A partir del 14 de agosto:

La magia del teatro infantil llenará de alegría los hospitales de Santiago

La magia del teatro infantil llenará de alegría los hospitales de Stgo

Luego de adjudicarse un Premio Azul a la Creatividad Estudiantil, un grupo de estudiantes de actuación, diseño teatral, teoría de la música y psicología agrupadas bajo el nombre de "Saludarte", se dieron a la tarea de concretar un proyecto que integrase la responsabilidad social con la creación artística. Ese fue el comienzo de "Cuentos teatrales: una vacuna de imaginación", el que llevará la magia del teatro infantil a tres hospitales de niños de Santiago.

Tras meses de investigación, profundización en la temática de la psicología infantil y una comprometida labor creativa, el fruto de este trabajo interdisciplinario encabezado por las estudiantes Catalina Moya y Rocío Villegas verá la luz el próximo viernes 14 de agosto con el estreno de la obra "El gato que quería volar" en el hospital Exequiel González Cortés, iniciando así una itinerancia que incluirá también a los hospitales Luis Calvo Mackenna y Sótero del Río. La programación continúa con el estreno de "La mejor noche" durante el mes de septiembre, concluyendo en octubre con la reposición de uno de los dos montajes presentados anteriormente.

La particularidad de ambas obras radica en que más allá de regalar a los niños hospitalizados un momento de entretención, su objetivo principal es entregarles diversas herramientas para estimular su imaginación, permitiendo así la transformación cualitativa de su entorno.

"Todo nació como una inquietud social", afirma Rocío Villegas, iniciadora de este proyecto, quien señala que la necesidad de llevarlo a cabo se funda en que "en general uno entra a la universidad, se emburbuja en los estudios y pierde este diálogo con el afuera. Antes de entrar a la universidad yo hacía muchas de estas cosas, pero luego pasaron los años y yo decía 'no le encuentro mucho sentido al hacer teatro para actores', que es lo que pasa cuando uno está en la Escuela, así es que le propuse este proyecto de teatralización de cuentos a la Cata para poder llevarlos en itinerancia a los hospitales, especialmente a los niños de las áreas oncológicas infantiles o internos de traumatología".

Con respecto al carácter interdisciplinario de la agrupación Saludarte, la joven actriz señala: "Nos interesaba trabajar con gente de otras áreas, como la psicología y la enfermería, gente que tiene trato con los niños desde distintas áreas para poder juntarlos a todos en un proyecto común". Rocío agrega: "Nosotras partimos del hecho de que el niño se desarrolla con su entorno a través de la imaginación y el juego, principalmente el juego, pero como estos niños están coartados de esa total libertad, su relación con el entorno se ve truncada. Nuestra idea es estonces poder entregarles herramientas para enriquecer su imaginación, y así ellos puedan crear otros juegos con los elementos que tengan a su alcance".

La intención de superar las barreras de la mera entretención en cada uno de los montajes se funda en lo que ellas como agrupación perciben como las grandes falencias del teatro infantil: "Es súper impresionante ver en Chile la cantidad de obras infantiles que hay y la poca calidad que tienen, y es que lamentablemente la gran mayoría están hechas por compañías que se disuelven después de muy poco tiempo, lucran un tiempo y después desaparecen. A mí me llama la atención el hecho de que generalmente no hay un trabajo de investigación tras las obras, siendo que es muy distinto un grupo etario de 5 años a uno de 10: las dinámicas, las velocidades, todo cambia, sobre todo en un niño actual que tiene una cantidad de bombardeo de información que se manejan con otros códigos", señala Rocío.

Para Catalina Moya, también responsable del proyecto "Cuentos teatrales: una vacuna de imaginación", la dimensión comercial ligada al teatro infantil redunda en el hecho de que "hay poca preocupación sobre cómo llevar a cabo el trabajo que se realiza, y por lo general se subestima la inteligencia de los niños". Lejos de esta subestimación, el equipo tras Saludarte comprendió que el público objetivo al que estaba dirigido su trabajo también incidiría en el tipo de relato que podían poner en escena, lo que sin duda les planteó nuevos desafíos en el ámbito de la creación. Y es que tal como señala Catalina, se trata de "niños muy especiales porque tienen un conocimiento y una manera de enfrentar la muerte muy distinta a como uno mismo podría enfrentarse a ella. Son niños muy maduros, y súper serios. A la vez, entregarles un momento distinto, de alegría, es como devolverles algo que por el destino perdieron".

Rocío complementa: "A nosotras nos costó mucho llegar a los cuentos que elegimos finalmente porque empezamos con los grandes clásicos, pero nos dimos cuenta que ellos tienen una noción mucho más madura del más allá, la muerte, las heridas, entonces uno no puede tratar eso sin hacer una investigación mucho más profunda al respecto".

Fruto de esta investigación nació "El gato que quería volar", creación colectiva basada en los cuentos "Historia de una gaviota y el gato que le enseñó a volar" de Luis Sepúlveda y en "El jilguero", de Oscar Castro. "La mejor noche", segunda obra que presentará la Compañía de Teatro de Maleta es en tanto una mezcla entre los cuentos "La cama mágica de Bartolo" y "Sueño en la profundidad de mi cama". Como explica Rocío, "las dos obras nacen en la fusión de dos cuentos, y tienen un objetivo concreto que es en la primera de ellas, mostrarles a los niños el mundo exterior, y en la segunda, mostrarles cómo pueden transformar su cama, que es el lugar donde habitan, en este mundo exterior que les presentamos en el primer montaje solo utilizando la imaginación".

"En el fondo, la idea es que exploten más su imaginación para poder transformar el entorno que los rodea, porque por ejemplo un simple papel, que lo pueden encontrar lo más fome, ellos lo pueden transformar en otra cosa a través del origami. Se trata entonces de hacerlos entender que su propia cama puede ser otro mundo si ellos lo desean, pero para eso hay que darles estímulos y herramientas. El potencial está, porque son niños, pero la idea es explotar ese lado imaginativo y entregarles más herramientas para que ellos puedan desarrollar ese potencial creativo".

Trascendiendo los límites del lenguaje

Tal como señala Catalina Moya, una de las interrogantes que generaron la necesidad de concretar este trabajo es "¿por qué un niño de 5 años tiene que tener cáncer? ¿Por qué tiene que estar internado en un hospital tanto tiempo? Es algo que uno no alcanza a comprender muy bien, y si están en esa situación, nuestra idea es poder aportar a que ésta sea un poco más grata, a que puedan aprender igual que otro niño, quizás con otras herramientas y de otra manera, pero aprender igual, y poder desarrollarse en su vida".

Netamente comprometidas con el mejoramiento del entorno de los niños hospitalizados, tanto Rocío como Catalina hacen énfasis en la importancia de abrir lazos vinculantes entre disciplinas que si bien son disímiles entre sí, pueden aportar cada una desde sus conocimientos específicos para la elaboración de un proyecto común, y al mismo tiempo, enriquecerse mutuamente en su desempeño profesional. Es por ello que desde un comienzo el proyecto presentado a los fondos concursables del Premio Azul contemplaba la participación de profesionales del mundo de la medicina, y aunque esto no se pudo concretar en este caso en particular, para ellas sigue permaneciendo como una meta a cumplir.

Tal como explica Catalina Moya, "nuestra carrera es súper sensorial, muy vinculada a los afectos, a la relación con el cuerpo, y claramente cuando un niño está hospitalizado y una enfermera lo atiende mal, eso le afecta en su recuperación. Ellas están muy bien preparadas desde el punto de vista médico, pero ¿por qué no ponerle un poquito de lo otro?".

Rocío añade: "Yo creo que siempre es importante tener herramientas, y hay otras carreras que claramente pueden aportar a ello. Para eso están hechos estos proyectos, para que trabajemos con otras facultades y no nos encerremos en nosotros mismos porque siempre va a haber algo que el otro te puede aportar. También es cierto que en enfermería cada vez se está ampliando más este campo de la relación con el paciente, porque es importante crear un vínculo, no tratarlo como un número, sobre todo a un niño. ¿Qué puede ser más chocante para un niño que estar solo en un hospital, dormir sin tu mamá, querer ir al baño y tener miedo? Para ellos eso es terrible, entonces trabajar por un perfeccionamiento en la relación con el paciente implica una sensibilización y una humanización"

Si bien la agrupación Saludarte fue creada al alero de "Cuentos teatrales: una vacuna de imaginación", el interés que suscita el teatro infantil en las participantes de este proyecto implica que su investigación y trabajo en torno a esta temática no finalice junto con las presentaciones de las obras en los hospitales, sino que tenga una proyección a futuro.

"Mi sueño es que esta agrupación siga adelante, y a futuro a mí me interesaría realizar un trabajo de investigación con respecto al mundo infantil y al teatro, porque hay mucho teatro infantil, pero son pocos los que realmente se preocupan del tema y lo trabajan como una herramienta social que le sea útil al niño. Yo creo que si bien una de las funciones principales del teatro es entretener, no solo debe restringirse a ello sino que también debe preocuparse de otras cosas", afirma Catalina Moya.

Una vez terminada la etapa de itinerancia por los hospitales, el proyecto ligado al Premio Azul culminará con una exposición que de cuenta del proceso creativo en general, la evaluación del mismo y extractos de las obras. Además de ello, las creadoras de Saludarte planean llevar estas obras fuera de la Región Metropolitana, y más aún, ya están pensando en cuál será su próximo proyecto.

Teniendo como objetivo a los niños con retraso del lenguaje, su próximo desafío será elaborar una obra que trasmita su sentido utilizando únicamente la dimensión sensorial. Rocío acota: "nuestro interés a futuro es probar si podemos hacer una obra solamente con las sensaciones y sin la palabra, si podemos narrar con tacto, música y con texturas. La idea es explotar el tacto, las texturas y la luz, porque la luz tiene vibraciones distintas con cada color, y quizás puede ir sensibilizando a los niños y hacer que ellos puedan construir una historia en su cabeza, porque si bien no tienen la capacidad del lenguaje hablado sí tienen una absoluta relación con el entorno. En esta próxima investigación será la música la que llevará principalmente el hilo de la narración".

 

Últimas noticias

Exhibición en MAC releva veta de diseñador teatral de Guillermo Núñez

"TREGUAESCENA: el primer Guillermo", destaca la producción para obras de teatro realizada por el Premio Nacional de Artes Plásticas (2007) durante los años 60. Aunque comenzó a tomar forma en el año 2021, la muestra ahora se presenta como un homenaje póstumo, a quién dirigió el del Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile a principios de los años 70.

Conformado por académicos de la Facultad de Artes:

Integrantes del Núcleo Emovere iniciaron residencia en Centro NAVE

"Espectra" es el nombre del proyecto que las académicas Francisca Morand, Mónica Bate y Eleonora Coloma y el académico Javier Jaimovich llevarán a cabo en el marco de la residencia que realizan desde el 8 de julio en el Centro de Creación Artística y Residencia NAVE. En la propuesta, que comenzaron a desarrollar a mediados del año 2023, trabajan a partir del registro de voces y sonidos en peligro de extinción.

Exhibición en MAC releva veta de diseñador teatral de Guillermo Núñez

"TREGUAESCENA: el primer Guillermo", destaca la producción para obras de teatro realizada por el Premio Nacional de Artes Plásticas (2007) durante los años 60. Aunque comenzó a tomar forma en el año 2021, la muestra ahora se presenta como un homenaje póstumo a quién dirigió el Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile a principios de los años 70.