Tras su primer trabajo titulado "Rapsodia de un roto errante", la Agrupación Teatro Errante compuesta por un grupo de egresados del Departamento de Teatro de la Universidad de Chile vuelve a las tablas con "Trago amargo con malicia", montaje que desde su estreno ha estado itinerando de forma gratuita por distintos puntos de la capital.
Construida por medio de cuadros, la obra narra las distintas noches en que año tras año un grupo de pobladoras se reúne para celebrar la fiesta de la virgen del Carmen. De ese modo, cada cuadro representa un momento de la noche al mismo tiempo que un año transcurrido: 1985, 1986, 1987 y 1988.
Utilizando como eje dramático el espacio de la fiesta, esta obra busca relatar experiencias de organización social vividas durante la segunda mitad de los años ochenta, mostrando a un grupo de mujeres compartir y vivir distintas situaciones, tanto de conflicto social a propósito de la dictadura, como historias personales de esfuerzo y solidaridad.
Según sus creadores, "Trago amargo con malicia" "logra mostrar a través del teatro la historia velada de quienes han conformado uno de los estratos sociales más potentes dentro de los últimos años en nuestro país: las pobladoras".
Este viernes 27, sábado 28 y domingo 29 se realizarán las últimas tres funciones gratuitas de este montaje en el Museo de Arte Contemporáneo sede Quinta Normal. El viernes 4 de diciembre la compañía se trasladará al Colegio Fermín Vivaceta ubicado en Riquelme 853, Santiago centro, y el sábado 5 se cerrará la temporada de esta obra en Plaza Brasil. La entrada para todas las funciones es gratuita, y el horario de éstas es viernes y sábado a las 21 horas y domingo a las 20:30 horas.
Un toque de tradición oral
Compuesta por jóvenes creadores vinculados al teatro, la Agrupación Teatro Errante tiene por objetivo la realización de un proyecto social a través de la utilización de disciplinas artísticas, vinculando la participación comunitaria, la educación popular y el rescate de la memoria no oficial.
Al grupo conformado por Úrsula Hellberg, Evelyn Ibarra, Marcela Otárola, Carolina Intveen, Carla Casali, Patricio Yovane, Cristian Flores, Cristian Comigual, Juan Pablo Villanueva, Rodrigo Aros, Cristian Mancilla y Fernando Barrios se unió en esta oportunidad Pablo Cabrera, psicólogo y profesor del Magíster en Artes con mención en Dirección Teatral, quien ejerció como asesor metodológico. Y es que tal como señala Cristián Flores, impulsor de este proyecto junto a Marcela Otárola, "Trago amargo con malicia" "es producto de una investigación en torno a la historia de un grupo de mujeres pobladoras, y Pablo Cabrera diseñó la metodología de investigación".
"Con Marcela nos interesaba mucho hacer teatro con un contenido popular y político, y además que a nuestras obras tuviera acceso la gente que habitualmente no va al teatro", agrega el actor. Siguiendo esas directrices es que nació "Rapsodia de un roto errante", primer montaje de la Agrupación Teatro Errante y que lejos de intentar integrarse al circuito comercial, tuvo funciones gratuitas únicamente en poblaciones de Santiago.
Fue durante los ensayos de ese montaje que surgió la idea de realizar "Trago amargo con malicia", una obra que intenta recoger "la vida histórica de las mujeres de la población, que en definitiva era uno de los grupos políticos más fuertes que hubo en los 80", señala Cristián. De ese modo, este segundo trabajo de la agrupación sigue los mismos lineamientos fijados para la pieza anterior, otorgándole voz y visibilidad a un grupo hoy olvidado como agente de acción social.
"Llegamos a la conclusión de que debía ser un trabajo de investigación para que la historia que contáramos recogiera información entregada por esas mujeres y no fuera solo una invención de nosotros, sino un relato real llevado al teatro", agrega el actor. Fue así como dos actrices de la Agrupación Teatro Errante se trasladaron a la población La Victoria para llevar a cabo durante dos meses el proceso de investigación con las mujeres que aceptaron colaborar con este proyecto, recogiendo sus vivencias y acciones en el marco de la dictadura militar.
"Las chiquillas escuchaban los relatos de estas mujeres en el marco de unas sesiones que estaban diseñadas para facilitarles el habla. Después el asesor metodológico y yo escuchábamos esos relatos de la boca de nuestras compañeras, y eso fue muy bonito porque las veíamos portando la historia de estas mujeres", relata Cristián.
Posteriormente y repitiendo una experiencia anterior, comenzaron los ensayos del montaje entre autos y peatones curiosos, es decir, en la calle. El montaje final relata una historia que mezcla situaciones ficticias con trozos de las vivencias y emociones que las mujeres de la población experimentaron en carne propia, y que al modo de la tradición oral, transmitieron a otras personas para no dejar que esos recuerdos mueran con ellas.
De la historia al teatro
Curiosamente, los dos montajes de la Agrupación Teatro Errante han estado ligados a la historia, y es que tal como relata Cristián, el libro "Historia contemporánea de Chile" de los historiadores chilenos Gabriel Salazar y Julio Pinto tuvo un rol fundamental. "Para contar la historia, Salazar se ubica desde otro lugar: no desde el lugar de los grandes personajes, sino del de los sujetos sociales, de aquellos de los que precisamente no se cuenta la historia. Nosotros como compañía también nos quisimos ubicar desde ese lugar", afirma Cristián.
Operando como un poderoso trasmisor de imágenes y emociones, "Trago amargo con malicia" intenta expresar que "nuestro país se olvida de quienes de alguna manera construyeron las bases de una democracia concreta, que contempla la participación en la política pública y en los destinos de nuestro país. A pesar de que las poblaciones fueron los principales pilares de la lucha contra la dictadura, hoy día ellos solo son beneficiarios de la política, pues se les impide la participación real", señala.
Fiesta con sabor a cumbia
Animada por el espíritu de la fiesta, en "Trago amargo con malicia" la música es un elemento que no podía faltar. Tres músicos en vivo acompañan un montaje en el que el baile está siempre presente.
"La identidad chilena siempre se hace notar a partir de los espacios festivos y las formas que desde ahí se han legitimado: la construcción de versos, la estructura de la cueca y la cumbia han sido una creación de los sectores populares", dice Cristián Flores, y agrega: "Para nosotros la fiesta es un espacio de creación colectiva en el que todos participan. Nadie impone la dinámica de grupo, y además es un buen espacio a partir del cual contar una historia, y eso lo que nos interesa a nosotros: no alejar a nadie del teatro a causa del discurso particular que tengamos, sino que por el contrario favorecer que lo escuche de forma voluntaria, a través de la fiesta".
"La fiesta y la tradición popular constituyen un lugar político también, porque es una forma cultural que le pertenece al bajo pueblo en todas sus formas. El espacio de la fiesta siempre es un lugar extraordinario, excepcional, extemporal, un espacio que no tolera las formas culturales impuestas desde el poder. Una fiesta siempre es para desbordarse, es como el carnaval, entonces desde ese punto de vista es un lugar político", explica el joven creador.
Si en su primer montaje la cueca era el eje musical, en "Trago amargo con malicia" es la cumbia la que domina, y para ello también hay una explicación. Como señala Cristián, todo surgió "a partir de una frase que dijo una compañera: hay que hacer teatro en cumbia, hay que contar cosas tristes si uno quiere, pero desde un lugar alegre, donde todos puedan disfrutar".
