"Para mí, proyectos de este tipo cumplen no sólo con una aspiración personal de enseñar lo que aprendí, sino que también es un ejercicio de justicia con comunas alejadas como ésta, que no tienen acceso a propuestas artístico-culturales diversas, permanentes y profesionales, menos aún enfocadas en la población infantil", señala la Licenciada en Artes Plásticas de la Universidad de Chile, Carola Cofré, quien en marzo de 2009 logró concretar un proyecto en el que venía trabajando desde hace 2 años: La Escuela Rural de Artes y Oficios Ayekantún, un espacio que recibe a niños y adolescentes de localidades rurales de la comuna de Colbún, ubicada al interior de la Región del Maule.
Pero el diagnóstico que hizo esta artista visual oriunda de Colbún no sólo tenía relación con el escaso acceso a la cultura que día a día se vive en sectores como ése, sino también al hecho de que la formación artística "se confía sólo a la escuela y, por ejemplo, en Colbún no existe ningún profesor de Educación Básica especializado en Artes Visuales, y estamos hablando de 3 escuelas urbanas y 13 rurales", dice categórica esta mujer que hace poco más de un año inauguró esta Escuela con 40 estudiantes y que hoy cuenta con alrededor de 80 niños y adolescentes que asisten a los talleres de pintura, escultura, composición visual y dibujo que se dictan allí.
"Aunque no es fácil, definitivamente es factible desarrollar proyectos como éste en regiones. Nosotros ya llevamos un año de funcionamiento y este año nos vimos en la obligación de hacer el doble de talleres. Somos un equipo de tres artistas-profesores que nos distribuimos las 80 horas de trabajo mensuales", explica Carola Cofré sobre la Escuela Rural de Artes y Oficios Ayekantún, espacio que "se encuentra validado en nuestra comunidad local y también en la provincia y región. Poco a poco hemos ido instalando esta experiencia de formación permanente para nuestros alumnos, y también para quienes participaron de las otras propuestas que realizamos el año pasado".
Y es que durante el 2009 no sólo se dedicaron a formar artísticamente a los niños y adolescentes de Colbún, sino también a hacer exposiciones, seminarios y clínicas de arte abiertas a toda la comunidad. Sobre este primer ítem, Carola Cofré explica que "estas muestras se realizaron durante todo el año, recibiendo exposiciones colectivas de artistas visuales locales y de fuera de la región, buscando ser un espacio para que la comunidad local participara de manera cotidiana de la actividad artístico-cultural. Junto a cada exhibición se realizaron Actividades Didácticas para colegios, en las que se vinculó la muestra con el currículum de educación artística del curso correspondiente".
En cuanto a seminarios, se realizaron tres durante el año 2009: "Arte Popular Chileno", "El crin como material didáctico. Artesanía tradicional chilena en el aula" y "Moldes Escultóricos", a los cuales asistieron personas vinculadas a la cultura y la educación provenientes, principalmente, de fuera de Colbún. "En este sentido, es una gran satisfacción poder aportar al mejoramiento de las prácticas docentes en la educación primaria y secundaria, por ello es que los seminarios que haremos este año estarán prioritariamente enfocados a los profesores", cuenta Carola Cofré sobre estas actividades que cuentan con certificación del
¿Qué los impulsa a desarrollar este tipo de actividades?
El objetivo es entregar herramientas a profesores de enseñanza básica y media para mejorar su práctica docente; mientras que para artistas y artesanos es una oportunidad para recibir formación permanente y adquirir algunos conocimientos que les permitan mejorar los proyectos en que se busca formar a niños y niñas en el ámbito plástico, vinculándolos a los objetivos del currículum escolar. Además, también es importante para nuestro proyecto destacar y potenciar la cultura local, razón por la que uno de los seminarios se centrará específicamente en la artesanía. Este seminario esperamos unirlo a la enseñanza escolar, pues vemos el colegio como un medio con gran potencial para vincular significativamente a niños y niñas con el mundo de la cultura local y general. Esperamos que profesores y profesoras se entusiasmen con esta idea.
Con estos antecedentes y con lo que han podido concretar, ¿cómo evalúas el funcionamiento de este proyecto?
Lo evalúo muy bien. Las cosas siempre pueden ser mejor, pero dadas las condiciones de nuestro proyecto, los resultados después de un año han sido más de lo que esperaba. Por un lado logramos aplicar nuestros programas de estudio, lo que nos permitirá este año mejorar y corregir la propuesta. Hemos comprobado en la praxis que es posible plantear estos talleres artísticos desde un currículum progresivo en los contenidos, y no sólo recreativo o de ocupación del tiempo libre. Tenemos un grupo de alumnos de segundo año que se han mantenido con nosotros y que ya están notando los avances que han logrado. Además, los apoderados también se sienten parte de la escuela y participan en todas las actividades que les proponemos. Las exposiciones que hicimos de los trabajos de nuestros niños y niñas en Colbún y Talca tuvieron una excelente acogida, y los visitantes se sorprendían del profesionalismo con que se les había enseñado a los alumnos, lo que se notaba en los resultados de su trabajo.
¿Cómo dialoga la cotidianidad de los talleres que se dictan en esta Escuela con las actividades de extensión que organizan?
Todas han sido experiencias muy interesantes, en las que nuestros alumnos y apoderados se han ido empoderando poco a poco de la Escuela, participando desde distintos ámbitos. Los padres preocupados de atender a los artistas y a los participantes de los seminarios, y los niños y niñas mostrando sus trabajos y aprendiendo de quienes nos visitaron. En verdad es muy gratificante verlos compartir desde la creación con artistas visuales, porque es un mundo que poco a poco se les ha abierto lleno de posibilidades.
¿Cuáles han sido las mayores dificultades que has tenido que enfrentar para mantener en el tiempo este proyecto?
La mayor dificultad es el financiamiento. El único fondo concursable que puede financiar 10 meses de trabajo al año es el 2% de Cultura del FNDR de la Región del Maule. Como depende del presupuesto anual, hay que postular cada año, corriendo obviamente el riesgo de no ganar, pues en general se prefieren aquellos eventos de alta convocatoria. Así que la incertidumbre de si tendremos o no recursos para seguir el próximo año siempre nos ronda. Por ello es que también trabajaremos en conseguir financiamiento y recursos para poder continuar el próximo año, realizando actividades culturales, eventos artísticos y campañas de materiales.
