Este martes 13 de noviembre se inauguró, en el hall del Auditorio del Campus Juan Gómez Millas (Las Encinas 3370, Ñuñoa), la exposición "Piesforzados", la que ya se había presentado en la Facultad de Medicina y en la de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile.
Ganadora del VIII Concurso de Proyectos Premio Azul a la Creatividad Estudiantil 2006, la muestra reúne nueve obras realizadas, conjuntamente, por un estudiante de Teoría e Historia del Artes y por uno de Artes Visuales. En total, nueve duplas que durante ocho meses trabajaron para realizar los trabajos que se exhiben hasta el 21 de noviembre en la Facultad de Artes, sede Las Encinas.
El proyecto, liderado por los estudiantes Catalina Viera, Natalia Palomo, Antonia Isaacson, Catalina Vivar (de Artes Plásticas), Valentina Menz e Ignacio Szmulewicz (de Teoría e Historia del Arte), tuvo como objetivo relacionar estas dos disciplinas que se imparten en la sede Las Encinas, imponiendo pies forzados a la hora de pensar y ejecutar las obras. Así, los interesados en el proyecto debieron no sólo trabajar en conjunto, sino que además la temática de la obra tenía que estar relacionada con un problema de la sociedad contemporánea; ser interactiva; respetar dimensiones previamente establecidas; y el costo no debía superar los 10 mil pesos.
De esta forma, Pedro Vargas y Estefanía Tamburrino, Rodrigo Vargas y Macarena Bello, Cristóbal Racordón y Fernanda Gajardo, César Vargas y Carla Steiner, Diego Campillo y Roxana Toloza, Víctor Flores y Camila Godoy, Matías Cornejo y Pabla González, Juan Sepúlveda y Aarón Hernández, y Carlos Vidal y Nicolás Trujillo respondieron a la convocatoria y son los creadores de las obras que dan vida a Piesforzados.
El proceso
Muchas de esas duplas que se formaron no se conocían con anterioridad y comenzaron a interactuar justamente para poder realizar la obra. "Fuimos a una reunión que organizó el comité de Piesforzados y ahí nos explicaron en qué consistía y qué teníamos que hacer. Ellos ya tenían conformadas las parejas y nos dijeron tú trabajarás con esta persona y así fue", recuerda Nicolás Trujillo, estudiante de Teoría e Historia del Arte que participó en el proyecto trabajando con Carlos Vidal.
"Partimos con la idea de trabajar con la retícula. Teníamos unos módulos que se ensamblaban y empezamos a trabajar sobre esta estructura", señala Carlos Vidal, estudiante de Licenciatura en Artes Plásticas. Pero esa idea evolucionó. Antes de crear la obra que presentan actualmente, pensaron en una estructura gigante de retícula que se desplomaba y también en un cuadrado de acrílico con una fecha. "Teníamos demasiada información y no sabíamos por dónde agarrarlo. En una reunión, de un día para otro, surgió el ejercicio que hicimos ahora: la pizarra, el trazado. De cierta forma, dejamos a un lado el tema de la retícula porque ambos trabajamos en ello e iba a estar sí o sí, y empezamos a trabajar los temas que nos interesaba abordar: el asunto del ejercicio, la enseñanza del arte en la escuela", cuenta Carlos.
Cuando comenzaron, ¿tenían ideas en común?
(Carlos) Al principio partimos con la típica idea de que la persona de plástica produce y el teórico habla sobre lo que el artista hace.
(Nicolás) Lo hicimos pensando en que la idea del proyecto era que dos tipos que estudian el mismo tema desde visiones distintas, trabajen al respecto. Quisimos mantener esa suerte de distancia. Al final esa distancia se mantuvo con ciertos quiebres.
¿Quiebres en qué sentido?
(Nicolás) A mí me pasó que trabajando con Carlos me di cuenta que no es tan sencillo el asunto. Yo, como estudiante de teoría, siempre procedo desde una manera peculiar y él de otra. Al chocar y encontrarnos que, de alguna manera, se te quiebra el modo de trabajo. Ese quiebre fue lo que a mí me complicó. Además, llegado un momento nos dimos cuenta que estábamos mal y que había que replantear el asunto. ¿Cómo trabajar en esto sin salirse de nuestros roles? Hagámoslo en conjunto.
¿Es difícil trabajar con otra persona?
(Nicolás) Es diferente y más largo. Requiere de la conversación, de compartir ideas, de remecerse también. No digamos que nuestra relación se basó en conocernos. Fuimos pragmáticos.
(Carlos) Es complejo trabajar con otra persona porque estás compartiendo ideas, tu visión, tu forma de hacer algo. A veces uno quiere que lo que propone sea y en ese minuto hay que tomar en cuenta que estás trabajando con alguien para llegar a consenso. Es un proyecto donde se trabaja plástica y teoría, por lo que también existe la posibilidad de hacer el trabajo puramente teórico. ¿Por qué trabajar solamente en cosas visuales si estamos trabajando también con teoría?, ¿Por qué no trabajar desde ese lado?, ¿Por qué no puede ser un texto la obra?
(Nicolás) Por eso trabajamos la idea de la escuela. Ahí concluían ciertas cosas de la enseñanza de teoría y de plástica. Pensamos que, de alguna manera, en la retícula de la pizarra confluían esas cosas. Creo que nuestro trabajo tiene harto de ambas partes.
¿Pudieron mantenerse en los roles de los que hablaban al principio?
(Nicolás) Esa diferencia se marcó más que en el hacer, en los puntos de vista, en las maneras de proceder al momento de pensar la obra. Una cosa que siempre decía Carlos me llamó mucho la atención. En vez de decirme quiero que entiendas, me decía quiero que veas. En cambio, yo le decía quiero que comprendas esto. De repente teníamos una idea y a esa idea le buscábamos una forma, pero igual era conflictivo porque él no se quedaba tranquilo hasta verla y ahí surgen los problemas.
¿Escribiste sobre la obra?
(Nicolás) Un texto pequeño hay un cuaderno donde están todos los textos escritos- en que me influyó harto haber trabajado con otra persona. Por lo general, mis trabajos son de mucha referencia teórica, pero como estaba trabajando con Carlos, me vi en la necesidad de hacer un texto pequeño y pensar mucho en el público que lo iba a leer. Si era un texto tipo catálogo, no tiene que ser muy largo porque nadie lo lee y no puede ser inentendible. Se refiere principalmente a la obra y procede desde la relación.
¿Tienen la misma concepción de la obra?
(Nicolás) Yo creo que es difícil que los dos tengamos la misma concepción porque pensamos desde distintos lugares.
(Carlos) Pero por lo menos estábamos enfocados a que ése era le punto.
¿Qué les ha parecido la experiencia en general?
(Nicolás) Trabajar con Carlos no fue ningún problema. Aprendí, que era lo que quería, y conocí el lado de plástica. Fue interesante porque me tocó trabajar con alguien que era completamente diferente a mí, tenía otras ideas, está en cuarto y yo recién en segundo. Por otro lado, a exponer o poner en cuestión a la teoría porque como estudiante, obviamente, estoy muy alienado. Estoy lleno de prejuicios, de conceptos preconcebidos y cuando te enfrentas con otra persona, tu punto de vista empieza a quebrarse, a entrar en conflicto no sólo con él, sino que conmigo mismo. Te das cuenta que hay factores que antes no habías considerado y que ahora sí influyen y me determinan para trabajar de cierta manera.
¿Y en tú caso?
(Carlos) A mí me gustó la experiencia y conocí otro punto de vista también que es mucho más concreto. Cuando tú trabajas con gente de plástica todo es muy disperso, pero cuando estás con una persona de teoría -habló por Nicolás porque no conozco más gente de teoría- es mucho más aterrizado.
(Nicolás) Ahora que lo pienso, encuentro súper coherente este proyecto porque habla mucho de los estudiantes. El proyecto supo leer muy bien esas cuestiones y jamás tuvo pretensiones de hacer grandes obras, cosas que pasen a la historia. Era exponer ese producto que nace de estudiantes y no salirse de esa noción. Eso fue lo que más me gustó, lo pensaron muy bien y fue muy adecuado.
