Hace un par de meses, Alexis Vallejos, estudiante de interpretación del Departamento de Música y Sonología de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, en compañía de su profesor Romilio Orellana decidieron que era hora de probar suerte en concursos fuera del país. La experiencia de salir de Chile es muy valiosa para los músicos, ya que no sólo permite mostrar sus habilidades sino que es una suerte de entrenamieto necesario, al que en el país no estamos muy acostumbrados.
Decidió postular al Concurso de Guitarra Ciutat d´Elxe, que se realiza en Elche, España. Para sorpresa del intérprete el procedimiento fue más sencillo y rápido de lo esperado y tras unas semanas ya estaba organizando su partida. Si bien tenía confianza en sus capacidades, sabía que la experiencia no sería fácil, ya que competiría con intérpretes de más de doce países.
Para financiar su viaje recibió apoyo de la Facultad de Artes y de la municipalidad de El Bosque, entidad que le permitió realizar un concierto para conseguir fondos.
Ya instalado en España, llegó al certamen con un amplio repertorio compuesto por piezas como “Sonatina meridional” de Manuel Ponce, “Fuga 998” de Bach y “Nocturno” de Federico Moreno Torroa, entre otras. Su presentación llamó la atención del jurado y formó parte del selecto grupo de los cuatro mejores del festival.
Esta positiva evaluación ya era buena para Alexis, sobre todo pensando que era la primera vez que participaba de este tipo de iniciativas. Sin embargo, los organizadores del Festival de Música de Servera lo invitaron a participar del certamen que se realizaría días después en la ciudad española. La invitación además incluía una beca para participar de un taller en el que compartiría con destacados intérpretes como el español Carles Trepat y el uruguayo Álvaro Pierri.
¿Cómo evalúas tu primera experiencia internacional tanto en el concurso como en el festival de Servera?
Fue complicado, pero a la vez muy bueno porque los músicos europeos y estadounidenses tiene más opciones de competir. Imagínate que yo compartí con gente del Conservatorio de Madrid, de Italia, Alemania, Japón, Corea. Gente que había ganado hartos concursos. De hecho, el guitarrista que fue segundo en Elche, la semana siguiente ganó en Italia. Son personas que están inmersas en el circuito. Salir a competir te da más posibiidades de adquirir experiencia.
¿Y esa inexperiencia pesa mucho al momento de enfrentar la competencia?
Sí, es un tema importante. Nosotros estamos en desmedro porque en Chile no existe la posibilidad de hacer muchos concursos. Esto es súper malo porque cuando uno va a un concurso no está acostumbrado a la experiencia y los nervios te pueden traicionar. Uno de los guitarristas que compitió conmigo hace 15 años que participaba en concursos. Es otra la realidad.
Sin embargo, lograste ubicarte entre los cuatro mejores intérpretes del concurso. ¿Cuáles fueron los comentarios del jurado tras tu presentación?
Dijeron que mi trabajo musical estaba bien estructurado, pensado en el estilo y respetando al compositor, bien hecho desde la estética musical. Porque en Europa hay mucha gente que es muy limpia, que toca muy rápido, pero el trabajo acá en la facultad tiene que ver con el discurso estético y la profundidad en el estilo. Eso me favoreció mucho. Además estaban sorprendidos con el avance que he tenido en sólo seis años, ya que yo empecé a estudiar a los 19 años y el resto de los compositores comenzó desde niños. El trabajo que hago con el profesor Romilio Orellana es fundamental en mi progreso.
Tras tu participación en Ciutat d´Elx, te invitaron y becaron en el Festival de Música de Servera. ¿Imaginaste que ocurriría todo esto en tu primera participación en el extranjero?
Sí porque el trabajo con Romilio y el profesor Orlandini es súper serio. No te puedo asegurar que si va otra persona va a ser finalista o va a ganar, pero alguien que se prepara acá en la facultad nunca hará un papelón. Aunque el resultado de los concursos es súper variable, el trabajo que se realiza acá es serio y uno tiene reales posibilidades de ser finalista y, por qué no, ganar.
En Servera fuiste becado para un taller. ¿Cómo evalúas esa experiencia?
Fue una tremenda experiencia. El curso duró dos semanas, ellos me dieron alojamiento, comidas, clases, conciertos, me becaron casi completo. El curso tenía un valor aproximado de 400 mil pesos. Tuve la oportunidad de tomar clases con Alvaro Pieri, docente de la Academia de Viena. Él es un maestro y le gustó mucho mi trabajo, dijo que tenía talento y que tenía que seguir en ese camino, estudiando. También con Carles Trepat en Servera y tuve la opción de ver tocar a los mejores guitarristas.
¿Aprovechaste también de hacer contactos para futuras participaciones?
Sí. Me invitaron a Servela nuevamente el próximo año. Además existe la posibilidad de realizar varios conciertos en ese mismo viaje entre junio y julio del próximo año. También, en el concurso conocí a Carlos Molina, director de la Sociedad de Guitarra Clásica de Miami, quien está tratando de conseguirme los pasajes para poder ir a participar al festival de allá.