En una ceremonia realizada el pasado lunes 25 de mayo y encabezada por Santiago Vera, Presidente de la institución, el académico de la Facultad de Artes Luís Orlandini hizo su ingreso como Miembro de Número a la Academia de Bellas Artes. Acompañado por el compositor y pianista Miguel Letelier (Premio Nacional de Música 2008), familiares y amigos, además de otras personalidades del mundo de las artes y la cultura, el destacado intérprete en guitarra recordó su juventud y la admiración que sentía por artistas como Claudio Arrau, Roberto Bravo y Jasha Heifetz, e hizo un fuerte llamado a cambiar el paradigma que rige el desarrollo cultural en nuestro país. "Lo que falta, a mi modo de ver, son políticas culturales de largo plazo que garanticen una educación artística y una divulgación de las obras de arte en forma permanente, en ningún caso sujetas a permanentes concursos vía proyectos", declaró en su discurso.
En su discurso además recordó la figura del distinguido pianista Arnaldo Tapia Caballero, fallecido hace siete años y cuyo lugar llega a ocupar en la Academia. "Sin duda en Chile no se hace justicia, por lo general, con los artistas que han dedicado su vida al arte. Tapia Caballero quizás no es la excepción", declaró Orlandini y repasó su carrera como músico, diplomático y docente de la Facultad de Artes, para finalmente dedicarle su discurso de ingreso. Así se sumaba a una ilustre lista de artistas entre los que actualmente se encuentran Miguel Letelier, el compositor Gustavo Becerra Schmidt, el cineasta Silvio Caiozzi y el pintor Mario Toral, entre otros.
Otros tópicos de su discurso fueron la carrera del intérprete y el desarrollo de la música en nuestra sociedad contemporánea. El nuevo lenguaje de la música moderna y la trascendencia de las clásicas estructuras que lo sostienen, el valor de la formación académica en un conservatorio, la necesidad de autogestionarse de los artistas, las falencias de las políticas culturales actuales, la falta de una crítica especializada y la manipulación que de la cultura hacen ciertos agentes privados y públicos fueron parte de los temas tratados en su discurso. Con ello dejó claro a la audiencia que se sumaba a la Academia para trabajar fuertemente por el desarrollo y progreso de la cultura de nuestro país.
Por su parte, Santiago Vera, Presidente de la Academia de Bellas Artes, destacó la constante búsqueda de libertad en la carrera de Luís Orlandini, lo que le ha permitido siempre estar en la primera línea de los músicos y artistas nacionales. "Carrera brillante en América y Europa", "estreno de más de 60 obras de autores nacionales", "inquietud artística constante", "activista de la música con una capacidad enorme de trabajo" y "músico joven con ideas frescas", fueron parte de los argumentos que Vera esgrimió para justificar el ingreso de Orlandini a la Academia de bellas Artes. Un proceso de cerca de tres años de estudio donde todos sus miembros intervienen.
El Instituto de Chile y sus Academias en pocas palabras
Creado el 30 de septiembre de 1964 con el objetivo de promover en un nivel superior el cultivo, el progreso y la difusión de las letras, las ciencias y las bellas artes, el Instituto de Chile agrupa a las Academias de la Lengua, las Ciencias Sociales, Políticas y Morales, la Historia, las Ciencias y la Medicina, además de Bellas Artes. Para el cumplimiento de tal finalidad, la ley le otorga al Instituto determinadas funciones de índole específica, tales como desarrollar actividades de carácter cultural, científico o artístico; realizar seminarios, foros, editar publicaciones, convocar a concursos y otorgar becas. Su relación con el Gobierno se da a través del Ministerio de Educación. En la fundación de la Academia de Bellas Artes destacan las personalidades de Jorge Délano, Alfonso Leng, Camilo Mori y Domingo Santa Cruz.