Criacuervos fue el nombre de la exposición que Francisco Rodríguez y Javier Rodríguez presentaron el pasado 31 de agosto en HangarNekoe, espacio dedicado a la exhibición y difusión de arte contemporáneo que los invitó a formar parte de la programación de este 2012. "La curatoría de este año propuso exposiciones en que los artistas tuviesen algún tipo de lazo familiar. Es así como fuimos invitados Javier y yo, Jorge Cabieses y su esposa María Karantzi, y Víctor Hugo Bravo con su hermano Mauricio Bravo y sus hijos", señala Francisco Rodríguez, egresado de la Licenciatura en Artes Plásticas y ayudante del Taller de Dibujo de Víctor Alegría, al preguntarle por el origen de esta muestra que contempló la exhibición de parte de las investigaciones que él y su hermano han realizado en torno a la pintura y el dibujo.
En ese contexto, Javier Rodríguez presentó una instalación conformada por dos parlantes que reproducían los discos de cuatro bandas punks emblemáticas y por una caja de luz donde se leía el texto The Punk Is Dead, elementos que por su disposición intentaban "mantener una relación con ciertas pinturas y esculturas de la historia del arte que giran en torno a la idea de la muerte", se explicita en el sitio web de HangarNekoe, mismo texto en el que además se señala respecto a la serie de pinturas exhibidas por Francisco Rodríguez que éstas fueron realizadas con materiales corrosivos e industriales, "los cuales, al mismo tiempo, dan forma a misteriosos e inquietantes paisajes en dónde frágiles estructuras arquitectónicas se enfrentan a la oscuridad y la infinitud de un paisaje interminable que pareciese comérselo todo".
Así, las propuestas de ambos artistas giraron en torno al sentido que dan a la noción del cadáver, "ya sea en los soporte corroídos de Francisco o en los desmayados objetos de Javier, para levantar miradas negras, pesimistas e irónicas en torno a las ideas de progreso y modernidad", se agrega en el texto de Criacuervos, exposición que recibió su título por dos razones particulares: "la primera, por el dicho Cría cuervos y te sacaran los ojos, aludiendo a la desconfianza que tenemos de las ideas de progreso y modernidad. La segunda es por la figura del cuervo como animal carroñero, un animal que se presenta cuando se acerca la muerte, porque finalmente son trabajos que nacen desde la noción particular de cadáver, tanto explícitamente como a nivel más subjetivo", concluye este egresado de la Facultad de Artes.
El oficinista
Ése es el nombre de la obra que Daniel Báez realizó en el marco del Primer Simposio de Escultura Chileno - Argentino de Maipú, iniciativa que entre el 12 y el 26 de agosto reunió a once escultores en la plaza de esa comuna para que crearan las obras con que se buscaba homenajear al trabajador chileno. "Mi participación surgió a raíz de la invitación que me hizo el destacado escultor nacional y coordinador del evento, Mauricio Guajardo, para realizar una escultura en acero que representara el oficio del oficinista", recuerda este egresado de la Facultad de Artes, agregando que aceptó la invitación por "lo que significa participar en un encuentro en torno al trabajo escultórico y, sobre todo, por el hecho de que la obra quedaría emplazada en Avenida 5 de Abril, creándose de esa manera el Boulevard de los Oficios".
Y es que las obras realizadas en el marco de este Primer Simposio de Escultura Chileno - Argentino pasarán a formar parte de un nuevo eje urbano cultural que se extenderá por Av. 5 de abril, desde el Mirador del Santuario de Maipú hasta la Plaza de Maipú, un museo al aire libre en el que se emplazarán estas propuestas, entre ellas, la escultura de gran formato que Daniel Báez construyó a partir de pletinas, perfiles y planchas de acero negro. "Mi propuesta es en sí figurativa, apelando al reconocimiento inmediato del espectador al representar un maletín cayendo abruptamente, del que se desprende un cuaderno de apuntes que en una de sus tapas muestra un grabado que denota el instante del suceso, como una forma de señalar lo presuroso del tiempo que tiene el oficinista en su vida diaria", señala el artista.
Para Daniel Báez, lo más destacable de esta iniciativa en la que compartió con Alfredo Fernández, Luz Yankovic, Jessica Torres y Juan Luis Dörr, entre otros, es "la fraternidad y el intercambio de conocimientos que se provoca entre los escultores", dice este egresado de la Facultad de Artes, agregando al respecto que "el público que asiste al evento es partícipe de esta relación que se establece entre los artistas, sobre todo al operar como un gran taller al aire libre, gratuito, por cierto, y ubicado en la Plaza de Maipú, cuestión que transforma a estos eventos, y a éste en particular, en una real manera de acercar las artes a la sociedad, más aún si pensamos que el resultado del encuentro será emplazado en la misma comuna, como recuerdo y reconocimiento de estas dos intensas semanas de trabajo", concluye.
Menos Lúmenes
Las obras de Catalina Garretón, Ignacio Gatica (Blok), Martín Kaulen, Matthew Neary, Lavina Yelb, Matilde Benmayor y Martín La Roche -los dos últimos, egresados de la Licenciatura en Artes Plásticas de la Universidad de Chile- fueron exhibidas recientemente en Menos Lúmenes, exposición que surgió por inquietud de estos jóvenes artistas integrantes del taller Santa Victoria que, desde hace tiempo, querían exponer parte del trabajo que estaban desarrollando. "A Martín Kaulen le dieron la oportunidad de ocupar un galpón en Factoría Italia, ex sombrería Girardi, un lugar que no contaba con electricidad. Entonces decidimos hacernos cargo de ese espacio, proponiendo obras que se autoabastecieran de luz, o bien que lidiaran con la oscuridad", recuerda Martín La Roche sobre el origen de esta exposición.
De allí que este joven artista haya dado forma a una serie de pequeñas casas de cartón cuyo espacio interior, conformado por imágenes de distinta procedencia, podía observarse a través de las rendijas de sus ventanas y puertas. "Por dentro las casas tenían leds con pilas de calculadoras, lo que generaba una pequeña iluminación que permitía verlas por fuera", explica sobre 1001 noches (Luz negra y otras apariciones), propuesta que exhibió junto a la obra de Matilde Benmayor, quien presentó una serie de esculturas realizadas con mallas de alambre, jaulas de pájaros y palitos de maqueta que "conformaban un universo orgánico iluminado por pequeñas luces leds" y que generaba "un gran campo de sombras y luces que asimilaba la escena de un fondo marino o modelos biológicos de mundos celulares", agrega La Roche.
"Ambos trabajamos a partir de nuestros imaginarios y de la falta de luz, pensando en cómo sacar provecho a esta condición formal que se tradujo, en el caso de Matilde, en una fluidez y organicidad en su trabajo, y en el mío, en la posibilidad de crear unos espacios interiores en los que ahondar", señala este egresado de la Licenciatura en Artes Plásticas sobre algunas de las obras que formaron parte de esta exposición que se exhibió el pasado 31 de agosto y 1 de septiembre en Factoría Italia, espacio cuyas características físicas operaron a modo de pie forzado para estos jóvenes artistas, siendo "aprovechadas como motivo que aúna a las obras bajo un mismo propósito, donde las estrategias utilizadas para solucionar este reto técnico de iluminación constituyen también a la obra", se señala en el sitio web de la ex sombrería Girardi.
