Miembro del Colectivo Teatral Atrapalabra:

Cristián Aravena: "La idea es generar autoría en el teatro infantil"

Cristián Aravena: "La idea es generar autoría en el teatro infantil"

"La araukaria tenedor kon papas" relata la historia de Marta, Marcial, Ociel y Rocío, cuatro niños mapuche de la localidad de Icalma que reciben por medio de sueños el secreto curador para devolverles la salud a los abuelos de su comunidad, que estaban aquejados por una extraña enfermedad.

El pasado y el presente del pueblo mapuche se dan cita en esta obra montada por el Colectivo Teatral "Atrapalabra", grupo emergente formado mayoritariamente por artistas egresados de la Universidad de Chile que tras un año de trabajo estrenarán y darán comienzo a una temporada gratuita de "La araukaria tenedor kon papas" que se desarrollará en las comunas de Maipú y El Bosque.

La historia tras el montaje es larga, pero en un intento por hallarle un comienzo se podría decir que todo nació con un cuento. Tras recibir una invitación de la Red Ambiental de la Universidad de Chile para escribir sobre una temática ambiental, los recuerdos de su estadía en Icalma, localidad de la región de La Araucanía junto a sus experiencias con algunas comunidades indígenas motivaron a Cristian Aravena a escribir un cuento que tocaba una problemática actual del pueblo mapuche. Posteriormente, la adjudicación en el año 2007 de un Fondo de Desarrollo Institucional en la línea de emprendimiento estudiantil del Ministerio de Educación reforzó aún más sus vínculos con este pueblo originario, y es que el proyecto "Que no se lo lleve el viento" consistió en recopilar relatos orales y luego teatralizarlos con comunidades mapuche del lago Lleu Lleu.

Esa enriquecedora experiencia fue el punto de partida para el nacimiento del Colectivo Teatral "Atrapalabra", que nació inspirado por el objetivo de "establecer una conexión entre nuestras raíces y las nuevas generaciones, con el fin de promover en los niños una cercanía y empatía hacia nuestra cultura mediante un espacio lúdico, mágico y experimental, donde la representación teatral se vuelva contemporánea y contingente, generando reflexión y opinión, esta vez, en el público infantil", señalan.

Tal como indica Aravena, el colectivo Atrapalabra no está abocado únicamente a hacer obras infantiles, sino que más bien lo que define su trabajo es la premisa de "descentralizar las temáticas teatrales y el rescate de puntos de vista o visiones de otros". De ahí surge el interés por llevar al lenguaje teatral la temática mapuche, construyendo una obra que intersecta lo legendario con lo onírico, rescata el uso del relato oral y tiene una fuerte dimensión pedagógica, incentivando la reflexión más que el enjuiciamiento.

"La obra habla mucho de cómo se vive hoy, cómo es la vida hoy,  cómo fue la vida anteriormente y cómo ellos transmiten su historia. Lo particular que vemos en la cultura mapuche es que lo que nosotros occidentalmente conocemos como clases ellos lo viven en el cotidiano: de acuerdo a una situación un abuelo cuenta una historia y los niños la escuchan, entonces ese lugar de enseñanza está presente constantemente en el cotidiano mapuche. Por eso también nosotros quisimos tomar el cuento como figura literaria, porque es como el símil del relato oral", afirma Cristián.

Teniendo esa premisa en mente y tras haber definido que querían hacer una obra de teatro infantil, en el proceso de investigación se abocaron a la revisión de múltiples cuentos chilenos que sirvieran de base para montar una obra. "Queríamos trabajar con cuentos que tuvieran aspectos identitarios, que hablaran de nuestro país y de su gente, pero cuando estábamos en el proceso de investigación junto con Marcela Gueny y Paloma Molina nos encontramos con que muchos de los cuentos a los que nos enfrentamos tenían muchos juicios, esta suerte del bueno y el malo, la madrastra buena, la madrastra mala, el héroe y el antihéroe. Los personajes carecían de lugares dobles o contradicciones, y fue ahí cuando se me ocurrió presentar mi cuento", relata Cristián.

A ese material se sumó "La niña de la calavera", relato oral de la cultura mapuche que fue llevado al formato cuento por Marcela Recabarren, y que en Atrapalabra lo integraron a la historia de Cristián retomando la figura del relato oral. "En nuestra historia lo insertamos como un relato que cuenta la abuela y en donde se rescatan distintos aspectos de lo que fue o lo que tuvo hace un tiempo atrás el pueblo mapuche", explica.

Junto con realizar una rigurosa investigación, el proceso de creación contó con el apoyo de un asesor intercultural de origen mapuche, quien ayudó no sólo en la parte teórica, sino que también en la traducción de ciertas palabras que quisieron utilizar en mapudungun en la obra. Al mismo tiempo, la inclusión de la k en el título también es significativo, pues como señala Cristián "en mi cuento, cuando los personajes hablan ocupan k, no la q, y eso lo hago como una forma de reivindicar el lenguaje mapuche, porque ellos no ocupan la q sino que solo la k. Entonces cada vez que los personajes hablan en el cuento lo puse así, y por eso el título también lo llevan como una forma de reivindicar el mapudungun".

Abriendo espacios de comprensión y tolerancia hacia la diversidad

Antes del estreno oficial de "La araukaria tenedor kon papas", el Colectivo Atrapalabra organizó un Cuentacuentos con la obra en un colegio de la comuna de Maipú. "Invitamos a los niños a conversar, les preguntamos qué sabían ellos de la cultura mapuche, los invitamos a dibujar con respecto a la obra y fue muy bonito porque un niño de 10 años nos dijo 'yo quiero saber por qué la televisión nos muestra a los mapuches como terroristas, como gente que rompe y destroza cosas y no nos muestra esto que ustedes nos vinieron a mostrar ahora'", relata Cristián, dando cuenta de la fuerza que tienen los medios de comunicación en la formación de una determinada realidad, determinando juicios cerrados con respecto a ciertos temas.

"Los niños están abiertos a experimentar, a mostrar y a comprender desde distintos lugares ciertos temas, pero eso mismo también puede ser tomado desde otro lugar: cada vez más, los referentes que manejan los niños tienen que ver con la televisión, con High School Musical, con referentes muy externos, en donde las temáticas planteadas no responden necesariamente a sus disyuntivas porque son muy lejanas a su contexto. En este proyecto, encontramos que podíamos compartir vivencias distintas con los niños y aportar en ese sentido, y además el teatro infantil en muchas ocasiones deja bastante que desear porque se trabaja con figuras súper unidimensionales que llevan más a generar juicios que a un pensamiento sobre algo: no invitan a descubrir sino que se limitan a decir esto es bueno y esto es malo", afirma.

El actor agrega: "Otra de las cosas que nos movió con este proyecto fue el tratar a los niños de tu a tu, y en ese sentido, tratamos de no pararnos desde un lugar de la verdad, sino de establecer un trato igualitario con ellos, y en cierta medida a través de esta obra vamos generando autorías en torno al teatro infantil. La idea es generar autoría en una temática que por los niños no está muy bien manejada tampoco. Como colectivo nosotros hicimos unas encuestas a distintos colegios de Santiago y había mucha desinformación con respecto a los mapuches: decían desde que vivían en rukas hasta que eran los que vendían artesanías en el Cerro Santa Lucía", señala Cristián.

En ese sentido, "La araukaria tenedor kon papas" se alza como una obra que ayuda a combatir el desconocimiento y los juicios establecidos en relación a la cultura mapuche, sino que también a través de la creación de un trabajo entretenido, pleno de realismo mágico y planteando un universo cercano a los niños, posibilita la generación de espacios de comprensión y tolerancia hacia la diversidad.

"La obra tiene mucho juego, hay mucho realismo mágico, por lo que aspectos irreales se mezclan con el cotidiano, tal como hace un niño. En definitiva queremos mostrar lo entretenido de ver y reconocer a otros como un igual, como niños en cualquier lugar y en donde sea. Esta obra tiene niños con ganas de cambiar las cosas, de que sean distintas y empiecen a funcionar desde otro lugar que les sea más cómodo, uno que no tiene que ver con ganar tiempo ni con competir con el otro sino que tiene que ver con el compartir", concluye.

"La araukaria tenedor kon papas" se estrenará el lunes 8 de junio en el Teatro Municipal de Maipú, donde tendrá funciones a las 12 y 15 horas el lunes 8 y el miércoles 10. El jueves 11 y viernes 12 se presentará en el Auditorium Municipal de Maipú, y el miércoles 17, viernes 19 y sábado 20 se realizarán las cinco últimas presentaciones en la Casa de la Cultura de El Bosque. Todas las funciones de esta temporada serán gratuitas. Para más información, llamar al 9 4794484 o visitar  el sitio http://atrapalabra.wordpress.com.

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