El pasado 28 de julio Marcos Contreras no fue el único ganador en el Concurso de Jóvenes Solistas 2010. Junto a él en el podio principal quedó José Contreras en la mención de Jóvenes Pianistas. Alumno de la experimentada profesora Elisa Alsina, oriundo de Iquique y con tan sólo 21 años, gracias a su constante trabajo y profunda pasión por la música, José Contreras se ha transformado en una de las promesas nacionales del piano. Así lo demostró en el concierto que dio al amparo de la Sociedad Federico Chopin de Chile en agosto de 2008, y así lo confirmó el último concurso de Jóvenes Solistas, donde presentó Concierto para piano y Orquesta op. 16 del noruego Edvard Grieg.
"Cada concierto es como subir un peldaño más", reflexiona José Contreras, quien luego de este logro se prepara para presentarse a fines de año junto a la Orquesta de la Facultad de Artes. Sobre sus inicios, sus expectativas, sus temores y su pasión por la música nos habla en la siguiente entrevista.
- ¿Cómo llegaste al piano y a la música?
- El primer contacto visual que tuve con un piano fue en una película sobre rock and roll, pero ya desde antes tenía contacto con la música. Mi papá me cuenta que cuando estaba en el vientre de mi mamá me ponían música clásica, y la verdad es que siempre me ha gustado la música clásica. Mi papá tenía una colección de música clásica y cuando tenía 7 u 8 años siempre me acercaba a la selección de piano, también me rallé con el Bolero de Ravel y en el fondo siempre tiré para el lado de la música clásica, y sobre todo para el piano. Ahí mis papás se dieron cuenta de que yo quería estudiar piano, me regalaron un teclado y a los 9 años comencé a estudiar en la escuela artística Violeta Parra de Iquique.
- ¿En qué momento decidiste venir a estudiar a la Facultad de Artes?
- Cuando tenía 13 años decidí que me dedicaría completamente al piano, y cuando estaba en primero medio vine a dar el examen para ingresar a la Facultad. Vine con temor porque pensaba que lo más probable era que no iba a entrar, pero cuando me aceptaron fue como un sueño hecho realidad.
Según cuenta José Contreras, el cambio fue drástico y bastante difícil. Por el lado de los estudios "al principio todo fue bien complicado, porque me di cuenta que lo que sabía de música era bastante poco en comparación con lo que se enseña acá", declara y agrega que por el lado personal tampoco fue fácil, pues tuvo que vivir de allegado donde conocidos y lejos de su familia: "A uno le cuesta adaptarse a un proceso como este, uno se desmotiva un poco porque está lejos de la familia. Recuerdo que siempre quería estar sólo y andaba, no sé como decirlo, chato y sin ganas".
Pero la pasión por la música era más fuerte y el joven pianista pudo superar todas estas dificultades. Incluso, en reconocimiento a su talento, la ayuda no tardó en llegar y gracias a una beca que le entrega la Municipalidad de Iquique pudo llevar una mejor vida en la capital. También fue fundamental el apoyo de su maestra, la reconocida pianista Elisa Alsina. "La primera vez que vi a Elisa Alsina tocar en un concierto, en el Instituto Cultural de Providencia el año 2005, fue la segunda vez que me decidí a que debía seguir en esto de la música. Simplemente me rendí a sus pies", afirma José Contreras, quien además reconoce que todos sus logros son en gran medida gracias a la experimentada profesora.
- ¿Cómo vives tus conciertos?
- En Iquique ya tocaba en vivo desde chico, pero nunca le di mucha importancia a eso. En cambio la primera vez que toqué en público acá en Santiago, el año 2006 en el concurso Flora Guerra, fue súper complicado, porque me daba cierto temor tocar en Santiago. Me pasaba rollos y me decía que acá la gente sabe más de música, y todo eso me costaba un poco superarlo, entonces cuando toqué fue como superar una barrera importante para mi. Después de que toqué esa vez y me fue bien, fue como subir un peldaño. Cada concierto es como subir un peldaño más. Todo esto del concurso, siempre lo he visto como una forma de ganar experiencia y más confianza en uno mismo, para luego estar más seguro. Siempre ha sido con ese afán más que el de ganar algún premio o algo así.
- ¿Qué aspiraciones tienes para tu carrera como pianista?
- Después de estudiar acá pienso irme a estudiar al extranjero, eso es algo que yo creo que todos los que estudiamos acá tenemos en mente. Pero aún no tengo claro donde ni como, cuando llegue el momento veré que profesor es el más adecuado para mis aspiraciones y cual puedo acceder. Lo ideal sería Uuno que siga la misma escuela en la que estoy ahora, es decir la alemana.
- ¿Qué te parece la posibilidad de tocar con la Orquesta de la Facultad de Artes?
- Obviamente que las oportunidades para tocar con orquesta son súper escasas. Yo creo que la Facultad debiera mejorar eso un poco, el dar más oportunidades a sus alumnos para presentarse junto a una orquesta. Eso es súper importante para la formación de un músico. Tocar con orquesta es una parte vital de la carrera de un intérprete.
- Fuera de la música docta, ¿te interesa o tienes experiencia en la música popular?
- He tenido algunos acercamientos, pero en lo particular no tengo pensado sumergirme en la m mp;uacute;sica popular. Es que la música docta para piano abarca demasiado, es muy amplia y profunda su injerencia y el patrimonio de obras que existen para piano también es muy grande. La música docta para piano es muy amplia y la verdad es que no me deja espacio para sumergirme en otro estilo. Tampoco tengo el interés en hacerlo, porque ya es tan amplia e interesante para mi la música clásica, que llena todas mis necesidades.
- Y en cuanto a tu relación con la música docta contemporánea, ¿qué nos puedes contar?
- En general no se da tanto entre los pianistas de la escuela el estudio de la música contemporánea. Hemos visto a algunos autores, aunque la verdad ya no son tan contemporáneos, pero igual son muy importantes, como Lutoslawski y Bartok, del cual estamos estudiando una sonata para dos pianos y percusión. El próximo año tengo un ramo de música del siglo XX donde vamos a ver a Messiaen y otros autores similares. Me interesaría mucho tocar en el Festival de Música Contemporánea la sonata para dos pianos y percusión. Pero primero hay que aprendérsela.