Si hay algo seguro, es que "La Mala Clase" va a dar de qué hablar. Bien lo saben los integrantes del Teatro Nacional Chileno, quienes a pocos días del estreno de esta obra escrita por Luis Barrales ("HP", "La Chancha" y "Niñas Araña"), se reconocen nerviosos y a la vez ansiosos por conocer la reacción de profesores y estudiantes de colegios, quienes componen el público a quien está dedicada la línea de teatro joven de dicha compañía de la Facultad de Artes.
Después de "Alsino", obra dirigida por Claudio Pueller y cuyo estreno fue en abril de 2008 con funciones hasta octubre del mismo año, la Sala Antonio Varas vuelve a abrir el telón a los estudiantes escolares. Tras dirigir el 2004 la obra "Presente" y el 2007 "La Historia del Niño que enloqueció de amor", Aliocha de la Sotta, actriz y académica de la Universidad de Chile, vuelve a la dirección con "La Mala Clase", obra que habla de cuando la educación pública es un castigo tanto para los estudiantes, como para los profesores.
Raúl Osorio, Director del Teatro Nacional Chileno, afirma que como unidad de extensión artística y cultural de la Universidad de Chile, están cumpliendo con la misión fundacional de la institución al presentar montajes que fomenten el debate nacional. "Es misión de nuestra Universidad la relación con la comunidad y la sociedad, por lo tanto, es tarea de la Facultad de Artes hacer que se produzcan diálogos en torno a temas de interés nacional, como lo es el estado de la educación pública".
"La Mala Clase", obra cuya asistencia de dirección está a cargo de Iván Parra y las actuaciones de María Paz Grandjean, Paulina Giglio, Antonio Altamirano, Pablo Manzi y Nicolás Zárate, transcurre en la sala de profesores de un liceo fiscal, donde cuatro alumnos demuestran estar dispuestos a hacer lo que sea por pasar un examen final, graduarse de cuarto medio con el resto de sus compañeros y así tener un futuro.
Sobre el desafío que significa sostener en el tiempo un proyecto dirigido a realizar funciones sólo para estudiantes y profesores, el Director del Teatro Nacional Chileno afirma que "no es fácil y no porque constituya un problema artístico, sino porque significa una gran tarea el detectar los temas que puedan ser de interés para los jóvenes y en donde ellos puedan explorar emociones, sensaciones y finalmente reflexionar. Con este montaje queremos que los jóvenes puedan pensar sobre sus vidas, sobre la educación y sobre los temas que hablan a diario. En este sentido, Luis Barrales logra captar con gran certeza, de manera muy directa y con mucha simplicidad, los guiños y el lenguaje de los jóvenes, por lo que estamos ante un teatro hecho por y para jóvenes.
Aliocha de la Sotta: "A mí me gusta mucho la obra, pero tengo temor porque no sé cuál será la reacción que van a tener los profesores"
Hija de profesora de colegio particular y ex dirigente estudiantil de la Federación de Estudiantes Secundarios de Concepción a finales de los ochenta, la directora de "La Mala Clase" asegura que lo que más le interesa de la dramaturgia de Luis Barrales es su lucidez y la rebeldía de retratar a ciertos extractos sociales.
"Yo tenía ganas de retratar a la primera generación nacida y educada en democracia, cuya particularidad radica en que retratarla iba a llevar en sí sus propias paradojas, abordando la educación como un lucro, como un bien de cambio, y marcando el fin de los sueños colectivos", explica Aliocha de la Sotta, quien asegura entre risas no saber qué va a pasar cuando los profesores vean este montaje.
- ¿Cómo te sientes al dirigir este montaje que contiene una fuerte crítica social?
Muy bien, ya que nunca tuve ningún impedimento por parte del equipo del Teatro Nacional Chileno por llevar a cabo esta obra. Cuando hice las primeras presentaciones con público, me ponía muy nerviosa de lo que iba a opinar el Director del Teatro, pero a todos les pareció una herramienta muy válida de reflexión, más aún si la ponemos entre profesores y alumnos.
- Hubo ensayos generales en los que asistieron profesores y que aseguraron sentirse muy conmovidos con la obra, ¿cómo recibes esos comentarios?
Aquel día fue muy fuerte, ya que no sólo hubo profesores entre el público, sino que también alumnos. Una niña se acercó y me dijo que su padre también era soldador, ya que justamente en la obra se habla del hijo de un soldador. Cuando ella dijo eso, me di cuenta que la obra logra su impacto al ser tratada de forma realista, porque me parece que lo que hicimos es algo muy sencillo, por lo que espero que los que la vean se puedan sentar a conversar de los temas que ahí se tratan.
"Yo fui dirigente estudiantil del Centro de Alumnos del liceo donde estudiaba, por lo que recibo en la cara la crítica que marca esta obra"
- A diferencia de los montajes que dirigiste anteriormente en la Sala Antonio Varas, éste es mucho más simple desde la propuesta de dirección, ¿cómo sientes tu trabajo hoy?
Eso fue a propósito, ya que "Presente" y "La Historia del Niño que enloqueció de amor", fueron montajes que funcionaron muy bien en los colegios y con muy buena crítica. Como directora, tenía la sensación que había estado supeditando el contenido a la forma para que el trabajo final fuese más atractivo, más rápido y para llegar más a los jóvenes. En este tercer montaje tenía ganas de hacer todo lo contrario, donde el contenido fuese lo que los capturara y no la forma, por lo que estamos a la espera de ver lo que va a pasar.
- Este es un giro arriesgado en la dirección porque puede no funcionar
A mí me gusta mucho la obra, pero tengo temor porque no sé cuál será la reacción que van a tener los profesores. No obstante, el texto que escribió Luis Barrales es muy bueno y el grupo está muy contento con el resultado, además soy de la generación de la profesora que interpreta María Paz Grandjean.
- ¿Con qué te identificas del personaje de la profesora en la obra?
Yo fui dirigente estudiantil del Centro de Alumnos del liceo donde estudiaba en Concepción a finales de la dictadura, por lo que también recibo en la cara la crítica que marca esta obra, cuyo eje principal es retratar a una generación sin sueño colectivo.
- ¿Crees en el teatro como mecanismo de denuncia y crítica social?
Me da un poco de vergüenza y pudor reconocerlo, porque mis amigos se reirían de mí, pero secretamente sí, pero no lo digo. A mí me gusta el teatro por sobre todo y estar en contacto con los estudiantes es muy rico, porque tienes una comprensión muy concreta de lo que está pasando hoy.
- ¿Para dónde crees que está encaminada la educación pública hoy?
La verdad es que no lo sé.
