"La realización de este curso y para no recurrir a 'como decíamos ayer', es como volver a conversar entre dos verdaderos amigos que no se encontraban desde hacía tiempo; es el encuentro de dos amantes que por diversas razones contingentes se separaron, pero que mantenían las brasas del amor no extinguido. Es como el creyente que habiendo perdido la Fe, la recobra después de cierto tiempo". De esta forma, Alberto Rodríguez, médico anatomista de la Universidad de Chile se refiere -en el catálogo de la exposición "El cuerpo aprendido"- a la relación existente entre arte y anatomía.
Es este cruce el que se manifiesta por medio de las obras de trece estudiantes que entre los años 2005 y 2007 realizaron el curso Anatomía para Artes impartido en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. En él, no sólo observaron los cadáveres con que los estudiantes de medicina suelen trabajar, sino que aprendieron de médicos como Alberto Rodríguez, la anatomía del cuerpo humano.
Fue precisamente esa experiencia la que dio vida a la muestra "El cuerpo aprendido", la que se podrá visitar desde el 24 de septiembre al 5 de octubre en la sala de exposiciones Juan Egenau de la Facultad de Artes (Las Encinas 3370, Ñuñoa), y que para su inauguración contó con la presencia de la directora del Departamento de Artes Visuales, Susana González, el médico anatomista y académico de este curso, Alberto Rodríguez, y la académica del Departamento de Artes Visuales y también profesora de Anatomía para Artes, Catalina Donoso.
Para esta última, el principal aporte que un taller de esta naturaleza tiene para los estudiantes de Licenciatura en Artes Plásticas radica en la fascinación y el asombro que este tipo de experiencias puede despertar en ellos. Así, la académica de la Facultad de Artes explica que "el aporte funcional, la herramienta que entrega, no es proporcional directamente al resultado que se tiene sino que es haber tomado contacto y haber tenido la experiencia de observar, de estar junto a la muerte y eso se traduce después en un objeto de arte, pero es porque ha pasado por esa intensa vivencia de enfrentarse al cuerpo y a la muerte".
En tanto, Alberto Rodríguez, quien imparte este curso desde hace tres años, valora, entre otras cosas, la calidad de las obras que se presentan en la sala Juan Egenau. Como él señala con respeto a los trabajos presentados, "uno recuerda el momento en que se ejecutó, las personas que lo hicieron, las observaciones que merecieron, pero mirándolo a la distancia por los años y también a la distancia métrica, lo aprecia muchísimo más. Además, han hecho una selección excelente acá, así que valoró muchísimo primero la motivación que se tuvo para exponer y después la calidad que tienen".
Profesor, ¿qué lo motiva a dictar este curso para artistas?
Cada uno lleva en su interior algo que lo pueda vincular con la vena artística de ustedes. Yo hace muchos años que estoy yendo a exposiciones, pero soy muy torpe manualmente como para hacer esto. En el fondo, lograr que otros hagan esto a través de una mínima enseñanza en que los pueda apoyar me parece excelente y por eso me entusiasma mucho el mismo hecho de contactarme con personas que quizás, en la disciplina mental es muy distinta a uno. Nosotros somos bastante ordenados, metódicos y los artistas dominan mucho la parte humana y dejan un poco libre sus sentimientos para expresarlos a través de pinturas u otra cosa. Entonces, hay cosas que son un poco contradictorias pero que a la vez debieran ser un complemento y yo creo que también puedo aportar dentro del espíritu que tienen. Los médicos además, tenemos algo más de humanidad en nuestras acciones y esto es como un nexo entre algo que nosotros podemos dar dentro desde lo científico y lo que los artistas que están llegando allá puedan recibir.
¿Le parece importante que los artistas conozcan la anatomía del cuerpo humano?
Me parece que sí. Por mucho que después lo pueda deformar a través de su pensamiento o de nuevas escuelas, creo que por el realismo debe comenzar un artista. Los grandes artistas comenzaron todos realistas y después fueron deformando un poco la figura. Basta ver a Picasso y sus obras, pero inicialmente eran buenos realistas y predominaba eso en sus pinturas. Uno debe tener una base sobre la cual pueda jugar y hacer lo que quiera después con su imaginación.
"El cuerpo aprendido", que reúne las obras de Luciana Solar, Marcela Duarte, Ofelia Andrades, Tomás Fernández, Luis Guzmán, Miguel Cáceres, Pablo Serra, Leslie Narváez, Marcelo Espinoza, Jetzabel González, Margarita Iriarte, María Pía Vásquez, Pedro Egaña, Rony Venegas y Héctor León, se podrá visitar hasta el 5 de octubre en la sala de exposiciones Juan Egenau, ubicada en Las Encinas 3370, Ñuñoa.
