Fue una de los tres seleccionados chilenos. Susana Hernández presentó una propuesta que la hizo merecedora de uno de los cupos del Foro Juvenil del Patrimonio Mundial, enmarcada en la 34ª Sesión del Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco. Así, el 15 de julio hizo maletas y se fue a Brasil durante diez días, donde compartió con jóvenes de diversos países, entre ellos Uruguay y Colombia, en un foro que partió el 16 de julio y cuyo fin último era crear un área importante de acción y reflexión en torno a temas relacionados a la herencia del mundo, en términos de patrimonio cultural. La idea era generar una postura activa entre los jóvenes y alentar la construcción conjunta de alternativas y propuestas a las políticas encaminadas a proteger patrimonio cultural.
Hernández tiene experiencia en este tipo de viajes. El año 2007 ganó, con un trabajo literario-plástico, la "Ruta Quetzal", un concurso que tuvo como premio viajar por 45 días con jóvenes de 55 países por México y España. En el 2008 ganó "Caminos del Mercosur" con un trabajo histórico-literario, donde viajó con 40 jóvenes del Mercosur a Bolivia durante dos semanas. Y en 2009 fue escogida como monitora de apoyo para ir a la "Ruta Quetzal" por segunda vez, viajando a la isla Robinson Crusoe y diversas partes del sur de Chile.
Su proyecto consistía en apelar al imaginario infantil, apuntando a la necesidad de fomentar una educación patrimonial con especial énfasis en la infancia. "Hice una prueba con niños de colegios municipales y privados, haciéndoles dibujar a niños de primer ciclo básico lo que se imaginan por patrimonio. Los resultados mostraron la gran desinformación que existe al respecto, y una vez más, las diferencias entre los colegios. Entre los dibujos, me encontré desde televisores gigantes hasta autos voladores, y la idea era exponer esos dibujos en una estación del Metro de Santiago para concientizar a la población acerca de la urgente necesidad de educación patrimonial", explica Hernández.
LA HERENCIA CHILENA
La iniciativa surgió de una reflexión de la alumna sobre las futuras generaciones. "Es para que cuando ellos lleguen a la vida adulta, podamos contar con una generación activa en el cuidado y fortalecimiento del patrimonio, pero también reflexionar sobre las maneras de fomentar no sólo el patrimonio tangible, sino que el inmaterial por medio de intercambios culturales", acota.
¿Cómo sientes que fue la recepción a tu iniciativa?
Muy buena. Mi proyecto, de entre los 32 participantes, se posicionó en el cuarto lugar, y a pesar de que sólo hasta el tercero te daban un premio en dinero para llevarlo a cabo, me demostró que mi participación no pasó desapercibida.
¿Cuáles fueron los principales puntos de discusión?
Los ejes del debate giraron en torno a la forma mejorar la relación de los habitantes de lugares declarados Patrimonio Mundial con su patrimonio, como en el caso de las ruinas de las misiones jesuíticas guaraníes, a las que los indígenas no pueden acceder con libertad debido a que su pueblo quedó dividido justamente entre las fronteras de Argentina, Brasil y Paraguay, siendo que ellos se sienten simplemente guaraníes y no de alguno de esos países.
¿Qué consideras que fue tu aporte al foro?
Llevar la experiencia de un país que, a mí parecer, tiene todas las ganas de mejorar en esta materia, pero que en la práctica avanzamos poco por tratar de solucionar el problema de fondo, con "paseos a La Moneda" mientras tenemos una carencia de políticas educacionales. Y fue un aporte el hecho de haber conocido con anterioridad veinte sitios declarados Patrimonio de la Humanidad, y poder contrastar la realidad que se vivía en Brasil con lo que ya había visitado antes.
Uno de los objetivos principales del foro fue la formación de una red juvenil internacional de salvaguarda del patrimonio llamada Rejupam (Red Juvenil del Patrimonio Mundial) y la creación de la "Carta Brasilia". "Consiste en un petitorio sobre lo que a nuestro juicio, como jóvenes, hay que fomentar para proteger el patrimonio, la que pudimos presentar ante la 34º sesión del comité de la Unesco en Brasilia", acota Hernández.
La jornada se dividía en tres partes: en la mañana y en la noche era el tiempo de discusión, mientras que la tarde estaba destinada a visitar los lugares, a fin de conocer patrimonio histórico, moderno, natural e inmaterial. Hernández estuvo ante las cataratas de Iguazú, en la ciudad de Sao Miguel das Missoes, en el estado de Río Grande do Sul, además de la ciudad de Goiás, antigua capital del Estado de Goiás y que se considerará una de la más importante de la herencia de mundo entre urbanos testimonios de la colonización portuguesa en regiones del interior de Brasil productoras de oro. La parada final fue la capital federal, Brasilia.
¿Qué es lo que más rescatas de toda esta experiencia? ¿Por qué?
Sin duda la diversidad de opiniones y perspectivas de los participantes, ya que al ser de diversos países y regiones, pudimos enriquecernos y complementar nuestras ideas los unos con los otros. Fuera de la experiencia de vida que te da conocer en terreno las realidades de un país, es el compromiso que hicimos todos, ya que el foro no era ir, discutir y simplemente volver a nuestros países, sino que convertirnos en actores activos a nivel local, para luego converger todas nuestras acciones en la red. El haber podido presentar tu punto de vista incluso a la máxima autoridad de la Unesco, la Directora General Irina Bokova, pero también a los responsables chilenos del Consejo de Monumentos Nacionales, con los que pudimos llegar a la idea de realizar próximamente un foro de estas características en Chile.
