Hace tres años que Carmen González realizó su primera intervención pública en el Puente Pío Nono, la que consistía en colgar ropa entre los faroles ubicados en ese lugar. "El hecho de que este puente perteneciese a dos comunas a la vez, me permitía trabajar el tema en las dos esferas. La ropa en los lugares más acomodados no se exhibe libremente en las ventanas o en los balcones como ocurre en la periferia, donde el espacio es también más reducido", recuerda esta estudiante a la que le gusta que la llamen Yoyi, sobre esa primera experiencia que provocó que, hasta el día de hoy, siga realizando intervenciones en el espacio público.
"La sensación me quedó gustando porque se relaciona con la oportunidad de llevar el arte directamente a donde debe estar. El arte debe estar con la gente y son ellos quienes lo terminan. En ese sentido, soy fiel seguidora de Humberto Eco cuando se refiere a 'obra abierta'", aclara Carmen González Yoyi, quien el año 2006 realizó su segundo trabajo en espacio público titulado "Nostalgia, quiero estar", donde trabajó con el sentimiento de nostalgia al estar físicamente en un lugar deseando estar en otro.
"Utilicé mi cuerpo reposado sobre una silla de playa en cuatro lugares diferentes de Santiago Centro -afuera de la Catedral, de La Moneda, en Plaza Italia y en el bandejón central que está frente al Paseo Ahumada- porque consideré que era en ese lugar donde más se visualizaba este sentimiento. Todas las intervenciones fueron realizadas un día lunes, escogido especialmente por lo que significa empezar la semana", señala esta estudiante que hace siete días volvió a las calles para realizar la intervención "Lo público en lo privado" en plena Estación Central.
Y es que el pasado 6 de octubre, Carmen González Yoyi llegó hasta ese lugar a las 5:40 horas para comenzar con el montaje de la primera parte de este trabajo que finalizará cuando repita la experiencia en la Galería Subcentro Las Condes, ubicada en Metro Escuela Militar. Allí instaló 100 círculos adhesivos en el piso que confluían hacia un mismo punto: el centro. "Es una metáfora de lo ocurre en el mundo porque nos dicen que somos todos iguales debido a la destrucción centro-periferia. Pero en la realidad ello no existe porque si bien los centros se han masificado y se han hecho más familiares, no han desaparecido. Por lo mismo, a nadie le extraña ver un Mc Donald's en cada región de Chile", explica.
Y agrega: "Cada círculo lleva una imagen diferente, aparentemente muy lúdica, bordeando lo inocente. Hablo de barbies y transformers fotografiados y luego trabajados digitalmente para que parezcan fotocopias, a los que les apliqué los colores de nuestra bandera. Y es que hoy en día nuestra ropa es mayoritariamente 'made in china', 'made in Japón', y casi nadie dice perdón, la mayoría dice 'sorry'. Entonces, ¿qué somos? Por lo mismo estas potencias hacen lo que quieren con nosotros. Pero durante la intervención la historia se invierte en quién pisa a quién".
¿En qué consiste esto mi'hija?, ¿por qué lo saca?, ¿qué onda con esa barbie chilena? fueron algunas de las preguntas que Carmen Gónzalez Yoyi tuvo que responder durante el día. "Mi objetivo era que la gente reflexionara sobre lo que veía. La gente que pasó raudamente en la mañana colocó más atención que la gente que transitó durante el día porque son ellos quienes pasan diariamente por el lugar y, por lo mismo, pudieron reparar en que esos círculos no estaban antes", cuenta la joven estudiante, y añade: "Yo feliz con que preguntaran y más feliz cuando comentaban. Podría decir que alrededor del 70 por ciento de las personas que transitaron por ahí repararon en los círculos".
¿Qué es lo que te atrae de las intervenciones en espacios públicos?
Cuando pienso en la poca gente que va a los museos o a las galerías, recuerdo lo elitista que ha sido el arte a lo largo de la historia mientras que el arte público desborda la institución, acercando el arte a la gente. Es verdad que un yogurt esta mejor conservado en un refrigerador -entiéndase refrigerador como institución artística-, pero donde debe estar realmente es en el estómago de un ser humano. Es ahí donde debe estar el arte, con la gente. Por lo mismo, no es gratuito que la mayoría de las personas que van a ver una exposición contemporánea terminen diciendo "hasta mi hijo lo haría mejor". Al llevar el arte al espacio público, la gente comenzaría a agudizar el ojo y a entender que el arte no es solo pintura o escultura.
¿Por qué Estación Central y Escuela Militar?
Escogí estos lugares porque ambos son zonas de paso para mucha gente que viene de la periferia al centro. En el caso de Estación Central, me refiero a la periferia rural (Talagante, Melipilla, Isla de Maipo, Buin, Peñaflor, Lonquén, etc) y, en el caso de la Galería Subcentro Las Condes, la periferia la conforman mayoritariamente comunas como La Pintana, Puente Alto, Independencia, etc. Todas estas personas que vienen de la periferia al centro, lo hacen por trabajo principalmente. En otras palabras, son quienes le dan vida a estos centros.
¿Hay algún objetivo tras este ejercicio en particular?
Cuando trabajo en intervenciones públicas, siempre busco invitar a la gente a reflexionar. En este trabajo en particular, desarrollo un tema que tiene relación con nuestra realidad, la de un país al borde de una "reconquista" por diferentes potencias que nos muestran sus intervenciones como algo que debemos agradecer. Por otro lado, cuando uno trabaja en el espacio publico, todo puede pasar y hay que estar conciente de eso. Idealmente es que la gente comente sobre lo que ve, sobre aquello que interrumpió su cotidiano, situación que se dio en Estación Central.
"Lo público en lo privado", ¿se relaciona con tus trabajos anteriores?
Se relaciona porque en las tres he buscado que la gente se mire a sí misma, que mire su entorno, que observe quiénes son. El arte está más cerca de lo que la gente cree. El arte lo vivimos diariamente y creo que con este tipo de intervenciones aporto algo para que la gente tome conciencia de eso.
¿Cómo solucionas el tema del registro de estos trabajos tomando en cuenta la particularidad de este tipo de obra?
El registrar está dentro del paquete de permisos que hay que pedir para este tipo de trabajos. En este caso, cuando me autorizaron en Estación Central, aproveché de pedir las grabaciones de las cámaras de seguridad, lo que es un gran aporte puesto que grabaron las reacciones espontáneas de la gente. También grabé directamente en el lugar, pero tratando de que no se notase mucho para que las personas no se cohibieran. Así, si alguien quería llevarse uno o todos los círculos, lo podía hacer (se llevaron 5). Al editar, yo trabajo principalmente con el lado "B". La idea no es maquillar, sino mostrar lo que realmente ocurrió.
¿Cuáles son los planes a futuro con respecto al material que recopilarás?
Reflexionar más aún sobre las intervenciones públicas puesto que al no existir mucho escrito, como ocurre por ejemplo con la pintura, la mayoría de las cosas sólo pueden sacarse en limpio gracias a este tipo de experiencia. Pensar en exponerlo es un poco contradictorio considerando que busco desbordar la institución, pero el arte público es una contradicción en sí. Lo digo porque por más que sea público, siempre hay que pedirle permiso a alguien. Yo nos los llamaría espacios públicos, sino masivos. Pero me gustaría presentarlos en otros espacios para que lo puedan ver aquellas personas que acostumbran ir a esos lugares porque la idea siempre es llegar a la mayor cantidad de gente posible. Por otro lado, la obra ya fue, tuvo su tiempo, y el registro es para recordarla sea donde sea.
Por último, ¿hubo un pie forzado con el que tuviste que cumplir para la realización de esta intervención como parte de un taller?
Eso ocurre los primeros años, donde son los profesores los que te dan las pautas. Pero a estas alturas ya no porque es parte de la autonomía que debe ir adquiriendo el estudiante. Por otro lado, siempre he escogido talleres donde el profesor se caracterice por desarrollar este tipo de autonomía. En ese sentido, me gustaría destacar la labor de dos profesores en particular, Jaime León, quien tiene la capacidad de conectarse con uno y explotar al máximo tus capacidades sin prejuicio alguno, y Patricio González, quien siempre ha tenido muy buena disposición, y le agradezco su preocupación y apoyo constante.
