Aunque suene paradójico, en el recién lanzado sitio de Música Sacra Chilena desarrollado por la UC (www.músicasacrachilena.cl), hay más compositores de la Universidad de Chile que de la Universidad Católica. Incluso el director del proyecto, el compositor y académico Rafael Díaz, es egresado de la Facultad de Artes. ¿Qué concepción de lo sagrado sustenta esta aparente contradicción?
El sitio recoge obras compuestas en el período comprendido entre 1987 y 2007 y está recopilado en base a una concepción amplia e inclusiva de lo sacro. "La investigación que sustenta este sitio, estuvo centrada en la obra de compositores chilenos, que han escrito música vinculada con la sacralidad, no sólo aquella de naturaleza cristiano-católica, sino también aquella proveniente de los pueblos originarios de Chile", dice Rafael Díaz en la Introducción al sitio.
Agrega que "el concepto de sacralidad que empleamos aquí, necesariamente debe extenderse a la de los pueblos aborígenes que habitaron el actual Chile, así como a la religiosidad popular, fuerte y vivamente presente en las fiestas religiosas del santoral chileno".
Así, en esta página fueron incluidas obras de diez compositores, entre los cuales hay tres egresados de Composición en la Facultad de Artes (Renán Cortés, Andrés Maupoint, actualmente radicado en Alemania, y el mismo Rafael Díaz), otros tres que han hecho estudios de Magíster en la Universidad de Chile (Félix Cárdenas, Boris Alvarado y Carlos Zamora) y cuatro que estudiaron en la Facultad de Artes y que actualmente se desempeñan además como académicos de la misma: Eduardo Cáceres, Gabriel Matthey, Fernando Carrasco y Rolando Cori. Todos, en suma, vinculados de una u otra forma a esta Casa de Estudios. Y a lo sagrado.
El sitio incluye antecedentes biográficos, estudios teóricos sobre las obras, partituras disponibles en pdf y archivos de audio de las mismas partituras, literatura técnica sobre el tema, entre ella, el libro de Rafael Díaz "Lo sagrado en la creación musical contemporánea" y artículos publicados en revistas especializadas y vinculados con los compositores de esta recopilación, como una entrevista a Eduardo Cáceres en la que se refiere a su vínculo con lo sagrado a través de la cosmovisión mapuche.
Rolando Cori: "Que en los sonidos esté Dios mismo"
La obra más antigua de la antología realizada por este sitio de Música Sacra Chilena es "Redemptoris Mater", de Rolando Cori, quien es uno de los pocos compositores que se vinculan con lo sacro desde la religión católica. Fue compuesta en 1987 y se inscribe en la tradición de la cantata popular. "Está inspirado en lo que hizo Luis Advis, la trabajé con el grupo Ortiga y ahora se publica una versión corregida", cuenta Cori. Además se incluye la obra "La ciudad hermosa", un trabajo suyo más reciente que pronto aparecerá en DVD interpretado por Carmen Luisa Letelier y Gonzalo Cuadra, con textos, música e imágenes de Cori, quien además interpreta la guitarra.
Juan Pablo González realiza un completo comentario crítico sobre su obra en la página y afirma que "escribir música para Cori puede ser una forma de orar". Esto no es exagerado, si se considera que el compositor ve a la música como un instrumento de su fe: "Llegué a la composición porque quería hacer música religiosa", cuenta Cori.
El músico estuvo a punto de convertirse en sacerdote, pero decidió continuar su vida espiritual en el tráfago mundano:"Sentí que a través de la composición podía hacer un aporte a la evangelización... a veces esto casi supera el interés por la música en sí misma", asegura, afirmando además que ha tenido el apoyo la Universidad de Chile en estas búsquedas: "Por ser una universidad laica es pluralista", dice.
-¿Qué diferencia a la música sacra de la profana?
-Si hay texto el texto, sino es difícil distinguirlo, básicamente es el espíritu con que haces esa música. Una en que es una forma de oración el hacer música, una forma de conectarte con lo sobrenatural, pero en cuanto a estilo no hay una gran diferencia. Lo que uno quiere hacer en el arte cristiano es que en esos pigmentos, que en esos sonidos, esté Dios mismo.
Rolando Cori explica que uno de los principales escollos para que la música religiosa sea un vehículo de evangelización es que la Iglesia destina pocos recursos a la transmisión de la fe a través del arte, sobre todo en el caso de la música, ya que los cantos litúrgicos suelen estar en manos de aficionados. "Eso trae como consecuencia que la música sacra de los oficios no tenga la dignidad ni la calidad mínima de vehículo de lo hermoso que es la Verdad. Eso lo ha puntualizado el Papa, que es músico", afirma.
-Si usted busca contribuir a la evangelización con sus obras, debe ser importante la difusión que tenga su música, ¿no?
-Ha tenido algunas buenas oportunidades de difundirla, pertenezco al movimiento Schoenstatt, ahí me comisionaron cosas, hice una cantata en Alemania el 85 con coro y orquesta, luego este "Redemptoris Mater" fue subvencionado indirectamente por Schoenstatt para un evento religioso...Después de eso no ha tenido una difusión más allá de los conciertos. El 92 hice una obra con un proyecto de la Fundación Andes para el aniversario de la evangelización de América... Ahora estoy intentando una salida poniendo cosas mías en Youtube. Hice un Tedeum para ser tocado en un contexto litúrgico, pero hay que pagarle a los músicos... Estoy viendo las puertas que Dios abre, si le interesa que esta música sea un instrumento suyo tendrá que abrir puertas.
Para Cori, al fin, la música sacra tiene que tener un vínculo con el misterio. "Si escuchas canto gregoriano, pone tu alma de otra manera, en actitud de algo, de apertura hacia lo trascendente, hacia lo misterioso....Hace 10 años hubo una explosión de popularidad de eso, porque hay un hambre de recogimiento, porque la buena música religiosa produce ese recogimiento".
Fernando Carrasco: un nuevo Te Deum
Otro de los académicos de la Facultad de Artes vinculados con lo sacro es Fernando Carrasco. Este músico, que se ha destacado en el ámbito de la música folclórica y la música popular de raíz folclórica latinoamericana, ha incursionado también en la música electroacústica y en la música contemporánea, y en esta recopilación de Música Sacra Chilena se incluye su "Te Deum" (2002), con texto de Joaquín Alliende, para coro, solistas, grupo folclórico y orquesta.
"Te Deum" fue compuesta por encargo del Cardenal Francisco Javier Errázuriz, y es la obra que hasta hoy se ejecuta en cada celebración ecuménica de Fiestas Patrias en la Catedral de Santiago.
"Cuando entró el nuevo Cardenal se le ocurrió que sería bueno componer un nuevo Te Deum, con más sonoridades de esta época. Hay guitarra eléctrica, bajo eléctrico, kultrún, trutruca... es un poco lo que sucede hoy en la música popular de raíz folclórica", dice Carrasco, quien asegura que en esta obra "no hay un afán de experimentación ni de lenguaje atonal, es música comprensible para cualquiera, basada en la tradición".
El compositor cuenta que su relación con la música sacra comenzó en el año 1996, cuando lo llamaron del Instituto de Estética de la UC para musicalizar un texto de Fidel Sepúlveda, "Misa de Chilenía", que luego se grabó en CD gracias a un proyecto Fondart y tuvo bastante difusión. Allí conoció también a Joaquín Alliende y ese fue el principio de un vínculo que mantiene hasta hoy.
"Es una experiencia absolutamente original para los que participan esta idea del Te Deum. Como lo conocemos hoy viene de los 70, cuando Allende y el Cardenal Silva Henríquez `chilenizan´ el asunto, ya que antes se cantaba en latín. Además se invita a otros credos", dice Carrasco, quien destaca esta apertura hacia todas otras opciones religiosas que conviven en el país."Es una experiencia muy crecedora, hay un resumen de Chile en el Te Deum", dice.
Con 200 músicos en escena, Fernando Carrasco dirige además cada año la interpretación de su obra y considera que es muy valorable que para esta ocasión la Iglesia se alimente de los valores populares y que respete las expresiones más profundas de la interioridad de las personas. "En el último Te Deum estuvo Francisco Astorga con un guitarrón, que es uno de los instrumentos más chilenos que existen... Como es ecuménico, qué bueno que entre la música popular de raíz folclórica, ¿por qué no puede haber una guitarra eléctrica en un altar? Los instrumentos no son buenos ni malos. La Iglesia se ha abierto a eso y es algo que está en proceso", afirma.
Carrasco dice que para poder componer esta obra lo ayudó el tener una formación católica, donde se rezaba "6 o 7 veces al día": "Yo no he sido de esa forma, pero tengo la formación, entonces sé lo que es. Mi búsqueda va más por lo espiritual y ahí se encuentran todas las cosas. Cada persona tiene que encontrar como expresar su interioridad", asegura.
Para este compositor, hacer música sacra hoy es "ir un poco contra la corriente", aunque dice que el vínculo con lo sagrado es algo que ya tenemos incorporado: "Lo tenía Víctor Jara, lo tenía Violeta Parra, que siempre habla de Dios, o la Gabriela Mistral, que estudió teosofía y era budista... La religión es una búsqueda, no un lugar de llegada", afirma.
Gabriel Matthey: "Mi religiosidad es con la vida"
Desde la cultura mestiza americana y desde la antipoesía de Parra, el compositor Gabriel Matthey invoca lo sacro sin afiliarse a ninguna religión. "Mi religiosidad es con la vida", dice este compositor e ingeniero civil, que actualmente se desempeña como académico en la Facultad de Artes.
"Rafael Díaz tiene una perspectiva muy amplia frente a la religión y especialmente comprometida con las culturas originarias y en eso coincidimos. Nuestra identidad pasa por entender que somos una cultura mestiza y esta página ya da una señal en cuanto a esto, que somos una cultura mestiza y la religiosidad hay que entenderla así", afirma Matthey.
"Chilenita nº 3", "Rogativa" y "Parrianas p. 2" son las obras de Gabriel Matthey incluidas en el sitio de Música Sacra Chilena y en ellas no hay sólo una búsqueda espiritual trascendente, sino también críticas y llamados a la consecuencia con las creencias religiosas. En este sentido, dentro de las "Parrianas" se incluye el poema "Padre Nuestro" del vate de Las Cruces, aquel que comienza "Padre nuestro que estás en el cielo /lleno de toda clase de problemas /con el ceño fruncido/ como si fueras un hombre vulgar y corriente/no pienses más en nosotros...".
"Me interesa provocar al mundo católico, para que revalorice su Padre Nuestro. Es una forma de romper con la hipocresía, un llamado a la consecuencia, pero no hay mala intención, es con buena intención... no sé si coincidimos con Parra, pero para mí es manifestar la falta de consecuencia en la religión", dice Matthey.
El músico valora la "amplitud de criterio" con que Rafael Díaz está trabajando en este sitio de Música Sacra, en la que deja espacio para la ironía si ésta tiene un fin constructivo, como es el de llamar a la verdadera consecuencia de los fieles.
-¿Cómo se relaciona el humor con lo sagrado?
-Para mí la vida es sagrada y en la vida es tan importante la alegría como el sufrimiento, ambos son sagrados, el llanto tiene sentido si existe la risa, es muy importante ejercer una religiosidad que apele a la integridad del ser humano con todos sus matices. Para mí lo sagrado conlleva lo alegre y lo triste.
En "Rogativa" (1992), Matthey trata el tema del Descubrimiento de América y la dicotomía que este hecho implicó para las culturas de nuestro continente. "Es la dicotomía del descubrimiento/encubrimiento, ya que también se cubrió un mundo que ya existía. Resolver esa dicotomía es asumir el mestizaje", dice el compositor.
En esta obra invoca a más de 100 personalidades, desde Pedro de Valdivia hasta Lautaro, pasando por Violeta Parra y otros personajes, líderes y gente anónima de distintas ideologías y credos y de todas las épocas, que van respondiendo "ruega por nosotros". "Traté de mostrar que la vida la hacemos entre todos", dice Matthey, quien cuenta que esta es una de las pocas obras que no ha estrenado.
Por último, se incluye su "Chilenita nº 3", obra para cinco percusionistas que utiliza ritmos de la celebración nortina de La Tirana con una música "casi minimalista". "Al tomar elementos de La Tirana rinde culto a la religiosidad popular como una de las expresiones más genuinas de nuestra cultura", afirma.
Esta pieza actualmente está girando por Latinoamérica con el dúo de percusión A Dois, conformado por María José Opazo y Marcelo Stuardo, quienes la incluyeron en su repertorio y en cada país la interpretan con percusionistas locales. "La idea es que también en cada país se haga una obra similar", cuenta Matthey.
-¿Es muy difícil hacer música sacra en estos tiempos en que no prima el recogimiento?
-Al contrario, es una necesidad compensar las ausencias que hay, en ese sentido creo que los que no están participando activamente de una religión hacen las mejores obras religiosas...Con la angustia ambiente quieres hacer un contrapeso a eso, que la gente tenga al menos ciertos momentos mejores, animar, nutrir el alma.