Andrés Lima, Constanza Mena, Benjamín Ossa, Mr. Trafixxx, Javier Toro Blum, Catalina Olivares y Víctor Muñoz, los dos últimos egresados de la Universidad de Chile, son los artistas que exhiben sus obras en Fisura, exposición que surgió a partir de una convocatoria nacional que recibió alrededor de ochenta propuestas y que se inauguró el pasado jueves 16 de junio en el Museo de la Solidaridad Salvador Allende (MSSA). "Este museo trabaja normalmente con colecciones y con donaciones de artistas con mayor trayectoria, siendo ésta la primera vez que el MSSA utiliza este método para generar exposiciones", señala Catalina Olivares, agregando que el objetivo tras esta muestra era "generar un punto de inflexión entre la línea de trabajo que tradicionalmente desarrollaba el museo y propuestas jóvenes".
Santa Escritura es el nombre de la obra que esta artista presenta en Fisura, propuesta en la que trabaja con la tensión de tres conceptos -cuerpo, archivo y memoria- y que realizó en el marco de su proyecto de título. Como ella explica, "grabé reiteradamente sobre listones de policarbonato alveolar una cita extraída del texto El Padre Mío de la escritora Diamela Eltit, cita que recoge el encuentro entre la escritora y un vagabundo de la comuna de Conchalí, entre los años 1983-84-85. Este cuerpo social se conecta al mundo como el archivo humano de marginalidad y exclusión del país, se constituye como signo de lo inapropiado y lo deshabitado. Por su estado de delirio, se desvincula de toda participación social, que a torpes palabras trasluce conceptos de soborno, complot, poder y trasgresión, los que aluden a una nación fracturada e impregnada de temor".
Para dar forma a su obra, esta joven artista recurrió a materialidades propias de lo cotidiano, como son las planchas de policarbonato, comúnmente utilizadas en techumbres de viviendas, y la luz, elementos que para Catalina Olivares contienen un código en común con lo habitual. "La iluminación propone descubrir la obra paulatinamente, presentando un espacio íntimo y en ocasiones silencioso. La luz conmueve la imagen, cuya presencia se vuelve a ratos corpórea, como si se pudiese tocar. La delicada atmósfera y sus pasajes claro/oscuros, le otorgan una sublime presencia a lo escrito. La reiteración del texto en la obra plástica devela el gesto obsesivo de la escritura y el relato, casi como un acto ritual. De modo simultáneo, lo transcrito se vuelve el archivo visual de historia y gesto inagotable de memoria", agrega esta artista.
Víctor Muñoz, en tanto, exhibe La Imagen de la Sospecha en esta muestra, videoinstalación interactiva en la que reflexiona en torno a las problemáticas que hoy en día surgen a partir de la video vigilancia. "La idea es delatar esa difusa percepción que tiende a categorizar los hechos de la vida cotidiana como acontecimientos espectacularizados por los grandes medios de comunicación, en cuanto los registros de la video vigilancia son re-designados y banalizados. Así carecen de cualquier análisis que apunte a profundizar temas sociales, por consiguiente sometidos al poder de la manipulación ideológica", señala sobre su obra, agregando que eso que describe "tiene mucho que ver con la representación artística porque, directa o indirectamente, lo que hace el arte es una manipulación ideológica de la realidad a partir de de la representación de ésta".
En esta obra, Víctor Muñoz trabajó con medios e interfaces que van desde el video, la interactividad, la sonoridad y la instalación, creando un sistema de registro y proyección simultáneo en tiempo real que homologa a los circuitos de la video vigilancia, y que registra y proyecta a los espectadores que entran al espacio en que exhibe su propuesta. En ese lugar, el espectador "debe realizar la operación de observarse a sí mismo interactuando con su propio movimiento en un espacio virtual, el que proviene de un fragmento, de tiempo y espacio, de la película La Ventana Indiscreta. Elegí este filme por la pertinencia que tiene con la mirada vigilante, voyerista y panóptica; una experiencia que comparte el estatus de sujeto observador-observado, creando una analogía subvertida y lúdica con respecto a la video vigilancia", explica.
"Rascunhos"
En la Sala Literatura de la Biblioteca de Santiago se exhiben actualmente las obras de Bárbara Igor y Cristian Lizama, egresados de la Licenciatura en Diseño Teatral y de la Licenciatura en Artes Plásticas de la Universidad de Chile, respectivamente. La muestra, que contempla la exhibición de grabados, dibujos y pinturas, lleva por nombre Rascunhos, "palabra que viene del portugués y que se puede traducir como borradores. Y en el arte, generalmente, los artistas tendemos a negociar con la imagen, por lo que existe mucho de esbozos, de borrar, lijar, acomodar y volver a empezar. Uno propone y, muchas veces, es la obra la que dispone y a cada momento se toman decisiones", explican Bárbara Igor y Cristian Lizama sobre el título de esta muestra que permanecerá en exhibición durante todo el mes de junio.
Veintitrés son las obras que se exhiben en esta muestra, donde "básicamente hablamos de nuestro propio quehacer", dice Bárbara Igor, agregando que en sus propuestas está presente "la eterna búsqueda de un lenguaje que le sea propio a las artes visuales y, en este caso, a la gráfica. También nuestra geografía y el contexto latinoamericano, ya sea desde el punto de vista de la técnica o de la imagen en su totalidad". Cristián Lizama, en tanto, señala que "son las mismas técnicas utilizadas en un contexto contemporáneo, sin pecar de pretenciosos ni demostrar lo habilidosos que podemos ser; pequeñas historias puestas en imágenes, algunas sin final, por cierto. Además, trabajos de distintos años, por lo tanto, con distintos procesos, pero seleccionados de tal manera que se consiga mantener un hilo conductor en toda la muestra".
La mayoría de las obras que se exponen en esta muestra son grabados realizados en diversas técnicas, por ejemplo, en punta seca, "donde, de alguna manera, se rasguñan las matrices dejando surcos donde se deposita la tinta a imprimir", cuentan estos artistas que también pensaron en ello a la hora de titular esta exposición. Y es que, como explican, Rascunhos también "es una especie de parónimo del español rasguño, lo que puede parecer una relación zonza y simplista, pero que a ambos nos gustó. Por otro lado, al ser ésta una muestra que no gira en torno a una temática específica, la palabra nos sugiere una suerte de esbozo de exposición, una muestra que de por sí es muy íntima desde la perspectiva de nuestro quehacer, y ese término nos acomodó por ser sugerente y, a la vez, no parecer tan evidente en su concepción", concluyen.
