Músicos como Mario Mora, Andrés Ferrari, Antonio Carvallo, Daniel Osorio, entre otros, y el conjunto Tierra de Larry estuvieron presentes en el escenario de la Sala Isidora Zegers durante el mes de junio. Ellos fueron los responsables de darle vida al primer Ciclo de Música Contemporánea de la Temporada 2009, mostrando desde diversos lenguajes, soportes y tendencias estilísticas un abanico amplio de lo que sucede actualmente con la música de vanguardia. Para los viernes del mes de octubre se espera un nuevo Ciclo de Música Contemporánea.
El pasado viernes 26 de junio fue el cierre de este ciclo, con la presentación de las obras de cinco compositores que actualmente cursan el Magíster en Composición de la Facultad de Artes. Bajo el sencillo nombre de "Cinco compositores en concierto", los autores nacionales Andrés Daneris, Claudio Merino y Fabrizzio De Negri, junto al mejicano Rodrigo Castellanos y el uruguayo Guillermo Eisner, entregaron al público un concierto ecléctico, integrado por obras relacionadas a diferentes lenguajes y estilos, "algo que salió de forma natural y sin que lo hayamos buscado", declara Claudio Merino.
¿Cómo surge la idea de este concierto y por qué se dio esa variedad de estilos entre cada obra que presentaron?
La verdad es que el concierto nació por mera casualidad. Había quedado un espacio libre en el ciclo y conversando con Mónica Retamal (Coordinadora de Extensión del Departamento de Música) se nos ocurrió la idea de reunir nuestras composiciones y presentarlas en el concierto.
Sobre la variedad de estilo eso es algo que salió de forma natural y sin que lo hayamos buscado. Incluso, nosotros mismos no sabíamos muy bien cual iba a ser el resultado del concierto, desconocíamos como serían en realidad las obras de los demás y lo que se dio finalmente fue una bonita sorpresa hasta para nosotros. Cada uno tiene sus propias influencias y también venimos de distintas escuelas, particularmente Rodrigo Castellanos y Guillermo Eisner que no son chilenos. Además, las obras no eran todas de un mismo periodo, rescatamos composiciones antiguas o bien presentamos nuestros trabajos más recientes. Todo eso le dio un aire bien particular a nuestro concierto.
¿Cuáles son las conclusiones que sacan a partir de lo que surgió en el montaje entre obras tan disímiles?
De partida, como nunca se buscó darle un sentido al concierto o que las obras fueran generando una determinada atmósfera, tuvimos la oportunidad de experimentar con la respuesta del público, el cual en general estuvo siempre expectante con los cambios de lenguaje y estilo entre las obras. Esta variedad en las composiciones también responde a los procesos de búsqueda de cada uno de nosotros, lo que siempre es interesante. Esa noche hubo obras acusmáticas, musicalización de textos, obras instrumentales y de música incidental para la película Nosferatu.
Tomando en cuenta que esta primera vez fue positiva para ustedes, ¿piensan seguir montando conciertos juntos?
El hecho de exponerse públicamente es fundamental para los músicos. Para esta oportunidad era importante poner las creaciones de cada uno en escena para verlas crecer, que cobren vida. Gracias a esta presentación, que nació de forma espontánea, y al trabajo que hemos realizado en el Magíster, está creándose una especie de colectivo entre nosotros. Si bien no tenemos claro cuando ni donde, queremos repetir este concierto y también tenemos la inquietud de que grabemos algo todos juntos.