Entre el 17 y el 19 de octubre:

Profesor Alan Stark dicta taller sobre danzas renacentistas y barrocas

Profesor Alan Stark dicta taller sobre danzas renacentistas y barrocas

"La danza en aquella época era un espectáculo, en el sentido de presentarse al mundo. Muchas veces los grandes bailes de aristócratas eran para presumir de cómo estaban vestidos", dice Alan Stark sobre los bailes de la época del Renacimiento y el Barroco a los que se ha abocado como investigador desde hace más de 30 años.

La fastuosidad y la ostentación eran la motivación principal para ir sofisticando cada vez más el vestuario y los movimientos, principalmente en Francia e Italia. "Tenías que aprender a bailar bien para no hacer el ridículo", explica Stark.

Así, invitado por los profesores María Elena Pérez y Vladimir Guelbet, con quienes se ha encontrado en Argentina y México, y con el recuerdo de Patricio Bunster, a quien conociera en los años 50, esta semana ha llegado por primera vez a Chile para dictar talleres sobre los bailes de esa época, procurando "no ser un maestro a la antigua" y lograr que los alumnos disfruten como él de la riqueza de estas danzas. "Me encanta entregar lo que he logrado aprender", dice Stark, quien estará en la sala 1 del Departamento de Danza (Compañía 1264, piso 7) los días miércoles 17, jueves 18 y viernes 19 de octubre de 15:30 a 17: 00 hrs.

El profesor, investigador, bailarín y coreógrafo inglés trabaja desde 1970 este tema. Reconstruir, a través de documentos, no sólo los bailes que van del 1400 a 1750, sino todo el entorno de la época en que esas danzas se desarrollaban: la manera de vivir, el vestuario, los salones, todas las costumbres en las que se inserta la danza y en las que ésta adquiere sentido. Pertenece a una amplia red de investigadores que se abocan al mismo tema y cada nuevo hallazgo renueva su interés.

Hace poco, por ejemplo, cuenta que se encontró un libro de coreografías más antiguo que el que los entendidos tenían como el más antiguo en Italia. "Eso te entusiasma, porque no sabes cuando van a aparecer más cosas. Hay muchas bibliotecas y museos que no están catalogados", afirma.

"La danza tiene que comunicar, sino qué caso tiene"

Antes de fundar en 1970 la Compañía de Danzas del Renacimiento y del Barroco y de radicarse en México, país en el que ya lleva viviendo 42 años, Alan Stark estudió e investigó danza y baile en España entre 1950 y 1963, en la Universidad de Sevilla y en Madrid, pero también en pequeños pueblos donde viajaba a presenciar y a aprender las danzas de cada lugar. En España comenzó a desempeñarse también como profesor de inglés y les pedía a sus alumnos que le enseñaran algunos pasos de bailes de su tierra natal.

"Mis papás y mis hermanos siempre me enseñaron a tener curiosidad de las cosas", cuenta Stark. "No me llevaba bien con los maestros de Historia porque siempre hacía preguntas impertinentes", recuerda. Su conocimiento más amplio de las danzas españolas, que no se reducían al flamenco, le llevaron a la idea de hacer un libro en inglés sobre el tema junto a su esposa. Para dicho libro pensaron en hacer un capítulo sobre la relación de las danzas españolas con las de sus ex colonias americanas y por ello viajaron a México.

Pero en dicho país su esposa murió y con ella el proyecto de libro. Stark decidió quedarse en México ("estuviera donde estuviera iba a tener ese dolor"), y allí se ha dedicado al estudio de la danza antigua, descifrando el origen de cada vestuario, de cada paso. Para el inglés-mexicano, el sentido de la danza es primordial y por ello difiere de muchas de las expresiones contemporáneas de este arte.

"El ser humano siempre ha querido moverse, pero hoy me pregunto cuál es la razón de ser de los jóvenes en la danza. Con los contemporáneos tengo serias dudas de dónde piensan que van, me pregunto si es sólo algo efímero... Hay mucha gente de danza contemporánea que hace obras para el momento y que no van a poder bailarse en 10 años más. Como historiador eso me entristece", dice Stark.

El profesor observa que muchos jóvenes "no saben lo que están ofreciendo al público": "La danza tiene que comunicar, si no se comunica qué caso tiene...Soy partidario de que el bailarín tiene que ser expresivo no sólo en su técnica sino en su pensamiento, ya que si no tienes una visión de mundo no sabes hacer que tu danza encaje en el entorno actual".

Por sus aportes al estudio del género, en 1992 Alan Stark recibió la medalla y el diploma "Una vida en la danza", otorgados por el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de la Danza (CENIDI-Danza) del INBA y en 1999 recibió el reconocimiento de SOMEC/Vitars por sus treinta años de investigación y reconstrucción de Danzas Históricas. En 2002 la Escuela Nacional Preparatoria le hizo un homenaje por su contribución a la Danza en México.

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