Directora del montaje de egreso:

De la Sotta: "Un enemigo del pueblo plantea un cuestionamiento a la democracia"

De la Sotta: Un enemigo del pueblo, un cuestionamiento a la democracia

Escrita en el año 1882, la temática de "Un enemigo del pueblo" sorprende por su actualidad y vigencia como texto crítico. La obra cuenta la historia del doctor Stockman, médico de un balneario que es la principal atracción y fuente de ingresos de su ciudad. Al descubrir que las aguas del balneario están contaminadas, el doctor vive la contradicción entre dar a conocer esa verdad a su pueblo, o sucumbir ante los intereses políticos y económicos de quienes dirigen la ciudad.

Para su directora, Aliocha de la Sotta, la versión llevada a escena por los cuartos años de actuación y diseño teatral del Departamento de Teatro de la Universidad de Chile tiene un objetivo preciso en mente: llevar al público a una reflexión sobre la idea de la democracia en una sociedad como la nuestra, donde los ideales modernos aparecen hoy en día puestos en cuestión.

En esta entrevista, tanto la docente como los estudiantes que encarnan a los personajes ideados por Ibsen comentan la propuesta que ellos decidieron vehicular a través del montaje y las implicancias políticas que éste tiene.

Aliocha, si consideramos la problemática y el cuestionamiento moral que sufre el personaje principal, podríamos decir que "Un enemigo del pueblo" es muy similar a tu anterior montaje, "Galilei".

Sí, (risas) pero yo creo que esta obra se trata también de algo más. Creo que es realmente un cuestionamiento a la democracia, porque el personaje de Stockman viaja a través de los ideales modernos para al final descubrir como funciona el mundo realmente. En ese viaje es evidente que pasa por ciertas contradicciones morales, pero yo diría que la reflexión que plantea la obra es concretamente política. Nosotros quisimos hacer una versión donde el espectador se cuestionara acerca de nuestra democracia, y por lo tanto nuestra búsqueda fue hacer un viaje más contingente a partir de una obra que fue escrita en 1882.

¿De dónde surge la idea de montar esta obra?

Yo siempre había tenido ganas de hacer "Un enemigo del pueblo", que es una obra gigante, de cinco actos, con muchos personajes y de pronto un egreso fue la oportunidad, pero más allá de mi gusto personal, coincide con el hecho de que es una fabulosa oportunidad para alumnos que van a egresar recién el poder trabajar con un gran texto dramático. Yo diría que la obra es perfecta, y pocas veces uno tiene la posibilidad de trabajar con obras clásicas de autores considerados como los padres de la dramaturgia moderna. Creo que es un gran desafío, y el montaje entero está basado en la actuación.

Una de las particularidades de este montaje es que no intervienen únicamente los estudiantes que egresan. ¿Podrías hablarme un poco de eso?

Sí, lo que pasa es que hay una escena en el acto cuatro donde el doctor Stockman dialoga con una asamblea, con el pueblo donde sucede la acción, y en ese momento se me hizo imprescindible el pueblo para narrar lo que queríamos narrar. Ahí invitamos a alumnos de toda la escuela que quisieran participar, y en el montaje hay aproximadamente 30 extras. Son alumnos de primero, algunos de segundo y uno de tercero. Ellos actúan en todas las funciones representando al pueblo y yo estoy muy agradecida de ellos porque han demostrado un compromiso muy importante, y para los que egresan es súper emocionante sentir el apoyo de su escuela.

¿Cómo ha sido la evolución del montaje desde el comienzo hasta la puesta en escena?

Primero empezamos a trabajar haciendo una adaptación del texto dramático, pues hay algunos roles que son masculinos y que pasan a ser femeninos en nuestra versión, y es que realmente esta es una versión muy nuestra de "Un enemigo del pueblo": La obra está reducida, pero en su esencia es la historia del doctor Stockman, la misma que escribió Ibsen. Trabajamos con ejercicios prácticos donde ellos daban a conocer su visión acerca del texto, su visión acerca de la democracia, los medios de comunicación y de cual es el deber de la ciencia en el mundo actual. Todo eso lo trabajamos a través de muestras y muchas de esas cosas están en el montaje final. Como se trata de un trabajo en conjunto, los estudiantes de diseño veían las muestras de los de actuación y de ahí empezó a surgir un lenguaje común.

Yo estoy súper contenta con el trabajo y a pesar de que ha sido intenso, también ha sido súper enriquecedor. Yo creo que a ellos les ha costado lo que cuesta hacer teatro: el rigor, la disciplina, la disposición, el mantener las buenas relaciones humanas, el respeto por el otro y el estudio constante de la obra. En definitiva, han sufrido todas las dificultades que sufrimos cuando hay que hacer teatro, porque no es nada fácil.

Esta obra requiere de muchos actores en escena. ¿Es muy difícil intentar dirigir una obra así?

Sí, es difícil poder dirigir a tanta gente al mismo tiempo, armar escenas con 40 personas arriba del escenario, trabajar las voces de todos, la corporalidad, la composición espacial y que los estudiantes sean capaces de defender las ideas que expone el texto aparte de construir los roles, entonces implica un trabajo arduo no solamente para mí sino que también para ellos e incluso para los que son del pueblo, que tienen que estar en ensayos de tres o cuatro horas para realizar una sola réplica, pero así es el teatro. No sé si porque haya menos personajes es menos trabajo. Creo que siempre hay que trabajar harto.

¿Cómo funcionó la dupla con diseño?

A ratos hubo una dificultad con respecto a la metodología: que ellos comprendieran que para mí era importante que ellos estuvieran en todos los ensayos, y es que para mí el diseñador no solo debe estar en su taller trabajando sino que debe relacionarse directamente con los actores, ver la puesta en escena y comprender el punto de vista del montaje aparte de ocuparse de las cosas técnicas. Finalmente todo resultó muy bien, está súper bonito el diseño y fuimos respetuosos de las ideas de todo el mundo, por lo menos ese fue el espíritu con el que trabajamos durante estos meses.

"Fue un trabajo muy enriquecedor"

Muy satisfechos con el resultado y contentos por la excelente recepción que ha tenido por parte del público, los estudiantes próximos a egresar también tienen algo que decir con respecto a un montaje que tiene una particularidad especial en comparación a uno normal, y es que esta versión de "Un enemigo del pueblo" cuenta con dos elencos. A excepción de tres personajes, los roles son móviles y cada uno cuenta con dos personajes a representar, lo que implica no solo poner a prueba su capacidad actoral y apropiarse de un rol diferente una función tras otra, sino que también dejar de lado los egocentrismos y aceptar que si un día se tiene un rol protagónico, al día siguiente le tocará ser secundario.

"Es un trabajo súper enriquecedor actoralmente hablando. Uno aprende mucho con esta forma de trabajo porque al ver a otro compañero actuando tu rol te genera perspectivas y preguntas para tu propia construcción del personaje, puedes sacar conclusiones y propuestas a partir de lo que ves y lo que haces tu, entonces es un trabajo de retroalimentación muy interesante", señala Gabriela Arancibia.

Misma opinión tiene Alejandra Díaz, quien afirma: "Me parece súper interesante ese trabajo dual de tener que construir un personaje grande que está todo el tiempo en escena y uno chico que es secundario, y que puede ser un sirviente o el cartero, pero que también tiene un protagonismo en la línea de narración que va por debajo de la obra y que también es muy interesante".

Para Consuelo Zamorano, "el hecho de que haya personas que tengan dos roles enriquece el trabajo colectivo, porque en el fondo te sabes toda la obra: todos sabemos qué es lo que tiene que pasar, en qué momento hay que entrar y qué tenemos que hacer, entonces estamos todos muy presentes". Su compañero Pablo Barbatto añade: "También aumenta la confianza entre nosotros, porque en una función tienes un rol protagónico y ves a tu compañero que te está ayudando, que está ahí contigo, y en la otra función que es al otro día estoy yo en su rol entonces dejo que él también se entregue, entonces hay una cuestión de servicio y preocupación por el otro que es súper positiva".

Sin duda, hay un objetivo pedagógico detrás de esta metodología ligado a una no jerarquización de los roles y una apropiación completa del texto, y tal como explica su directora, Aliocha de la Sotta, "es un ejercicio donde el teatro se vuelve lo fundamental: aquí no importa el actor sino la historia, y es muy emocionante ver a un grupo de personas olvidándose de sí para lograr ese objetivo. Pasar de un personaje a otro de una función a la siguiente sin ninguna dificultad constituye un gran aprendizaje, y esa igualdad con la que trabajan la encuentro muy importante".

Por otro lado, no deja de ser interesante el hecho de que esta constituya su primera aproximación escénica a un texto del dramaturgo noruego Henrik Ibsen, pues tal como comenta Jorge Arecheta, "es interesante trabajar a un autor así porque en nuestra experiencia dentro de la escuela solamente lo habíamos visto en ramos teóricos. Y sobre todo es muy interesante trabajarlo por la actualización que se le puede dar a una obra que fue escrita en 1882".

En efecto, la reflexión política que plantea el texto original resuena con fuerza en un contexto histórico vaciado de ideales y donde la condición democrática del gobierno es ampliamente cuestionada. Tal como indica Pablo Barbatto, "la obra es muy actual, muy contingente en relación al momento que vive la política y la democracia en Chile, porque genera un cuestionamiento sobre cuán real es esta democracia que supuestamente recuperamos en el año 89 y en la cual uno sigue sin tener mayor posibilidad de elección o de influir realmente en lo que va a pasar en el país".

"Es interesante lo que plantea Pablo", agrega Aliocha de la Sotta, "porque ellos pertenecen a una generación que no es la mía, que no vivió la dictadura de la misma manera, entonces lo que la obra genera es una capacidad de ampliar la discusión: evidentemente cuando uno toca temas tan políticos va a aparecer la dictadura, pero lo que a mí me hace más sentido en ellos es que sus reflexiones no tienen límites. El tema de la democracia tiene que ver con las paradojas de la democracia que ellos han recibido, porque yo vi como eso pasó y lo cuestiono desde ese punto de vista, pero ellos la cuestionan desde aquellos que tienen todo el derecho de decir ¿esto es la democracia? ¿votar por quien uno quiera es democracia? Desde esa perspectiva creo que el encuentro generacional le da mayor riqueza al trabajo y lo hace mucho más complejo".

Por otro lado, la inclusión de una gran cantidad de actores extra complejizó el proceso de construcción de la obra, pues tal como señala Consuelo Zamorano, "fue difícil porque requiere de mucha concentración y que nosotros como equipo funcionáramos muy cohesionadamente para recibir a otros que venían a ayudarnos. Eso requería de nuestra entera disposición al trabajo y mucho compromiso con lo que estábamos haciendo. En ese contexto se volvía muy importante que los apadrináramos, hacerlos parte de la obra y del sentido que nosotros le estábamos dando a ella".

"Estamos súper agradecidos de la gente que nos apoyó, porque hubiese sido imposible plantear lo que queríamos con respecto a la democracia sin todos ellos y la disposición que ellos han tenido con nosotros ha sido increíble", comenta Gabriela Arancibia.

Contentos con el resultado final pero aún un tanto incrédulos con respecto a lo que éste significa,  Fernando Muñoz resume ese sentimiento: "Creo que recién ahora con las funciones nos estamos dando cuenta de la magnitud de esto, porque finalmente este es un trabajo que debiera dar cuenta de cuatro años de carrera y durante el proceso no estamos tan concientes de eso, pero gracias a la referencia de las personas que vienen a verlo, todas las lecturas que ellos hacen y las capas que ven, uno se da cuenta de la magnitud de este proceso. Aún así creo que todavía falta hasta la última función para poder dimensionarlo realmente".

"Creo que lo más hermoso del teatro es que ellos tengan la capacidad de ver el resultado de algo que se construye desde la nada", indica Aliocha de la Sotta, quien añade: "Para mí, mi gran amor hacia el teatro se sustenta en que se puede hacer lo que uno quiera y después el público lo lee y eso es súper lindo. Acá partimos de la nada y se nos ocurrió construir escenas con cosas que ellos hicieron en sus ejercicios, que no están en el texto de Ibsen y que solo tienen que ver con el punto de vista de la historia que nosotros quisimos contar. Verlo en escena ahora y que venga un espectador y lea eso sobre lo que ellos trabajaron en términos ideológicos y prácticos es realmente fantástico".

Francisca Muñoz acota: "Todo el trabajo teórico que nosotros hicimos al principio, todo lo que conversamos y reflexionamos acerca de los temas que trataba la obra ahora los vemos materializados y el público también lo logra ver".

"La obra tiene una estructura que está fijada desde hace tiempo pero recién ahora empezó otra etapa que es cuando se abre al espectador y empieza otro proceso en donde cobra vida. Cuando uno la hace en serio, empiezas a descubrir cosas nuevas en una estructura que está fija, entonces creo que más que tener una obra como resultado, estamos todos viendo el proceso materializado en esta última parte del montaje", explica Diego Ruiz.

Y en esta última etapa el público y sus lecturas propias del montaje se vuelven fundamentales, y es que tal como señala Paloma Anaya, "hay cosas que uno no se puede imaginar que va a leer el público o de qué manera lo van a recibir la obra. Hace unos días atrás vino un familiar mío que es de Copiapó a ver la función. En Copiapó hay muchos problemas con el agua a causa de las mineras que están dejando seco el lugar a punto tal que ahora esa ciudad se sustenta de napas subterráneas. Es súper fuerte el tema para ellos, entonces ella vino, se emocionó mucho y le pasaron muchas cosas con la obra, y de hecho después quedó con ganas de llevarla al norte, entonces  también es súper interesante ver qué tipo de espectador va a venir, como lo va a recibir y de qué manera lo va a  interpretar".

Aliocha de la Sotta concluye: "Queremos invitar a todos los profesores de la Escuela, de la Facultad de Artes y de las otras carreras que vengan a verla esta obra, y es que además de hacer escuela, lo único que nos queda es defender esta Universidad y reflexionar en conjunto respecto a los temas que conciernen a los estudiantes, profesores y a la comunidad". 

Últimas noticias

Exhibición en MAC releva veta de diseñador teatral de Guillermo Núñez

"TREGUAESCENA: el primer Guillermo", destaca la producción para obras de teatro realizada por el Premio Nacional de Artes Plásticas (2007) durante los años 60. Aunque comenzó a tomar forma en el año 2021, la muestra ahora se presenta como un homenaje póstumo, a quién dirigió el del Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile a principios de los años 70.

Conformado por académicos de la Facultad de Artes:

Integrantes del Núcleo Emovere iniciaron residencia en Centro NAVE

"Espectra" es el nombre del proyecto que las académicas Francisca Morand, Mónica Bate y Eleonora Coloma y el académico Javier Jaimovich llevarán a cabo en el marco de la residencia que realizan desde el 8 de julio en el Centro de Creación Artística y Residencia NAVE. En la propuesta, que comenzaron a desarrollar a mediados del año 2023, trabajan a partir del registro de voces y sonidos en peligro de extinción.

Exhibición en MAC releva veta de diseñador teatral de Guillermo Núñez

"TREGUAESCENA: el primer Guillermo", destaca la producción para obras de teatro realizada por el Premio Nacional de Artes Plásticas (2007) durante los años 60. Aunque comenzó a tomar forma en el año 2021, la muestra ahora se presenta como un homenaje póstumo a quién dirigió el Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile a principios de los años 70.