en una relación tensionada entre el padecimiento y la imposición, es decir, en relaciones de poder, que pueden ser desde el núcleo familiar, pero que funcionan como puntas de iceberg de los malestares sociales", añade Ignacio Szmulewicz sobre esta exposición que, con entrada liberada, se inaugurará este jueves 25 de octubre, a las 21:00 horas, en la Sala Juan Egenau (Las Encinas 3370, Ñuñoa, al interior del Campus Juan Gómez Millas de la Universidad de Chile), espacio en el que se podrá visitar de lunes a viernes, de 10:00 a 21:00 horas, hasta el próximo miércoles 7 de noviembre.
Cambiar la pronunciación del propio nombre...
Ése es el título de la propuesta que Rainer Krause, artista y académico del Departamento de Artes Visuales, exhibirá en la antesala del Auditorio de la Facultad de Artes sede Las Encinas, en paralelo a la realización del Coloquio Internacional Transdisciplinar en Artes y Psicoanálisis "Malestar y destinos del malestar" que se desarrollará en ese espacio; una propuesta en la que, por un lado, se escuchará la voz de diferentes personas pronunciando el nombre de este artista que desde hace bastantes años viene experimentando con el sonido como eje tanto material como conceptual de sus propuestas artísticas, mientras que, por el otro lado, se oirá al propio Rainer Krause imitando dichas pronunciaciones.
"El propio nombre, aparentemente símbolo de una identidad invariable, existe en esta condición apenas en forma escrita, como un conjunto de letras en un orden definido. En el momento de la 'realización', de la pronunciación del nombre, éste pierde su claridad de definición. Justamente esta indefinición del nombre se transforma en característica intrínseca del individuo, el yo mismo, si lo vemos insertado en diferentes relaciones interpersonales, como un nudo en una red", explica este académico del Departamento de Artes Visuales, agregando al respecto que "entonces el individuo no es un ser único, definido, sino -igual que su nombre- tiene características cambiables según sus relaciones con los entornos interpersonales".
Junto a Cambiar la pronunciación del propio nombre..., además se proyectarán los materiales resultantes del Taller de Prácticas Artísticas en el Espacio Público que estudiantes y egresados de la Licenciatura en Artes Plásticas han realizado en el marco de las investigaciones que están siendo llevadas a cabo por el Laboratorio Transdisciplinar en Prácticas Sociales y Subjetividad (ver contenidos vinculados), trabajos que compartirán espacio con registros de propuestas de artistas como Gonzalo Rabanal que, por sus características, parecieron pertinentes de vincular con la temática central del coloquio.
