El dispositivo de género en el arte ha comenzado desde hace unas décadas a ser visible en los trabajos artísticos de sus productoras en Chile. No sólo desde el concepto del asunto o tema de la muestra, sino también a través de los materiales con los que se realizan los trabajos, a partir de los géneros o desde los soportes empleados para su práctica, las artistas han elaborado una mirada cuestionadora sobre los sistemas político-culturales, ya desde el arte de Roser Bru, Virginia Errázuriz, Catalina Parra, Paz Errázuriz, Lotty Rosenfeld, en los años 80, lograron construir una mirada diferenciada sobre "la otra" de la política falologocéntrica, la otra interrogada como reserva simbólica, como deuda y sostén silencioso y censurado de los imaginarios nacionales.
Así comparecen hoy en este espacio múltiples prácticas elaboradas por artistas mujeres: Carla Motto, fotógrafa que trabaja desde una cámara que desborda la imagen ensánchandola, desviándola, para apuntar al lado monstruoso, excesivo del imaginario urbano. Esta cámara enfoca a una imagen, que desde la mujer se desplaza imaginariamente hacia un lado otro, los edificios, las calles, objetos ampliados de manera abrupta, rompiendo la angustiosa convención de lo bello, y sus amarres culturales.
En otra perspectiva, Karina Prudencio, plantea desde la "performance", un ritual mágico de demarcación sagrada sobre la historia política de las mujeres, que han sido revolucionarias, políticas, en distintas partes del mundo y que no reciben homenaje alguno, estas mujeres sacadas de la "historia oficial" son instaladas por Karina Prudencio, desde otro lugar, un lugar del arte.
Susana González, ceramista, Directora del Depto. de Artes Visuales de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, trabaja esculturas que desde el espacio religioso doméstico, multiplica el lugar de la mujer, en lo doméstico, ensanchando el espacio femenino de la tasa, para cuestionar su lugar cultural y su figuración simbólica: como exceso y fuga, en el retrete y en las bolsas que las sitúan como lo censurado del sistema, olvidando su aporte a la cultura latinoamericana.
Daniella Saccatore, licenciada en Arte de la U. Católica expone sus óleos, con figuras femeninas que desvaídas por sus aguadas, ocultan el rostro, el perfil, la cara, para dejar sólo los cuerpos aparecer muy difusamente y finalmente, lograr que el niño emerja como el otro de la mujer en esta historia. La mujer se disemina hacia los costados, el niño muestra la fuerza política del dispositivo reproductor del sistema.
Sol Tuca, licenciada en Artes de la U. Católica de Chile y también, licenciada en Educación, por la misma Universidad, presenta en su proyecto Velos un trabajo sobre el imaginario visual de la mujer, elaborado con materiales específicos a través de los cuales ella se desplaza y se niega a la visión, alejándose de los lugares de poder patriarcales y hegemónicos, como aparece en el óleo que cita a la Venus de Turbino, de Tiziano. La pluralidad de su obra abre una escena con diferentes líneas de fuga para la seducción, como zona de resistencia, desplazando el concepto de su campo tradicional y otorgándole nuevos valores culturales.
Carla Andrea de la Barra, trabaja en óleo sobre tela, una figura de nombre indígena, Guacolda, a través de quien,con nombre indígena, metaforiza en una "doble ", la otra de la otra que rompe los estereotipos de la mujer, para aparecer sobre la tela elaborada de una manera más verdadera, con generosidad y puntillismo.
"Mujeres en el Arte 2009" se podrá visitar hasta el próximo 30 de abril en el Centro Cultural de La Reina, ubicado en Santa Rira 1153, esquina Echeñique.
