Conducente a la carrera de Licenciatura en Artes con Mención en Interpretación Musical:

Con éxito finaliza periodo de postulación a Etapa Básica

Con éxito finaliza periodo de postulación a Etapa Básica

Arpa, trombón, corno, canto, violín, viola, clarinete, guitarra, trompeta, violoncello, flauta traversa, saxofón, piano, percusión, tuba, oboe, fagot y composición, son las especialidades a las que postularon los más de 200 niños y jóvenes que este año se acercaron a las dependencias de la sede Alfonso Letelier Llona de la Facultad de Artes para rendir el examen de admisión que les permitiría cursar la Etapa Básica conducente, una vez terminado ese ciclo y previa evaluación, a la Licenciatura en Artes con Mención en Interpretación Musical.

Durante varios días, los académicos del Departamento de Música de la Facultad de Artes se dedicaron a evaluar a estos postulantes que provenían de distintos lugares de Chile y cuyas edades fluctuaban de acuerdo a los requisitos previamente establecidos para cada instrumento. Finalmente, fueron 133 los aspirantes aceptados.

Como explica Wilson Padilla, Coordinador General de la Etapa Superior de la carrera de Licenciatura en Artes con mención en Interpretación Musical, "al momento de hacer la selección de aquellos que no han tenido experiencia en la música, nosotros nos fijamos en que cumpla con los requisitos de edad mínimo, que es una herramienta natural para que uno pueda proyectar un desarrollo en la música. Es que si viene una persona de 30 años que nunca ha tocado un instrumento, es bien difícil que logre la proyección deseada. En cambio, el niño que viene y demuestra tener habilidades básicas como destreza auditiva y una respuesta rápida a estímulos rítmicos o sonoros, por ejemplo, para nosotros es un buen indicio".

Con respecto a aquellos que llegan con conocimientos previos, "ellos muestran el trabajo que han hecho anteriormente, ya sea en el colegio o con profesores particulares, y están regidos por una medida de edad que nosotros ponemos con la misma intención de saber si podemos proyectarnos con ellos para que después pasen a la Etapa Superior. Hay algunas diferencias en algunos instrumentos bastante notorias, por ejemplo, el violín y el piano normalmente se comienzan a estudiar desde muy temprano. No así con el contrabajo o la percusión, donde pueden venir jóvenes un poquito más avanzados en edad", explica Wilson Padilla.

Tal es el caso de Constanza Crespo, seleccionada con estudios previos que supo de este programa académico por su profesor particular de Viola. Dice que "me gusta la música y adoro a mi Viola, por lo mismo, la idea de dedicarme profesionalmente a lo que realmente amo, me llevó a postular a la Etapa Básica". Y agrega esta joven que estudiará ese instrumento en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile con el profesor Pedro Poveda, "estuve desde el 18 hasta el 29 de diciembre con muchas ganas de saber mi resultado. Ahora, sólo están las ansias de empezar luego el año académico".

Francisca Cristopulus, seleccionada para estudiar canto con la profesora Lucía Gana, había ingresado a estudiar a otra universidad, pero como ella misma cuenta, "no dio el ancho de las expectativas que tenía y por eso preferí cambiarme". Por ello es que Francisca ya conocía dónde y cómo se impartía esta carrera, postulando finalmente a la Etapa Básica debido a "lo completo de la malla porque, en sí, es bastante mejor que las mallas que he visto en otras universidades para la misma carrera". Y añade: "Me alegra muchísimo haber sido seleccionada. Ello confirma mi deseo de estudiar música y continuar en el mundo del canto lírico".

El prestigio de la Universidad de Chile

Como heredera del Conservatorio Nacional de Música, la Universidad de Chile es la institución más antigua formadora de músicos en nuestro país, una de las principales razones por las que año a año el periodo de postulación y matrículas de la Etapa Básica finaliza exitosamente. Sin embargo, para Wilson Padilla, "hay elementos que nos ayudan mucho a fortalecer eso. La excelencia, por ejemplo, de nuestros profesores, así como de muchos alumnos que han pasado por esta Universidad y se han destacado en concursos internacionales, trabajan en el extranjero o aquí, y hacen carrera dentro del medio de la música", explica.

Eso lo tiene claro Javiera Valenzuela, seleccionada para estudiar flauta traversa con el profesor Wilson Padilla, quien señala que "mi definitiva opción de estudiar música, las ganas que tengo de perfeccionarme en mi instrumento y la seguridad de que encontraré buena educación y buenos maestros en la Universidad de Chile" fueron las razones que la impulsaron a postular a la Etapa Básica, y añade: "Esto es el comienzo de la construcción de mi sueño. Siento mucha felicidad y tengo mucho ánimo para comenzar esta etapa".

En tanto, Patricio Riquelme, quien estudiaba violoncello en la orquesta de su antiguo colegio, con sólo 13 años se dio cuenta que "ya no podía aprender más ahí. Me quería dedicar a esto y decidí hablar con mis padres y postulé. Me sentí muy feliz cuando supe que era uno de los seleccionados. Me las lloré todas porque es a lo que me quiero dedicar en mi vida", dice este niño aceptado para estudiar con el profesor Julio Barrios.  Sólo dos años más tiene Ignacio Pino, quien dice que "la interpretación es la mayor parte de la 'personalidad' de una canción, que es la mejor forma de embellecer y crear una atmósfera, además de ser limpio y no equivocarse para no desconcentrar al oyente".

Seleccionado para estudiar guitarra con el profesor Romilio Orellana, Ignacio Pino cuenta que antes de saber que había sido aceptado, "tenía un dolor de estómago tremendo", y agrega: "Cuando supe que había quedado, fue un alivio que jamás dejaré de recordar, primero porque es lo que haré y quiero hacer en mi vida; segundo, porque estaré con personas que tienen intereses parecidos a los míos -muy diferente al ambiente del colegio donde estaba-; y tercero, porque nunca más sentiré ese enorme peso de 'qué haré con mi vida, o, y si no tengo oportunidades'. Realmente es un sueño hecho realidad y mis padres estaban muy contentos también".

Para el Coordinador General de Interpretación Musical, el prestigio de la Universidad de Chile "nos ayuda bastante a mantener esta elite, porque normalmente la gente que postula es gente que se prepara bien. Por eso es que somos muy cautelosos al momento de seleccionar, entonces, se va repitiendo siempre una línea, una vara que está ya bastante alta y que se mantiene". Por ello es que Nicolás Aguad, seleccionado para estudiar composición, cuenta que "las pruebas no fueron fáciles, de hecho, la gente que ya estaba estudiando música comentaba que los exámenes estaban siendo más difíciles de lo que salía en las pautas".

Nicolás, quien viene recién saliendo de cuarto medio, decidió postular a la Universidad de Chile por su tradición, los profesores y "porque, poco a poco, me fui dando cuenta que es el mejor lugar en Chile para estudiar lo que yo quiero". Y agrega sobre las pruebas de admisión y del hecho de ser uno de los seleccionados: "me vi muy exigido, y haber logrado entrar es importante para mí. Ahora hay que mirar hacia adelante y poner todo el esfuerzo para que los conocimientos que me brinde la universidad puedan derivar en grandes logros".

Además, como dice Luis Toro, quien con 13 años iniciará sus estudios de violín con el profesor Alberto Dourthé y conoció este programa académico en la Escuela de Música de San Vicente de Tagua-Tagua, donde estudia (el Departamento de Música de la Universidad de Chile mantiene un convenio de asistencia docente y certificación con esa institución), "para mí es un gran orgullo haber sido aceptado en la Universidad ya que es una oportunidad muy importante para cualquier joven músico, la que no todos llegan a lograr".

La misma opinión tiene Marlene Molina, seleccionada para estudiar arpa con la profesora Patricia Reyes. Ella siempre quiso estudiar este instrumento -"desde muy pequeña", aclara-, y cuando se dio cuenta que podía cumplirlo al saber que en la Universidad de Chile estaba esta especialidad, "me atreví a postular", dice. Y agrega: "Otra de las cosas que me ayudaron bastante fue el apoyo de algunas personas que me impulsaron a atreverme a seguir mis sueños. Eso fue lo que lo que me llevó a tomar esta decisión".

Pero para Wilson Padilla, más allá del evidente talento que deben demostrar los postulantes y más aún los seleccionados -"tiene que existir el ritmo interno, el oído, la cuestión mecánica y motriz de manera que pueda responder a los estímulos que le entrega el profesor. También la calidad de los académicos, es decir, una muy buena guía", dice-, lo más importante es la disciplina y el trabajo personal de los propios Estudiantes. "Cada alumno es un mundo aparte y por eso las clases son personalizadas. Entonces, cada hora de clases con el profesor es como estar en un terreno distinto. Por eso es que el profesor tiene que saber cómo rescatar lo mejor del alumno para poder conducirlo bien", explica.

Profesor, ¿a qué se refiere específicamente con el tercer punto del que habla?

El tercer elemento, que es el más importante creo yo, es la disciplina y el trabajo personal del alumno, porque no sacamos nada con tener un gran maestro y a un gran talento si no hay trabajo personal diario. Ese trabajo personal se descifra al momento en que el alumno está en la casa solo o está en la sala de clases haciendo su práctica, donde no solamente tiene que dedicarle una cantidad de horas diarias al estudio, sino que también tiene que dedicarle calidad de tiempo. Tiene que saber muy bien que hay objetivos a resolver en la etapa de estudio y que esos objetivos tienen que ser acotados y trabajados de forma muy ordenada, de manera que, cuando vuelva a la clase siguiente, tenga ya tareas resueltas. Normalmente, el alumno aprende a tocar el instrumento en su casa porque el profesor le entrega herramientas, modelos y fórmulas para que él trabaje. De hecho, por eso las clases de instrumento son una vez a la semana, y es una hora de clase solamente.

En la Universidad de Chile tenemos a los profesores y a los alumnos talentosos. ¿El consejo para los seleccionados sería justamente preocuparse del trabajo personal?

Claro, y es de hecho el discurso que les damos todos los años a los alumnos nuevos. En esta universidad y en otras donde yo también he trabajado, aprendí que ningún alumno es un cheque en blanco. Se pueden dar todas las condiciones, pero si no está el otro trabajo, no se avanza. Y hay mucho diamante en bruto que de repente se pierde por la misma causa, se sobreestima demasiado con esta cosa de ser talentoso, pero se pierden en el camino. Muchas veces hay alumnos que son menos talentosos que estas figuras especiales, pero que logran llegar mucho más lejos porque tienen tesón y disciplina.

¿Eso es lo que inculcan en sus estudiantes?

Eso es lo que hoy día promueve la base del argumento estudiantil que tenemos nosotros, que son de muy buen nivel. Hay muchos alumnos que han ganado concursos internacionales, que han podido desarrollar carrera musical tanto en las distintas orquestas de Santiago como fuera del país también. Hemos tenido muy buenos resultados a ese respecto. Y por otro lado, el que la selección de los mismos académicos se haga vía concurso, abre la posibilidad de que realmente llegue el mejor profesor. Todo es transparente porque los profesores presentan sus currículos, se hace una evaluación a la trayectoria y tiene que hacer una presentación del trabajo que eventualmente pudiese hacer en la sala, una clase pública. Así se selecciona a la persona que esté más capacitada. Esas son las herramientas que usamos nosotros para poder mantenernos en esa elite.

¿Y qué es lo que pasa a medida que se avanza en los años de estudio?

Normalmente se produce un colador natural. Chile, desde hace mucho tiempo, dejó de ser un país donde la música y la cultura están en todas partes. Pero lo que ocurre con los jóvenes de hoy -que tienen muchos elementos distractores, donde ya no hay obligatoriedad de la educación musical y los mismos medios de comunicación ya no entregan como antes la música-, vienen acá a un mundo que a ellos les parece fantástico, pero cuando entran y se encuentran con que hay que hacer un trabajo todos los días por una cantidad de horas, que hay que ser disciplinados, ordenados con los tiempos, hasta con las horas de sueño, con los carretes que tienen y todas esas cosas, a veces se produce esa falta de empatía entre la música y el individuo. Entonces los alumnos, cuando llegan acá, recién descubren qué es lo que la música les ofrece a ellos y qué es lo que ellos le ofrecen a la música. Y hay muchos casos de alumnos que quedan en el camino. La gran mayoría permanece uno, dos o tres años y después se van. Y esa es otra fortaleza, porque en el fondo van quedando los mejores, los que realmente se pueden proyectar hacia una carrera profesional. Es que después el medio es muy competitivo, y de hecho al músico no le sirve sólo un buen currículo.

¿Como así?

Si no están preparados y no han tenido una buena formación, si no han logrado un buen dominio técnico, hasta ahí llegó la carrera. Te puedes pasar 10 años estudiando un instrumento y después, cuando salgas al mundo de la competencia, te vas a dar cuenta que lo más conveniente es comprarte un taxi. Eso no es ninguna gracia, y por eso nosotros también nos vamos acercando a aquellos alumnos que no van bien encaminados o no responden bien para que mejor se dediquen a otra cosa. Yo diría que por ese lado estamos muy concientes de lo que tenemos que armar, y lo bueno es que la gran mayoría trabaja en conjunto, entre los profesores, y estos son temas que estamos constantemente conversando.

Tanto los seleccionados para ingresar a la Etapa Básica en Interpretación Musical como los alumnos antiguos, pueden matricularse hasta el 16 de enero en la Sala de Profesores del Departamento de Música (Compañía 1264, cuarto piso). Para mayor información, llamar al teléfono 978 13 24.

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