Entrevista a Jorge Gaete, nuevo Director del Departamento de Artes Visuales:

Creación artística e investigación, ejes de la nueva Dirección del DAV

Creación artística e investigación, ejes de la nueva Dirección del DAV

Jorge Gaete, artista visual y académico de la Facultad de Artes, asumió como Director del Departamento de Artes Visuales el pasado 9 de julio, sucediendo en ese cargo a Susana González. En medio de las reuniones y los cambios que implica esta nueva responsabilidad, este hombre, que lleva más de 30 años ligado a esta institución, se dio el tiempo para hablar acerca de los motivos que lo impulsaron a postular a la Dirección del Departamento de Artes Visuales, DAV, y de las directrices que marcarán sus gestión durante los próximos cuatro años.

Profesor, ¿qué lo impulsó a presentarse como candidato a Director del Dpto. de Artes Visuales?

Yo estaba comprometido en apoyar la candidatura de otro académico, Arturo Cariceo, en el entendido de que consideraba que correspondía dar paso a las nuevas generaciones de académicos, sobre todo, a las nuevas generaciones que han manifestado un compromiso institucional importante, concreto. La verdad es que no pudo ser de esa manera, así es que opté por la postulación a este cargo incorporando como equipo de trabajo a Arturo Cariceo, como Subdirector, junto a Francisco Sanfuentes, como Director de Extensión del DAV. El proyecto que tenemos en mente tiene que ver con un compromiso institucional acerca de las cosas que están dándose ahora, un  asunto que tendremos que saber implementar con acciones eficientes. Esa es la razón por la que estamos tan inspirados y comprometidos en llevar adelante este proyecto.

¿Cuáles serían esas tareas pendientes?

Son varias cosas que están entrelazadas con el quehacer académico. Lo primero, el mejoramiento de las masas críticas que conforman las áreas departamentales. Se trata de ir mejorando los estándares de calidad de las actividades académicas que se realizan en nuestro Departamento, fortaleciéndolas con la incorporación de nuevos académicos que hayan demostrado un nivel meritorio en las diversas actividades, principalmente, creación artística e investigación y, por supuesto, calidad en la entrega de estos conocimientos en materia de docencia de pre y postgrado. Otro aspecto fundamental es refundar y fortalecer la presencia de la actividad de extensión artística de los académicos en nuestro medio, el que es tremendamente competitivo. Si bien aún se mantiene el aura de prestigio, creo que no hemos sido lo suficientemente certeros en nutrir en el tiempo esa cuestión. El hecho es que han aparecido otras instituciones que han logrado posicionarse en el medio cultural y universitario y que, en ese sentido, nos han dejado bastante desmerecidos siendo que nosotros tenemos mucho que decir y hacer con relación a nuestras acciones. Esa es la línea principal, que los académicos logren reposicionarse y así, en esa sumatoria, llevar a la institución al posicionamiento que se merece.

¿Cómo se traduciría la labor del DAV en ese reposicionamiento?

Habrá un fuerte énfasis en todo lo que tiene que ver con comunicaciones, que ha sido la estrategia usada por otras universidades. Las comunicaciones les han permitido una visibilidad marcada más bien por la eficiencia de las estrategias, que por los contendidos. Si uno lo examina detalladamente, en estricto rigor no son grandes acciones o planteamientos los que estas instituciones promueven, pero su presencia en el medio las hace aparecer con un gran rendimiento. Ello, pese a que siempre he pensado que lo que se hace aquí, en el Departamento de Artes Visuales de la Universidad de Chile, es mucho más de lo que se hace en otras instituciones. Por eso, y pese a que ese trabajo ha comenzado a hacerse a nivel de Facultad y con buenos resultados, es fundamental enfatizar ese aspecto para hacer mediáticamente visible nuestro quehacer, particularmente, en esta época.

¿Estamos hablando de un posicionamiento mediático?

Sí, pero sin transformarlo en una cuestión de espectacularidad. Se trata simplemente de  ponernos a la altura de las otras estrategias mediáticas de otras instituciones para mostrar lo que se está haciendo acá. Creo que ese sólo gesto -que nivela la presencia en términos de inversión de tiempo y de especialistas para que eso sea así-, va a significar la unificación de las acciones que se están realizando permanentemente al interior del Departamento para transformarlas en una productividad institucional, a nivel departamental y de Facultad, por supuesto. Existe una tendencia a trabajar de manera  individual porque las artes visuales propician un aislamiento necesario en el proceso del hacer, y el problema está en que ese aislamiento se proyecta en todas las otras esferas, como la difusión. Por eso creo que en la medida en que se formen canales establecidos que funcionen para que esas actividades sean promovidas merecida y adecuadamente, se va a lograr la conformación de un cuerpo institucional con una visibilidad que hasta este minuto no se ha logrado. Pese a que ya se ha comenzado a trabajar en lo anterior, nos parece necesario darle un giro radical para potenciar esa cuestión al máximo. Estamos insertos en un medio que se caracteriza por una competitividad que es capaz de negar la calidad de otras instituciones por asuntos meramente comunicacionales. Es tanto el poder de las estrategias mediáticas, que éstas pueden llegar a reducir a una mínima presencia a las instituciones que tienen prestigio y calidad.  

¿Lo que los académicos hagan de forma independiente, pienso en exposiciones en salas o galerías externas a la Universidad por ejemplo, tendrá la misma importancia de lo que se desarrolle al alero de la institución?

Siempre he pensado que todo lo que los académicos realizan es parte de la institución. Lamentablemente, por una cuestión que se ha ido instalando como un germen nocivo para la institución, aún existen académicos que entienden la pertenencia institucional como una instancia ajena a sus proyectos personales. Sin embargo, la institución se ha hecho cargo durante años de ello, creando instancias como el VID, por ejemplo, fondo que financia proyectos desde la Vicerrectoría de Asuntos Académicos de la Universidad, que todavía no han sido asumidos como corresponde por los académicos de nuestro Departamento, como también de nuestra Facultad. Es decir, pese a la importancia de contar con ese tipo de iniciativas institucionales, hay fondos que quedan desiertos. A mí, esa cuestión me parece grave, sobre todo porque creo firmemente que todo académico debería tener un proyecto en funcionamiento como eje principal de su actividad. La creación artística y la investigación es parte fundamental de la razón por la cual pertenecemos a nuestra institución, de allí que debamos hacernos cargo de esto.

¿Y respecto a otros temas, como el Plan de Estudios, por ejemplo?

Ese es otro de los puntos que abordaremos. La nueva malla curricular ya está aprobada, y una de las primeras acciones de nuestra Dirección tiene que ver con la puesta en marcha de este Plan de Estudios, particularmente, en lo relativo al primer ciclo. Como equipo de Dirección tenemos un propuesta acerca de cómo se podría llevar a cabo, sobre todo pensando en los cambios metodológicos que se podrán instalar en una cultura de escuela que tiene 160 años. En 1968, año de grandes cambios que dieron origen a la Reforma, hubo un giro cultural que implicó un cambio rotundo en las metodologías y los contenidos programáticos, generando consecuencia que son palpables hasta el día de hoy, como son los departamentos. Ese es un ejemplo concreto de un cambio histórico, pero de ahí en adelante todo se ha ido dando en una suerte de osmosis porque, por ejemplo, muchas de las energías académicas fueron derivadas durante muchos años a asuntos de sobrevivencia. Entonces, no ha habido una reflexión profunda en cuanto a las metodologías y la actualización de los contenidos que se requieren para la formación de artistas el día de hoy. Esa es una gran tarea porque hay que dejar de lado una serie de cuestiones que parecieran ser inamovibles, y que tienen que ver con la experiencia de cada uno de nosotros como docentes. Por eso creo que es importante que cada uno ponga de su parte y haga un esfuerzo para preguntarse y replantearse ciertas cuestiones acerca de cómo mejorar la calidad de la docencia que se imparte en la actualidad.

¿Con respecto a cómo se enseña arte o con respecto a cómo se evalúa el arte?

La enseñanza es un tema que involucra obviamente la evaluación, pero cuando se relacionan ambas cosas, también tiene que considerarse la cuestión metodológica. En la medida que uno instala un ejercicio, un problema en un taller, hay cuestiones vinculadas al proceso que creo no son valoradas del todo en la metodología actual. Eso tiene que ver con las competencias que se deben instalar en el currículo, donde se valora la experiencia. Al estudiante ya no se le da un problema resuelto porque es él quien tiene que elaborar estrategias para resolver ciertas cuestiones. En términos metodológicos, esto requiere replantear ciertas actividades que permitan que esos procesos signifiquen una experiencia más reveladora para los estudiantes.

¿Cuál es la propuesta que están barajando en términos de implementación del nuevo Plan de Estudios?

La idea es partir con una propuesta que amortigüe el cambio cultural. Lo que tenemos que hacer nosotros es readecuar la planta académica hacia ese nuevo Plan de Estudios. Creo que, técnicamente, uno lo podría llamar periodo de transición, pero al mismo tiempo, se podría apostar para que, en el mejor de los casos, eso sea resuelto en el corto plazo. Lograrlo no es tan difícil, pero requiere de revisiones de parte de cada uno de los participantes en esta nueva malla para que puedan ajustarse a la nueva mirada que requiere la enseñanza.

Bajo su dirección, ¿continuará el proyecto Extensión tal como se ha ido desarrollando en el último tiempo?

Ese es uno de los fuertes que queremos potenciar porque es una actividad que va construyendo historia y nos permite, al mismo tiempo, tener el registro de esa historia y dar presencia y notoriedad a las actividades que se han realizado aquí. Pero esas actividades no son recientes, al contrario, se han desarrollado durante muchos años sin ser registradas. Han sido grandes proyectos que, una vez que se consolidan, quedan olvidados. De allí que sea de suma importancia la organización de los seminarios, publicaciones y todo lo que provenga de Extensión, sobre todo porque se trata de preguntas vigentes, pertinentes, oportunas y obligatorias en términos  de institución.

Entonces, ¿el DAV se hará cargo de las problemáticas que circulan en el medio?

Claro, y de proponer las preguntas y convocar a todas las instituciones a participar en la revisión de esas problemáticas. Hay muchas cosas que están pasando afuera y que nosotros tenemos que observar para contrastarnos con eso. Uno tiene que ver la dirección que lleva el mundo, no esperar que las cosas lleguen para mostrarnos lo que está pasando, porque nosotros tenemos los resortes institucionales suficientes para decir que consideramos que las cosas tienen que ir en otro sentido.

¿Una postura?

Una postura y una opinión, pero que conflictúe al medio artístico institucional.

¿Cuáles son sus prioridades en este momento?

No sé si se podría hablar de prioridades porque creo que cada uno de los ámbitos que queremos abordar es importante, además, hay ciertas acciones que repercuten en todas las líneas de desarrollo. Si hay algo bueno en administrar institucionalmente un estado de precariedad, es que enseña a entender que cuando uno realiza una acción, esa acción debe tener repercusiones en distintos ámbitos. Por eso no lo veo como una cuestión jerárquica en cuanto a prioridades, sino que esto se debe desarrollar en forma paralela, porque cada cosa va involucrando a la otra. Siento que hay una orgánica que es necesario restablecer en el sentido de que las acciones deben tener, por un lado, la resonancia a través de todo el tema comunicacional, y por otro lado, una incidencia al emprender una acción que busca perfeccionar las áreas disciplinarias, repercutir en las mallas curriculares y en los contenidos de éstas. Por lo tanto, todo está vinculado. El proyecto del Departamento es una cuestión institucional, y creo que la única forma de poder desarrollarlo es a través de una orgánica que tenga esas lógicas.

¿Como una bola de nieve?

Sólo por un lado, porque por el otro existe una dinámica interna propia de los asuntos. No hay asuntos que tengan una independencia desvinculada de otros porque todos están relacionados a lo académico. Si tienes académicos que se reconocen como partícipes de los proyectos y están dispuestos a trabajar por ello, el proyecto va a ser posible. Si todos están bien, está todo bien. En ese sentido, nos parece pertinente acoger propuestas que se puedan ir sumando tanto a esta estrategia como a este proyecto institucional del cual nosotros nos hacemos cargo como Dirección. Finalmente, es un cuerpo triestamental porque no se trata de tener académicos que circulen como una especie de satélite en torno a una institución si no están depositando su propio quehacer en los contenidos o programas que reciben los estudiantes. No puede haber una disociación en esas acciones. Ahí hay que poner un cierto énfasis porque lo que no puede cambiar de una dirección a otra es que este trabajo es institucional, de allí que la Dirección anterior apuntara a lo mismo que hoy estamos proponiendo como ejes centrales.

¿Una continuidad?

En la Dirección anterior quedaron planteadas preguntas y temas para el cuerpo académico en cuanto a la organización de las áreas, lo que es fundamental. Por eso es que el gran eje es el desarrollo disciplinario, porque de ahí se desprenden todas las otras cuestiones del quehacer académico, como la creación artística y la investigación. Esos son los pilares y tienen que estar en un nivel de actividad permanente e institucionalmente respaldado.

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