Juan García-Gatica y Antonia Torres Tur
MARCAS EN EL TERRITORIO - 2
Video-instalación que recoge la acción de land-art realizada por la pareja de artistas visuales radicados en España, a partir del icono del "árbol del árbol quemado". La obra integra la investigación histórica sobre los incendios ocurridos ente 1920 y 1960 que devastaron millones de hectáreas de bosque nativo en la Patagonia chilena, la acción de arte propiamente tal y el montaje en formato laberíntico donde el espectador se convierte en un "performer" más de la obra.
Los cadáveres de árboles calcinados por sucesivos incendios que destruyeron el sesenta por ciento del bosque nativo en la región de Aysén, fueron la base para la acción de arte realizada en el lugar y la instalación interactiva que completa la obra exhibida en el espacio Quinta Normal del Museo de Arte Contemporáneo. La muestra ya fue expuesta en el Convent Sant Agustí de Barcelona durante abril pasado siendo precedida por Marcas en el territorio -1, acción de arte similar realizada en los campos de Ibiza y que participó en el Festival Internacional de Video-arte y Nuevas Tecnologías de Gerona.
El montaje de Marcas en el territorio-2 fue concebido como un laberinto -construido con andamios y algunos planos cerrados- a través del cual el espectador podrá encontrarse con distintos estímulos/testimonios que lo involucrarán en una nueva realidad construida de territorios, heridas, marcas, desplazamientos, refugios, rincones, huecos, palabras o ventanas que hablan. La muestra consta, además, de la proyección simultánea de dos videos de gran formato que registran la acción de arte propiamente tal y presentan una profusa y vertiginosa serie de textos de prensa escrita.
Se trata de una escena entendida como lugar de pensamiento, donde el espectador debe negociar, mediante su impronta y accionar, una posición dentro de la obra, teniendo la posibilidad de alterar el planteamiento inicial y así convertirse en un "performer" más de la acción de arte.
El land-art desarrollado se fundamenta en la intervención de espacios abiertos a través de filtros mediáticos que plantean una nueva relación entre el arte y los medios de la era electrónica, lo que deriva en múltiples prácticas, en una nueva materialidad de la obra de arte y en un nuevo comportamiento del espectador. "Un espectador que en tanto 'utilizador' de un 'sistema inteligente', ya no sólo se limita a intervenir intelectual o por comportamiento en la obra, sino que además participa interactivamente en ella", comenta el académico catalán Xavier Berenguer de la Universitat Pompeu Fabra.
En el caso de Marcas de territorio-2, la pareja de artistas convoca a una reflexión ecológica, sociológica y política sobre el Hambre, la Guerra y la Ecología, en tanto elementos determinantes de la actual coyuntura por la que atraviesa tanto la humanidad y el planeta.
Juan García-Gatica:
Arista chileno formado en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, posteriormente reside en Francia y Holanda hasta establecerse en España. Su obra se encuentra en museos y colecciones privadas de Europa y América.
Antonia Torres Tur:
Artista catalana, inicia sus estudios de arte en la Universidad de Paris VIII, realizando posteriormente estudios de fotografía en la Escuela Industrial de Barcelona. Se traslada a Santiago de Chile donde reside durante dos años, para a partir del 2000 retornar a Catalunya.
Christian McManus
EVOLUCION
Bajo la línea curatorial Diáspora, del MAC, el artista franco-chileno Christian McManus presenta Evolución como la culminación de dos proyectos fotográficos emprendidos separadamente en 2005. La muestra hace converger su experimentación con el retrato y dos videos-instalación.
La obra, que lo trae nuevamente a Chile desde su última exposición en la Corporación Cultural de Las Condes en 2006, consiste en una serie de retratos frontales de grandes dimensiones, música incidental -especialmente compuesta para la muestra por el joven músico francés Samuel Stern, el video Nubes que se proyecta desde el centro hacia el techo -bóveda- de la sala y un segundo video que exhibe rostros intervenidos con la técnica del morphing.
Con un marcado acento simbólico -aunque no por ello insondable-, Evolución "Nos remite a una esfera de la condición humana honesta y profunda donde las imágenes se asemejan al silencio e incitan al espectador a identificarse con una esfera del Ser", señala la historiadora de arte Carmen Muñoz Hurtado.
El registro de los retratos se realizó en formato Polaroid con personas comunes y de distintas edades que habitan el entorno del artista y que exhibieron ante la cámara su rostro, cuello y hombros desnudos. La propuesta plástica apunta a generar en la sala un ambiente multisensorial que integra imagen, sonido y movimiento, proponiendo una tensión entre lo diverso y lo homogéneo, lo estático y lo dinámico, lo cambiante y lo constante, la luz y la oscuridad, el ser y la apariencia. No es extraño que McManus renuncie a la representación del cuerpo -infinitamente vulnerado- para restituir, lo que el pensador Luis Oyarzun, llama la existencia primordial.
McManus representa a las personas en su estado puro, en una desnudez sugerida, despojadas de todo signo cultural externo, sin más ropaje que las expresiones de sus rostros, las pieles y sus propios rasgos. "Sus retratos, como captura objetiva de lo real, nos conducen, mediante la aglomeración y la unificación de rostros así como también por el aislamiento y la desnudez, a la simpleza y a la grandeza propia a la especie humana. Cada individuo nos mira tratando de descubrirnos en nuestra propia desnudez", comenta María del Rosario Echeverri, Doctorante en Estética del Arte, París I, Panteón-Sorbona.
Para el director del MAC, Francisco Brugnoli, estos retratos se vinculan con la dimensión efímera de la memoria. "Al ser fotografías de impresión instantánea, que se deteriora y no posee negativo, McManus alude a la pérdida de memoria, sólo rescatable gracias a una digitalización antes de la muerte de la fotografía que nunca igualará al original", comenta.
Por su parte, la serie Nubes, desarrollada paralelamente, brinda nuevas versiones de la transmutación, esta vez ofreciendo unas vistas del cielo bajo el cual se vive y donde la luminosidad varía dramáticamente dependiendo de la ubicación geográfica ocupada por el artista respecto de la bóveda celeste.
