El pasado miércoles 29 de septiembre, en la Sala Isidora Zegers, fue la presentación del proyecto "La Revista Musical Chilena y los artistas galardonados con el Premio Nacional de Arte en Música", el que implica un cambio radical para la publicación de musicología más antigua de habla castellana. Se trata de la incorporación de contenidos multimedia, como audios y videos, a la presentación online de la revista, profundizando de esta manera en la integración de redes y nuevas tecnologías.
Fundada en 1945, gracias al impulso del compositor Domingo Santa Cruz -pilar de la institucionalidad cultural generada en Chile durante la primera mitad del siglo XX-, la Revista Musical Chilena ha reunido a lo largo de su historia a buena parte de los músicos, compositores e intérpretes más destacados del continente. Entre sus directores se cuentan los compositores Juan Orrego Salas, Alfonso Letelier y el pianista Cirilo Vila (todos ellos galardonados con el Premio Nacional de Artes Musicales), entre otros. Mientras que entre sus articulistas encontramos a buena parte de los investigadores más destacados del continente, como Isabel Aretz, César Arróspide de la Flor, Lauro Ayestarán, Gerard Béhague, José Antonio Calcaño, Alejo Carpentier, Gilbert Chase y Luis Heitor Correa de Azevedo.
Todo ello le ha granjeado a la Revista Musical Chilena prestigio internacional y la ha convertido en un espacio de investigación, difusión y debate fundamental para la música, tanto en Chile como en Latino América. Prueba de ello son las constantes consultas que se hacen a sus páginas cada vez que se inicia una nueva investigación musicológica. Sin embargo, durante sus más de 60 años ha adolecido de un gran problema: el no poder mostrar ni entregar a sus lectores el objeto mismo de su estudio, la música.
Luis Merino, musicólogo y actual director de esta publicación, explica que "el desafío de hoy en día es aproximar la Revista Musical Chilena a una sinergia de soportes, en la cual estén presentes el texto, que siempre nos ha acompañado, y la música, nuestro objeto de estudio, pero ahora como una realidad sonora tangible". Según Luis Merino, "en la revista hay mucho material escrito sobre música chilena, pero la música en sí es poco conocida. Si hablásemos de The Beatles no habría problema porque su música se puede encontrar en cualquier parte. En cambio las obras de autores chilenos son muy poco difundidas y cuesta encontrarlas".
La idea de utilizar las nuevas tecnologías de la información para potenciar la revista e integrar archivos de audio a su presentación online viene desde hace varios años. La primera etapa fue la digitalización de todos sus números el año 2008. Yessika Zuta, Directora de las Bibliotecas de la Facultad de Artes, agrega que debido a los cambios en las plataformas y protocolos digitales de la Universidad de Chile, se hizo necesario realizar la migración del material al nuevo sistema, administrado por SISIB. De esta forma se establece un vínculo de colaboración entre la Dirección y el Comité Editorial de la Revista Musical Chilena con la Dirección de Bibliotecas de la Universidad. También es la oportunidad que se aprovecha para incorporar los archivos multimedia, solicitando para ello la colaboración de la Mediateca del Departamento de Música y Sonología. En todo este proceso es clave el rol de CONYCIT, organismo que otorgó los recursos incrementales para que el resultado fuera posible.
Luis Merino aclara que debido a la enorme amplitud de autores y materias cubiertas por la revista, era necesario establecer un criterio de selección para la incorporación de los archivos de audio. Es por ello que optaron por centrarse sólo en los Premios Nacionales en Artes Musicales para esta primera etapa. De esta forma, los extractos de las obras irán insertos en el número correspondiente a la época de su estreno o bien enlazados al artículo que hable sobre el autor en cuestión.
Luis Merino asegura que este paso ha sido fundamental para la Revista de Música Chilena y también un aporte esencial para la música docta chilena. "Hace algunos años me tocó viajar a Alemania y observé como los públicos de la música académica o docta se estaban avejentando. Si la música docta quiere llegar a los públicos jóvenes, tiene que utilizar los nuevos soportes y lenguajes para su difusión", declara el musicólogo.