Compositor estrenó en julio su primera obra para orquesta:

Oscar Carmona: "A la mayoría de la música de acá le falta swing"

Oscar Carmona: "A la mayoría de la música de acá le falta swing"

"Fue recibida muy bien, con mucho aplauso, incluso algunos vitoreos por ahí. Valoro muchísimo la opinión en particular de la gente no músico que estaba ahí, por el acercamiento más directo, más emocional o más sensible que tienen al trabajo musical, eso me dejó muy contento".

Así recuerda el compositor óscar Carmona (1975) la recepción de "En Dehors II", su primera obra para orquesta, que fue estrenada en julio por la Orquesta Nacional de Lorraine, dirigida por Jacques Mercier, en el marco de de los talleres de composición del Centre Acanthes de Francia. Postuló a comienzos de año para crear una obra para ensamble y otra para orquesta, quedando seleccionado para trabajar esta última y además para asistir a clases con compositores como Yan Maresz y Marco Stroppa.

"En Dehors II", la intensa pieza de Carmona que puede oírse aquí (www.myspace.com/ocarmona), fue escogida de entre la docena de obras orquestales que se trabajaron en los talleres de este año para participar en el concierto final e incluso tuvo el honor de cerrar la velada. "Tuve la suerte de que programaran mi obra para cerrar el concierto, lo cual siempre es mejor para la percepción de la gente y también es importante porque significa que hay un buen trabajo orquestal para estar cerrando el concierto", afirma el compositor.

Carmona estudió Licenciatura en Música y luego Composición Musical en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile y tuvo como maestros a Aliosha Solovera y Cirilo Vila, entre otros. Hoy es académico en la misma institución y en la Universidad Arcis, y ostenta una carrera que cuenta importantes logros a nivel internacional. Conjuntos de Japón, Brasil, Ucrania, Eslovenia, Suiza, EE.UU. y Alemania, entre otros, han interpretado sus obras, en importantes festivales y encuentros de Música Contemporánea.

Difícil de tocar

Sin embargo, no es casual que esta sea la primera obra para orquesta que Oscar Carmona se anima a componer. Cuenta que otros compositores jóvenes no han tenido muy buenas experiencias al respecto, dadas las precarias condiciones que tienen las orquestas locales para estudiar y ensayar este tipo de obras, además de las carencias de espacio e infraestructura.

"Esta ha sido una ocasión muy particular, donde se junta todo: tener una orquesta fantástica a tu disposición, con un director espectacular, infraestructura, teatro, gente interesada, con varios ensayos, con el material que se envía un mes antes, entonces sabes que van a estar estudiando al menos un mes antes tu música, lo cual fue corroborado cuando llegué allá y tuve una entrevista con Jacques Mercier. El tipo ya había visto la partitura, estaba familiarizado con lo que pasaba musicalmente y los músicos ya tenían todo un mes de trabajo con la partitura. No llegas a una orquesta que recién te va a conocer, llegas a trabajar al tiro", cuenta.

Pero a Oscar Carmona le ha sido difícil desde sus comienzos la relación con los intérpretes. "Cuando estaba estudiando composición acá (se refiere a la U. de Chile), desde el 97, y mi música se empezó a tocar, empecé a tener problemas porque mi música empezó a ser, sin que yo lo buscara, pero se daba como resultado de una búsqueda expresiva, muy dificultosa, muy difícil de tocar. Empecé a tener problemas porque la gente no podía tocar la música. Me acuerdo que el 98 escribí un cuarteto de cuerdas que luego para tocarlo no habían intérpretes, un cuarteto me dijo que necesitaba como un año para estudiarlo, otro cobraba muy caro, entonces me deprimí un poco y durante un tiempo mi música no se toco mucho".

Una obra para dos pianos y percusión, que compuso tras ganar un encargo para la SCD, lo volvió a poner en problemas, esta vez de montaje: conseguir dos pianos era algo muy costoso, que resultó "un cacho". "Siempre hubo algún tipo de conflicto, pero no en términos musicales sino de montaje, y en el 2000 tuve la suerte que seleccionaron una obra mía para cuarteto de cuerdas en un festival en Japón. La envié no más y conseguí auspicio con el Ministerio de Asuntos Exteriores, me pagaron y fui allá, y los tipos tocaron increíblemente, unos japoneses, así que quedé feliz", cuenta Carmona.

El compositor, al ver que sus obras se interpretaban con éxito en el exterior, tuvo que replantearse su trabajo con los músicos nacionales: "Concluí que no iba a tener mucho éxito si intentaba hacer cosas con ensambles acá y encontré que la mejor solución era hacer obras para instrumentos solos, o con electrónica por ejemplo, y trabajar con un intérprete particular, cosa que el tipo de alguna manera te encargara un trabajo, que tú lo hicieras pensando en esa persona, en términos técnicos, instrumentales, sonoros, expresivos".

Ahí tuvo un buen vínculo con intérpretes como Wilson Padilla o Sergio Valenzuela, mientras a la par su obra también se tocaba afuera. "La obra engorrosa para dos pianos ("Configuraciones") se tocó en un Festival con Los Percusionistas de Estrasburgo, y todos mis trabajos también se fueron tocando podría decir que exitosamente en otras latitudes".

La relación con los intérpretes fue subsanándose y viendo las posibilidades que se le daban en el exterior, se animó a nuevos desafíos: "El año pasado decidí empezar a hacer cosas más grandes en términos instrumentales", dice, al tiempo que asegura que ya está tirando líneas para una segunda obra orquestal.

Golpe y retroceso

Al ser consultado por el nivel de los compositores en Chile, Carmona realiza una reflexión histórica que explica cierto retroceso estético-sonoro que sufrió nuestro país al desvincularse del mundo tras el golpe de estado de 1973: "Si miramos los festivales de música contemporánea de los años 50, 60, eran súper grandes, se hacían con la Orquesta Sinfónica, la Orquesta de Cámara, y todos los tipos, Becerra, Fernando García, todos los compositores estrenaban sus obras en ese contexto y las estéticas o lenguajes sonoros eran los que habían en el resto del mundo en ese momento", afirma.

El compositor explica que todo ese movimiento se rompe a partir del golpe: "Había tipos haciendo música aleatoria, serial, experimental de todo tipo, buena, mala, pero no estaban retrasados con lo que estaba ocurriendo en el resto del mundo. Sin embargo, para bien o para mal, esto se despedazó con el golpe de estado, con muchas otras cosas también, se redujo la cantidad de conciertos, los festivales prácticamente desaparecieron, hasta el ochenta y algo, y entremedio compositores desaparecieron, murieron, se fueron, el movimiento que había se detuvo".

En el intertanto, más jóvenes seguían estudiando composición "como por la ventana", dice Carmona, ya que no era una carrera oficial. Y el desvinculamiento con el mundo generó que hubo lenguajes sonoros nuevos que en Chile no se conocieron, por lo que se siguió enseñando lo que se consideraba vanguardia en los 60. "Estudiaron con estas personas que tenían una visión parcelada de lo que ocurría en el mundo, una mirada bastante cerrada, extrema en el pensamiento, en la filosofía de la música, y eso fue los 90, hasta comienzos del 2000. En esta época las estéticas se concentraban en gente haciendo una pseudo experimentación, siendo totalmente aleatorio, o haciendo una música más bien tradicional, neoclásica", apunta el compositor.

"Por supuesto yo no comulgaba con ninguno de ellos", dice Carmona,"así que la gran suerte para mi y para las generaciones posteriores fue la llegada de Aliosha Solovera, quien si bien es cierto tampoco traía gran información de lo que pasaba ahora en el mundo, si traía una visión muy amplia, no dogmática, muy inteligente de la música, de otras perspectivas, y creo que fue pilar fundamental para mi estudio de la composición (estudié con él los 5 años) y para las generaciones siguientes, y si yo tuviera que mencionar a los compositores que me interesan en términos sonoros y estéticos, sin duda diría la música de Aliosha, su mirada amplia de la música me ayudó a hacer una música mucho mas ecléctica, no casarme con un pensamiento, una pura idea".

Así, menciona también a Andrés Ferrari y algunas cosas de Antonio Carvallo dentro de los compositores chilenos que le interesan, y luego da su visión sobre las obras que se escuchan en los Festivales de Música Contemporánea criollos: "Como decía Miles Davis, no sirve de nada si no tiene swing. Yo creo que la mayoría de la música de acá le falta swing, no en el sentido de jazz, sino en el sentido de que es una música que esta ahí, que pasa cualquier cosa, que es puro ruido, y los compositores viven en una especie de Olimpo, se creen no sé si superiores, pero hablan de la elite de la música, que esta música no la puede entender cualquiera. Eso es una invención nada más, si la cosa no te gusta a ti ni al resto de la gente puede tener un valor constructivo o algo así, pero no tiene mucho valor estético. A mí me interesa el acercamiento a la música desde la sensibilidad, si no me interesa de manera sensitiva ya no me interesa mucho, creo que la música es el equilibrio entre el intelecto y la emoción, entre el poder intelectual y las vísceras, si ahí no hay una conexión no creo que sirva de mucho, al menos para mí, eso es lo que pienso ahora".

-¿Por qué crees que sucede esto?
-Muchos compositores se centran demasiado en la idea del sonido, lo que me parece bien, quizás puede ser una de las cosas mas importantes, pero yo creo que no es lo que haces sino cómo lo haces, y en el cómo hacer es el gran problema que veo yo, y vas a un festival y todas las obras son lentas, tienen poca energía, poca dinámica, poco movimiento, el sonidito y el otro sonidito, y flotan y no van para ninguna parte, y tú eres un tipo que vive en una época visual, de mucha velocidad, donde necesitas tener las cosas aquí y ahora, no por eso tendrán que hacerlo así, pero uno debería considerar la percepción en términos compositivos, yo trabajo mucho con la idea de la percepción, de cómo se perciben las cosas, intentar quizás que la música no sea tan árida, aunque al final igual lo sea... me interesa una búsqueda de un lenguaje que sin transar estéticamente logre atraparte mas fácilmente, a cualquier persona que va por la calle, que diga "qué atractivo suena esto", y es el sonido y la manera de mostrar las cosas, por ahí van mis búsquedas y mis intereses.

-¿De la música popular qué cosas te gustan?
-Muchas cosas, me gusta mucho el jazz, de todo tipo de jazz, el free jazz o el tecno también me gusta mucho, la música electrónica, Bjork me gusta. De manera medular eso, los cuales también son influencia en mi música.

Últimas noticias

Más de 100 personas participaron:

Coloquio de Pintura 2025: reflexión sobre la práctica pictórica

Los días 28 y 29 de mayo se llevó este encuentro organizado por el Departamento de Artes Visuales de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, que reunió a destacados artistas y docentes de reconocidas universidades nacionales en torno a la reflexión crítica sobre la pintura en el contexto actual. Pronto podrá verse el registro de ambas jornadas en el Canal de YouTube.

Centrado en la obra, inter y transdisciplinariedad:

Facultad de Artes celebra el nuevo Doctorado en Creación Artística

Con una adscripción transversal a sus seis Departamentos y una destacada participación interfacultad, la Facultad de Artes celebra la creación y puesta en marcha de su nuevo Doctorado en Creación Artística, un programa de estudios que cuenta con la participación de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) y la Facultad de Comunicación e Imagen (FCEI). Este proyecto emblemático para la unidad académica propone potenciar la autorreflexión sobre el registro y poner a la obra como eje central en la producción de conocimiento.

Marcelo Expósito: “Tenemos que interpretar la historia política y artística del pasado a través de las urgencias del presente”

Académico, artista y crítico cultural español en la U. de Chile:

Marcelo Expósito: “Tenemos que reconsiderar los procesos políticos"

En su visita a Chile, el destacado artista español Marcelo Expósito tuvo una agenda marcada por diversas actividades. Entre ellas, dictó un seminario en el Doctorado en Filosofía con mención en Estética y Teoría del Arte, y un módulo en el Diplomado en Prácticas Curatoriales, en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile. Así también, presentó la obra “Oratorio para una Constitución de la Tierra” en el Centro Nacional de Arte Contemporáneo (CNAC) de Cerrillos, en el marco del Programa Público CNAC 2025 y en colaboración con el Centro Cultural de España. En esta entrevista reflexionó en torno a los debates políticos actuales, el vínculo entre los movimientos sociales y el arte activista.