El momento en que las máximas autoridades del país y los distintos credos religiosos se reúnen en la Catedral Metropolitana de Santiago a realizar en conjunto una acción de gracias, es musicalizado desde hace siete años por un académico de la Facultad de Artes: el profesor Fernando Carrasco.
"Para mí es un privilegio y es muy engrandecedor como compositor", reconoce el músico, quien desde el 2002 dirige la interpretación de su obra en la ceremonia. Esto ocurre cada 18 de septiembre, con motivo de la celebración de fiestas patrias, y nació de un encargo que le hizo personalmente el Arzobispo de Santiago, Francisco Javier Errázuriz.
El Te Deum de Fernando Carrasco, con texto de Joaquín Alliende, es una obra para coro, solistas, grupo folclórico y orquesta, que en esta oportunidad será interpretada, además del Coro Sinfónico del Arzobispado, del grupo folclórico de raíz latinoamericana Napalé y de solistas de la Orquesta Sinfónica y Filarmónica, por una orquesta integrada en gran parte por estudiantes de la Facultad de Artes.
"Este es el año en que más he integrado alumnos a participar en el Te Deum, lo que me enorgullece porque el resultado es muy bueno", sostiene el compositor, que cuenta que son cerca de 20 los estudiantes que van a tocar ese día y que todos "están muy comprometidos y le ponen mucho empeño".
Asimismo, hace hincapié en que esta no es una obra "para lucirse", sino que es una pieza sencilla que puede ser comprendida por todos. Incluso se alegra porque "luego de tantos años la gente la conoce y la canta, ya está en el inconsciente colectivo".
Una larga tradición
El Te Deum se celebra en Chile desde 1811, año en que José Miguel Carrera pidió a la autoridad eclesiástica de la época que celebrara una Acción de Gracias para conmemorar el primer aniversario de la Junta Nacional de Gobierno.
Por mucho tiempo, la interpretación del Te Deum estuvo a cargo del coro del Seminario Pontificio y se cantaba en latín. Esto duró casi un siglo, hasta mediados de los años 1960. En 1968 se pidió al coro dirigido por el maestro Vicente Bianchi que lo interpretara, estrenándose en 1970 una nueva versión de esta Acción de Gracias, con letra del Padre Felipe Lázaro y música de Vicente Bianchi.
Luego, el Arzobispo Francisco Javier Errázuriz quiso dar un nuevo aire a esta ceremonia y encargó a Fernando Carrasco otra música para el Te Deum, que es la que se interpreta hasta hoy.
El compositor y académico comenzó su relación con la música sacra en 1996, cuando por encargo del Instituto de Estética de la UC musicalizó un texto de Fidel Sepúlveda, "Misa de Chilenía", que luego se grabó en CD gracias a un Fondart y tuvo bastante difusión. Allí conoció a Joaquín Alliende, quien luego escribiría la letra de su Te Deum.