En la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA Capital) se exhibió recientemente ¡Extra!, exposición que reunió las propuestas que Leonardo Cavalcante, Mariano Combi, Sebastián Linardo, Gabriel Serulnicoff y Cecilia Flores -esta última, licenciada en Artes Plásticas, Magíster © en Artes Visuales y Profesora de la Etapa Básica en Artes Plásticas- crearon con motivo de la conmemoración del día del periodista en el país trasandino, trabajando "con el tema de los medios de comunicación, específicamente con la prensa escrita, para plantear distintos discursos desde lo visual en torno a esa problemática", explica esta artista que dio forma a una obra que se tradujo en cinco sacos harineros de distintas marcas y dimensiones, bordados con portadas del diario chileno Las Últimas Noticias.
Titulada Al pueblo pan y circo, dicha propuesta buscaba "generar una crítica a la sobrevaloración que se da a la información de farándula, que si bien puede parecer divertida, no es más que un mero distractor para la ciudadanía sobre los problemas reales, aportando pobremente a la historia del país. Algo similar ocurre con la harina, un alimento básico, energético, pero escaso en nutrientes, que está presente en la mayoría de los hogares y más aún en sectores de extracción popular que es donde dicha información -la de los diarios de farándula- ha irrumpido con mayor fuerza, sirviendo como un placebo informativo", dice Cecilia Flores sobre esta obra en la que destacan titulares como "Camila Vallejo no quiso mover la colita" o "Descomunal éxito de Ciruelax en Estados Unidos", por dar algunos ejemplos.
La obra de esta artista se exhibió hasta el pasado 26 de junio en el Espacio de Cultura de la CTA Capital, en Buenos Aires, Argentina, lugar en el que además se realizaron charlas que profundizaron en el tema propuesto y en las que participaron el escritor y periodista, Eduardo Jozami, el secretario adjunto de CTA Capital, Julio Macera, el presidente de la Asociación de Reporteros Gráficos, Gonzalo Martínez, el licenciado en Artes de la Universidad de Buenos Aires, Diego Guerra, y el sociólogo especializado en sociología de la cultura, Sebastián Russo, "quienes expandieron las lecturas de la muestra otorgando otras miradas que iban dirigidas hacia su función histórico-política, logrando, de este modo, enriquecer y conectar otros puntos de vistas respecto a las obras en exhibición", concluye Cecilia Flores.
La materialización de un recuerdo
La licenciada en Artes Plásticas y estudiante de primer año del Magíster en Artes Visuales, Natalia Urnía, exhibe actualmente una de sus obras en Sin nombre, exposición colectiva que se enmarca en la curatoría Siglo Veintiuno que la Galería Balmaceda Arte Joven propuso para este año. "A partir de ello, la relación que establezco con mi trabajo se vincula a la necesidad de 'parar', de entender que no siempre es necesario seguir creando cosas nuevas, algo que caracteriza nuestros tiempos y que tiene que ver con la ansiedad de progreso, de desarrollo y de competencias", explica esta joven artista sobre La materialización de un recuerdo, título de la propuesta que exhibe en esta exposición y que se traduce en una serie de prendas de vestir que fueron deshiladas total o parcialmente.
De allí que en su trabajo sean las manos las que "se ponen al servicio de retroceder, de no desechar a la primera y de ver en el hacer un buscarse a uno mismo. La esencia de este trabajo creo que busca hacer ver a la sociedad del siglo XXI que el arte es una herramienta de reflexión de nuestro entorno, de nuestros tiempos, de las cosas que nos están pasando", señala Natalia Urnía, agregando sobre La materialización de un recuerdo -propuesta con la que se tituló en 2010 de artista textil en la Universidad de Chile- que "mi trabajo lo defino formal y conceptualmente como un signo de meditación, de espera y de paciencia, porque a través de éste pienso y reflexiono sobre mi entorno, la importancia de concretar ideas con las manos y la importancia de poder decir, como individuo, lo que siento y pienso".
La obra de esta egresada de la Facultad de Artes se exhibe junto a 119 lugares de desaparición de Cristián Kirby y Revoluciones de Luis Hermosilla y Macarena Molina, propuestas que "tienen un contexto sumamente político, lo que creo que fue un gran aporte a la lectura de mi trabajo porque destaca el carácter social que busco trasmitir", cuenta Natalia Urnía sobre los trabajos que se podrán apreciar hasta el próximo 18 de julio en este espacio ubicado en Avda. Balmaceda 1215, concluyendo respecto su obra, que el proceso que realizó para construirla, retirando "hilo a hilo la trama de la urdimbre, se puede leer como un acto reflexivo e íntimo por no continuar pensando la vida como un escenario de consumo y desarrollo, sino que como una posibilidad de hacer lo que nos nace".
Cinema control
Ése es el nombre de la obra que Francisco Navarrete, licenciado en Artes Plásticas y estudiante del Magíster en Artes Visuales, expone en Lecciones de emergencia, colectiva que reúne una serie de propuestas realizadas a partir de lo ocurrido en 2011 en torno al movimiento estudiantil. "Me motivó acercarme e involucrarme de lleno en una cuestión política transversal; intentar ir más allá del imaginario o estética de protesta ya mediatizada; y trasladar mis estrategias de trabajo a sitios específicos que si bien tienen que ver con el habitar 'cotidiano', cuestión que he estado trabajando, marcan mucha distancia y nuevas posibilidades", dice al referirse a las razones que lo llevaron a aceptar la invitación que las curadoras de esta muestra, Montserrat Rojas y Tania Robledo, le hicieron para formar parte de la exposición.
De allí que haya comenzado a trabajar en esta nueva propuesta que se tradujo en una instalación audiovisual compuesta por un díptico de portarretratos y video en que reproduce dos series de video animación stop motion que elaboró a partir de 15 mil fotografías en blanco negro realizadas al interior de establecimientos de educación secundaria, imágenes que en su trabajo son acompañadas por sonidos mínimos también capturados en dichos espacios. "Es un proyecto hecho a partir de 'ecos, saltos y rebotes'. Y aunque formalmente es 'video', ha sido pensado desde el imaginario pictórico trasladado a lo cinematográfico y posteriormente operado y desplazado de lo fotográfico a lo audiovisual", agrega sobre esta propuesta que se exhibirá hasta el 5 de agosto en Sala Joaquín Edwards Bello del CCEM.
En su mayoría, esas imágenes corresponden a "rincones y espacios comunes en los que se registran tramas arquitectónicas, estructuras del alumbrado, sombras proyectadas y superficies deterioradas que se visualizan por medio de las proyecciones que produce el mobiliario lumínico y la jerarquización o administración de los espacios propios de estos establecimientos", añade sobre esta propuesta que busca "posibilitar la inversión del juego del velar y develar, cuestión que se exacerba en la 'mecanicidad' de la mirada, el uso cinematográfico de la luz y las estructuras y tramas arquitectónicas que jerarquizan los espacios, organizando de este modo nuestro comportamiento", concluye este artista que, en paralelo, exhibió algunos de sus trabajos en Grecia y Francia, y que durante julio participará con proyectos fotográficos y audiovisuales en exposiciones a realizarse en Alemania y Canadá.
177: Frankenstein
Bajo la curatoría de Ignacio Szmulewicz se exhibirá 177: Frankenstein, nombre de la propuesta que el egresado de la Licenciatura en Artes Plásticas, Adolfo Bimer, presentará en la librería Metales Pesados, en el marco del ciclo de exposiciones Matadero. 10 artistas jóvenes de la escena chilena. "Me motivó crear una obra para un espacio de exhibición de tamaño reducido que además está inserto dentro de una librería y, a partir de eso, pensar una propuesta con referencia a la literatura", dice este joven artista que, en ese contexto, dio forma a una caja de luz que "contiene una selección de radiografías pertenecientes a distintas personas -conseguidas en diversos lugares y situaciones- y dispuestas de tal forma que articulan el cuerpo de un ser humano", señala sobre este trabajo que dialoga directamente con Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley.
Y es que, para él, existe una relación entre "el Doctor Víctor Frankenstein, la idea de artista como creador y su diálogo con la aspiración a una supuesta perfección en el objeto creado", explica Adolfo Bimer, quien hace un paralelismo entre su propuesta y esta obra literaria en la que el Doctor Frankenstein crea un ser humano a partir de fragmentos de cadáveres humanos, rivalizando con Dios como único creador y dador de vida. "En el caso de 177: Frankenstein, el cuerpo que se articula es igualmente imperfecto, creado a partir de fragmentos de gente muerta y viva, generando una sola figura, a una sola persona activada a través de un sistema de luz eléctrica", dice este artista, agregando sobre su propuesta que "la radiografía como material, junto con ser una imagen del interior del cuerpo, es, de alguna manera, símbolo del intento por ver el interior del humano".
La inauguración de 177: Frankenstein -"el número 177 corresponde a la enumeración asignada a este trabajo, dentro de la sucesión de trabajos del artista", aclara Adolfo Bimer- se realizará este miércoles 11 de julio, a las 19:30 horas, en el marco de este ciclo de exposiciones que tiene como ejes centrales los conceptos cuerpo y ciudad. "Creo que el vínculo fundamental entre este trabajo y la curatoría Matadero está en las relaciones que se pueden realizar a partir de la idea de un cuerpo ajeno, fragmentado y rearticulado para generar nuevamente un cuerpo, esta vez desprovisto de vida y naturalidad; el movimiento de un cuerpo que viaja y se disgrega para luego volver a sí mismo, reconstituido, pero completamente distinto", concluye el artista sobre esta propuesta que permanecerá en exhibición hasta el 5 de agosto en la librería Metales Pesados.
