"La relación entre espacio público y arte es una problemática que veníamos reflexionando y trabajando hace ya varios años. Aunque esas reflexiones primero giraban en torno a una producción actual de arte en el espacio público, pronto nos llevaron a darnos cuenta de que Santiago, la ciudad que habitamos, empezaba a tener grandes cambios y no necesariamente positivos. Por ejemplo, todo el desarrollo de las nuevas líneas de metro y el proceso de desmantelamiento de los mosaicos originales nos parecían problemas a la luz de nuestras reflexiones, pero también en relación a una historia e identidad de la ciudad", recuerda Mónica Salinero sobre el diagnóstico que antecedió al proyecto Imágenes de una ciudad moderna: Santiago y el taller de Diseño para la Arquitectura, investigación teórico-visual que realizó junto a Carmín Rodríguez, Stella Salinero, Francisca Olivares y Bárbara González, las tres últimas, formadas en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile.
Ello, junto al deterioro de edificios públicos y la desaparición de obras de artistas emblemáticos del país, fueron algunas de las razones que las llevaron a reflexionar en torno a "la pérdida del espacio público y del arte como una parte constitutiva de su propio sentido", cuenta Mónica Salinero sobre ese planteamiento que, a fines del año 2008, hizo que este equipo multidisciplinar centrara su atención en distintos puntos de Santiago, entre ellos, el paso bajo nivel Santa Lucía y su mural de mosaicos, "todo un hito en nuestra ciudad aunque la mayoría no sabe quiénes son sus autores o cómo se gestó", agrega respecto al hecho que finalmente las impulsó a investigar sobre la labor realizada por el Taller de Diseño Integrado para la Arquitectura (DI) creado por los artistas Eduardo Martínez Bonati, Carlos Ortúzar e Iván Vial, y cuyas obras implicaban una visión de desarrollo urbano en el cual se incluía una concepción del arte al alcance de todos los sectores de la sociedad chilena.
"Además de ser pioneros en generar esta idea de taller, fueron referentes importantes de una época, de un movimiento más amplio a nivel mundial, diría yo. Sin embargo, no existe ningún estudio ni investigación sobre este grupo y su aporte al arte y a la academia en Chile", responde Mónica Salinero al preguntarle por los motivos que las llevaron a enfocarse en el DI para desarrollar esta investigación que se planteó como objetivos recoger, recuperar y difundir la historia y proyecto del Taller de Diseño Integrado y de sus miembros, por un lado, y realizar un registro audiovisual de las obras, por el otro. De allí que a la revisión de archivos y diarios de la época, se haya sumado la realización de entrevistas en profundidad a personajes claves para comprender el alcance de este proyecto, como "Martínez Bonati, Angélica Quintana y Lawner, entre otros, quienes tienen mucho que decir y aportar, recibiendo todo su apoyo y disposición, algo que es muy importante para llevar a cabo un trabajo como éste", agrega.
Mónica, ¿cuáles fueron los principales desafíos que enfrentaron durante la investigación?
El principal desafío ha sido reconstruir una historia y el proyecto del DI. Es decir, buscar las fuentes y crear un todo coherente que mostrara lo que este Taller hacía en un contexto específico, porque cuando empiezas de cero, del vacío existente, comienzas en las tinieblas pero, poco a poco, las cosas empiezan a encajar. Lo mismo nos sucedió con el registro de las obras, puesto que es difícil seguir la pista e identificar obras que casi nadie sabía dónde estaban o qué había pasado con ellas realmente. Pero ha sido un trabajo muy gratificante el ir descubriendo una historia borrada de nuestro país y del arte.
¿Qué rol cumplió cada una de ustedes, tomando en cuenta sus procedencias disciplinares?
Siempre nos planteamos como un colectivo de investigación-producción multidisciplinar. Pensábamos que abordar este problema sólo desde un ángulo no tenía sentido, puesto que es historia, es arte, es arquitectura, es política y también es reinterpretación de cómo se viven esas obras hoy. En este sentido, yo como socióloga y Stella como teórica e historiadora del arte, nos enfocamos en la parte más teórica, conceptual y metodológica, mientras que Francisca, fotógrafa, Carmín, arquitecta, y Bárbara, artista y videista, se enfocaron principalmente en cuestiones relativas al registro, blog, mapa georeferencial y producción de fotografías y video que dan cuenta de las obras hoy. De todas formas, el trabajo fue siempre en equipo y todas colaboramos con ideas, posiciones y conocimientos en el trabajo más específico de las demás, pues esta investigación es un todo con una propuesta común.
¿Y en qué se traducirá finalmente esta investigación?
Los resultados de nuestra investigación se reflejarán en un documento teórico e histórico que contendrá registro, una línea de tiempo y un mapa georeferencial de las obras. Junto con ello, la exposición de fotografías de gran formato y un video que recoge nuestra visión sobre las obras del DI.
El pasado 24 de agosto se realizó una exposición del proyecto Imágenes de una ciudad moderna: Santiago y el taller de Diseño para la Arquitectura en el Centro Cultural Balmaceda Arte Joven, información que se sumará a la que ya está publicada en el blog de esta iniciativa (ver enlaces relacionados). "Finalmente, nos hemos dado cuenta de que nuestra investigación rebasa los objetivos propuestos porque han surgido nuevos problemas asociados a la reflexión entre arte y espacio público, por lo que esperamos poder seguir investigando en esta línea", concluye Mónica Salinero.
